sábado, 2 de mayo de 2009

Sondeo a la espiritualidad evangelica

Estadísticas Cristianas


Continuando en la linea del post anterior, me gustaría añadir unos datos que una sociedad de los Estados Unidos dedicada a realizar encuestas sobre temas de interés general, publicó. Se trata de la siguiente estadística sobre la religión cristiana organizada:

- El 5% de los miembros de las listas de las congregaciones, no existen.

- Al 10% de ellos no se les puede encontrar en ninguna parte.

- El 20% no ora nunca.

- El 25% nunca lee la Biblia.

- El 30% no asiste nunca a la congregación.

- El 40% no envía ni entrega ofrendas de ninguna clase.

- El 50% nunca recibe estudios bíblicos, ni ningún tipo de enseñanza que les pueda hacer crecer o madurar.

- El 60% no asiste nunca a las reuniones dominicales si estas se realizan por la tarde o por la noche.

- El 70% no da ayuda económicamente a ninguna institución (ni a la propia) relacionada con las misiones.

- El 75% nunca se dedica a actividad alguna de la Iglesia.

- El 90% no celebra ningún tipo de culto o reunión con su propia familia.

- El 95% nunca ha sido capaz de acercar a alguien a Cristo.

(Datos de "Crusade Contact", La cruzada para Cristo.

Anécdota 1308 , "Enciclopedias de Anécdotas e Ilustraciones"

Editorial Clíe / Vol. II. Andrés Elgueta Vidal)

Si extrapolamos estos datos a los del anterior artículo donde reducíamos proporcionalmente la población a un mundo de 100 personas, podríamos añadir que, si de esas 100 personas 33 son cristianas, de esos 33:

- 26 oran alguna vez, 7 no lo hacen NUNCA.

- 25 leen la Biblia en mayor o menor medida, 8 de ellos ni la abren.

- 23 no asisten a ninguna congregación, por lo que 10 viven sin reunirse (unos por no querer, y otros por no poder).

- 20 colaboran económicamente con sus comunidades, 13 no aportan ni un céntimo para nada.

- Unas 16 ó 17 personas han recibido enseñanzas para afirmar su fe cristiana de algún modo. La misma cantidad, no las ha recibido en ningún caso, o se limitan a escuchar sermones dominicales que no los edifican, sino sólo los entretienen. Reciben mensajes pero no enseñanzas que los hagan crecer.

- Solo 13 asisten a reuniones que se hagan por la tarde/noche. 20 tienen mejores cosas que hacer que ir allí a esas horas.

- 10 apoyan algún proyecto misionero, de su propio grupo o de otro diferente. Pero 23 no lo hacen, ni pretenden hacerlo porque no es algo que les beneficie directamente. Prefieren invertir en algo que les ofrezca comodidad a ellos mismos: Un bonito templo, una hermosa decoración, algún proyecto social como salas de billar, mesas de ping-pong, proyección de películas, sillones cómodos y algún profesional pagado que haga de psicólogo...

- De los 33 cristianos de esa simbólica ciudad, 25 ni se plantean realizar algún trabajo útil para su comunidad, y se limitan a calentar el banco domingo tras domingo; algunos ni irán, claro. Solo 8 toman un cierto nivel de compromiso o la intención de SER DISCÍPULOS de Cristo.

- Hay 3 cristianos que hacen alguna reunión en sus casas para tener esa comunión familiar que luego pueda extenderse a los demás. Eso quiere decir que para 30 de ellos, sus familias no "merecen" que se les dedique un tiempo común con Jesús.

- Lo más sorprendente, es que en todo un pueblo de 100 personas, entre esos 33 cristianos, solo 2 de ellos han sido capaces en algún momento de ayudar a otros a que se acerquen a Jesús, que tomen un compromiso de ser discípulos de Cristo. De los otros 31, algunos predicarán o quizás colaborarán en algún programa de evangelización, pero la mayoría no; de modo que esos 31 "cristianos" jamás ayudarán de veras a nadie a seguir a Cristo. Según lo que entre ellos mismos enseñan, el que no da fruto lo lleva mal, y si "dar fruto" es "ganar almas" (según su propia terminología) eso quiere decir que del pueblo de 100 personas, solo se salvarán 2... Porque, según dicen, los otros 31 cristianos no "dan fruto" o los demás son "mundanos" (recuerda, según la terminología extendida, no en realidad)... Esto es algo subjetivo, según lo que se "enseña" en la mayoría de las congregaciones cristianas, pero debe hacernos pensar ¿Verdad?. O hay grandes errores en lo que se enseña, o sólo dos personas de cada cien darán "fruto de almas convertidas"

 

Con esto, solo quiero abrir los ojos a una realidad, que nos venden que ganar almas es el fruto, que tener congregaciones grandes y exitosas es la panacea, pero que si esto fuera cierto, esas creyentes de esas mismas congregaciones caerían en una apatía y comodidad tal, que ellos mismos quedarían sin fruto, según lo que se enseña en esos sitios: ¡Qué ironía! Se enseña una cosa, pero se vive otra contraria.

Lo curioso de todo esto es que, contra viento y marea, cualquier persona que asista a algún tipo de congregación que cumpla con este perfil promedio, insistirá en que congregarse es un mandato divino, y que por el simple hecho de cumplir con un ritual, él (o ella) se siente muy útil y desarrollado en semejante lugar, y se considerará un "buen cristiano", en pleno crecimiento o madurez (aunque su vida espiritual está más dormida que un oso en invierno).

¿Cómo se entiende eso? ¿Hay demasiados "cristianos mentirosos"? ¿Es acaso raquitismo espiritual porque a cualquier cosa se le llama madurez? ¿O se trata solo de decir sí porque sí, que todo va bien, por mantener una apariencia piadosa? A eso último se le llama hipocresía.

 El cristiano que lo es por el solo acto de pertenecer a las listas de membresía de una institución denominada cristiana, sea de la índole que sea, parece saber que Dios no puede ser burlado, pero parece ignorar algo que por obvio que sea, no está capacitado para discernir por algún "extraño" motivo: Que es capaz de engañarse a si mismo ¡Incluso sin darse cuenta! Porque si admite su equivocación, el mundo de cristal que se ha fabricado se le hace añicos, se le destroza y ya no sabe vivir.

Incluso así, si alguien de dicha "especie" lee esto, usará su defensa refleja casi sin darse cuenta: Mirará para otro lado fingiendo no haber visto ni leído nada... Y seguirá jugando a las "iglesitas", aunque sea por engañar a su propia conciencia.

Dios nos ayude a ser sabios y entendidos en medio de los tiempos que nos ha tocado vivir.

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