jueves, 21 de julio de 2016

Deja que los muertos entierren a sus muertos

Deja que los muertos entierren a sus muertos y tú...
Mario A. Olcese



Ve y anuncia el Reino de Dios

Jesús le dijo: “Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios” (Lucas 9:60)

El Señor Jesús Cristo se había topado con un hombre que buscó su beneplácito para seguirle a todas partes (Lucas 9:57), pero antes quería ir y atender el sepelio de su padre. Pero Jesús le contesta: “Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios.”

Aquí Jesús pone una reto entre atender los asuntos temporales o predicar el reino de Dios, y lo que Jesús resalta es la importancia de predicar el reino de Dios por sobre todas las cosas que parecen importantes. Y también parece cierto que la frase “seguir a Jesús” significa o equivale a propagar el mensaje del reino de Dios, ya que Jesús le dice que vaya y anuncie el evangelio del reino por su cuenta. De esta forma el joven estaría siguiendo a Jesús en su misión evangelizadora. Pero aquí no acaba la historia.

En los versos siguientes, leemos: Entonces también dijo otro: “Te seguiré, Señor; pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios” (Lucas 9:61,62).

En esta ocasión Jesús enseña que aquel que pospone la tarea de predicar el reino de Dios por otros asuntos sin mucha importancia, no es apto para el reino de Dios. Y eso es lo que desafortunadamente está ocurriendo hoy entre los cristianos y los no cristianos.

La mayoría opta por posponer la prédica del mensaje por tareas que deberían ocupar un segundo lugar. Para Jesús el mirar hacia adelante, hacia el supremo llamamiento, equivale a mirar hacia el reino. Antes él había enseñado a sus discípulos a pedir y buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás sería concedido por añadidura (Mateo 6:33).

Algunos individuos posponen su conversión y su militancia en la iglesia para acumular fortuna, y entonces se deciden a ser cristianos. Estos no tienen un sentido de urgencia ni un amor por el mensaje del reino. Su reino es el reino del dinero y del poder ahora. El reino escatológico para éstos es para los jubilados, para aquellos que ya están para partir, pero no para aquellos que están llenos de vida y de ambiciones materiales para hoy.

El Reino es sinónimo de ‘Evangelio’ ‘la Palabra’, 'La Gracia', 'El consejo'

Jesús quiere predicadores que lo anuncien a él y su reino, pues este es el único y verdadero mensaje de esperanza para el mundo sufriente y desesperado por una Era de justicia y de paz duraderas. Cuando la iglesia de Jerusalén fue perseguida, los creyentes fueron esparcidos por Judea y Samaria: “Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio. Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan” (Hechos 8:4,5, 12,14).

En Hechos 20:24,25 leemos: “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro”. Y en el verso 27 se dice además: “Porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios”.

Así pues, si nos guiamos por lo que está subrayado en los versos de arriba, tenemos que:

a) Predicar a Cristo es predicar el Evangelio, y
b). Predicar a Cristo, es predicar el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesus Cristo, y
c) Predicar el Reino de Dios y el nombre de Jesús Cristo es predicar la palabra.

Predicar la palabra es predicar la gracia de Dios, y predicar la gracia es predicar el reino de Dios, y predicar el reino de Dios es predicar el consejo de Dios”

Conclusión:

Estamos llamados a predicar el reino de Dios y todo lo relacionado con el nombre o persona de Jesús Cristo (Su muerte, sepultura y resurrección al tercer día). Esto es lo que la Biblia llama “el evangelio” o “el mensaje”, “la gracia”, y el consejo” de Dios. Esto es lo que la iglesia debiera estar predicando y no evangelios espurios y de hechura humana o diabólica.

El reino de Dios es el centro de toda la predicación de Jesús, y fue el tema con el que inició y terminó su ministerio (Marcos 1:1,1,4,15; Hechos 1:3,6,7).

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