Diseñados para sobrevivir
¿Es posible la inmortalidad?
Ésta y otras preguntas sobre el envejecimiento y la muerte ha sido, por años, objeto de la investigación del profesor Tom Kirkwood, director del Institute for Ageing and Health, de la Universidad de Newcastle, en Inglaterra.
El instituto es el único en su tipo en Europa y uno de los tres que existen en el mundo.
En entrevista con BBC Mundo, Kirkwood comienza aclarando interrogantes sobre la muerte y si la tenemos escrita genéticamente.
El gen que nos salva
"Por lo general, la gente cree que estamos programados para morir pero, no es así", afirma.
"El llamado 'gen de la muerte', supuestamente encargado de regular el crecimiento de la población, no existe", asegura.
Tampoco hay un gen del envejecimiento. Para lo que sí estamos programados es para sobrevivir.
En nuestro organismo suceden diariamente procesos y mutaciones que podrían generar defectos o problemas, pero tenemos mecanismos que nos protegen de esas fallas.
Lo que sucede es que durante ese periplo se producen errores que ayudan a entender el deterioro y las enfermedades asociadas con la edad avanzada.
Según sus investigaciones, envejecemos porque bajo la presión de la selección natural, nuestro organismo da prevalencia al crecimiento y a la reproducción, y no a la construcción de un cuerpo que pueda durar para siempre.
Longevos y ¿sanos?
Kirkwood advierte que, si bien, no estamos programados para morir, el desafío que actualmente plantea el envejecimiento de la población es más importante que el cambio climático.
"Lo que sucede es que la expectativa de vida en los países desarrollados está aumentando en cinco horas al día y en los países en vías de desarrollo, en muchos casos, la tasa es mayor".
En las naciones en vías de desarrollo, la expectativa de vida se está nivelando con la de los países desarrollados.
Y si bien podría pensarse que en un futuro se podría alargar la vida laboral y sexual, muchos cambios revisten una importancia global en cuanto a lo que está pasando con el envejecimiento y cómo será la sociedad en el futuro.
"Durante los últimos 50 años, la expectativa de vida aumentó porque la ciencia impidió que la gente se muriera joven.
"A partir de la década de los 70, se esperaba que la expectativa de vida no siguiera aumentando pues se creía que ya no había espacio para mejorar... Teníamos vacunas, antibióticos, medicina moderna y se decía que ya no se podría cambiar la expectativa de vida porque el envejecimiento era un proceso rígido".
No fume. El cigarrillo acelera el daño celular que es parte del proceso de envejecimiento. El cigarrillo le hace envejecer más rápido.
Tom Kirkwood
El panorama actual ha tomado por sorpresa a los demógrafos, pues al contrario de lo que esperaban, la expectativa de vida ha continuado su incremento sin siquiera desacelerarse durante las últimas tres décadas.
"Lo que ha cambiado es que ahora la gente está llegando a edades avanzadas en mejores condiciones que antes y aún no sabemos exactamente por qué", aclara.
En ese sentido, Kirkwood destaca que el desafío para la sociedad es utilizar la ciencia del envejecimiento para entender cómo los años extra de vida que tenemos son de buena calidad, y minimizar -en la medida de lo posible- el impacto de las enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como el alzheimer, la osteoporosis, entre otras.
Tres estudios
El profesor Kirkwood llama la atención sobre tres exploraciones científicas que, en su opinión, prometen ser una ventana abierta a nuevos hallazgos en el futuro.
El impacto del ejercicio
Los estudios relacionados con los efectos del ejercicio en el organismo y su impacto en el proceso de envejecimiento, es uno de ellos.
"Ya sabíamos que el ejercicio registra beneficios vinculados con el funcionamiento cardiovascular y de los pulmones, pero ahora hemos comenzado a observar que tiene un impacto fundamental en el mejoramiento de los sistemas de mantenimiento celulares.
"Sin embargo, aún nos falta mucho en ese campo. Necesitamos conocer todavía más en profundidad cuáles son los efectos del ejercicio en el organismo".
La respuesta a la insulina
No hay, admite Kirkwood, "un gran avance en este campo", pero algunos científicos están interesados en la manipulación de la vía de señalización de la insulina.
Al parecer existe un vínculo entre la longevidad y la respuesta eficiente a esta hormona.
Kirkwood indica que la vía de señalización de la insulina permite controlar el metabolismo. Esto ayudaría a entender el tipo de nutrientes que utiliza el organismo para su mantenimiento y a su vez podría abrir la puerta del conocimiento para alcanzar un mayor entendimiento en torno a cómo el período de vida es regulado.
"Este aspecto es muy interesante pero hasta ahora la evidencia científica que se deriva de los experimentos proviene de animales que tienen una vida corta, por ejemplo, gusanos que viven sólo tres semanas, o ratones que viven un máximo de tres años", expresa.
El proceso de envejecer
Kirkwood destaca que es ahora cuando los expertos han comenzado a estudiar el proceso científico del envejecimiento con mayor seriedad.
"Nos hemos topado con que el proceso es extremadamente complejo. Para poder avanzar más necesitamos disponer de investigaciones que puedan manejar sistemas complejos en esta área. Pienso que aún estamos comenzando en este campo".
Y añade, como ejemplo, la necesidad de apuntar hacia algunos de los mecanismos que puedan permitir entender el proceso de envejecimiento celular.
Sociedad Gattaca
Un futuro como el que dibuja la película Gattaca (EE.UU., 1997), en el que es posible la selección genética extrema, de forma que las personas se ven libres de trastornos y enfermedades y pueden lograr la inmortalidad está muy lejos. Pero muy lejos.
Kirkwood advierte que en el tema de la longevidad, la posibilidad de no morir nunca sólo forma parte de la ciencia ficción.
"Uno se enfrentaría a la pregunta inicial sobre qué manipularía, y no sabemos lo suficiente sobre los factores genéticos que están involucrados en el proceso de envejecimiento. Y si lo supiéramos, está la interrogante de cómo harías tal manipulación.
"Quizás después de comprender muchos procesos descubramos que la manipulación genética no es una proposición viable".
Según Kirwood, a pesar del avance de la ciencia aún es totalmente irreal poder predecir hasta qué edad podrá vivir el ser humano en un futuro, así como también cuándo podría ocurrir un importante hallazgo que dé con las claves de la expansión de la vida.
Tras años de investigaciones, el experto reconoce que "la extensión de la vida es posible, pero sólo de manera teórica".
La brecha entre la teoría y la práctica, apunta, es enorme y aún falta mucho para convertirla en una realidad.
"En estos momentos no sabemos con certeza de alguna forma que pueda llevarnos a incrementar la expectativa de vida".
Además considera que es poco realista pensar que la biología molecular permitirá reparar la suma de errores que nos lleva a envejecer. Es bastante complicado eliminar por completo las mutaciones que provocan nuestro envejecimiento.
A pesar de los avances, la ciencia en este campo es todavía joven y, según Kirkwood, "no estamos para nada cerca de lograr un aumento dramático en la expectativa de vida del ser humano en el mediano plazo".
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