domingo, 17 de mayo de 2009

La Violación de Cantar de los Cantares de Salomón

La Violación de Cantar de los Cantares de Salomón

(Por John MacArthur)

Aparentemente la ruta más pequeña para la relevancia en el ministerio de la iglesia hoy día es que el pastor hable de sexo en términos llamativamente explícitos durante el servicio matutino dominical. Si él puede impactar a los parroquianos con vulgarismos y un humor atrevido, tanto mejor. Los defensores de esta tendencia solemnemente nos dicen que sin una estrategia de este tipo es casi imposible relacionarse con “la cultura” de hoy. (En el evangelicalismo contemporáneo ese término se ha convertido en una etiqueta conveniente justamente para todo lo que sea inculto y grosero.)

Los sermones acerca del sexo repentinamente se han convertido en una moda más grande en el mundo evangélico que la que alguna vez lo fue con la oración de Jabez. En todas partes, parece que las iglesias presentan una serie especial sobre el tema. Algunos de ellos hacen publicidad con rótulos publicitarios sugestivos a propósito diseñadas para ofender las sensibilidades conservadoras de sus comunidades.

Bastantes pastores han ganado cobertura de los medios noticiosos publicando “retos sexuales” a los miembros de la iglesia. Éstos son esquemas que hacen obligatorio el sexo diario para las parejas de casados por un tiempo especificado _ usualmente entre siete y cuarenta días. (Que tan responsables son las personas de esto es una pregunta que me da miedo hacer.)

Sería lo último sugerir que los predicadores deberían evitar completamente el tema del sexo. La Escritura tiene bastante que decir sobre el tema, comenzando con las primeras palabras de Dios a Adán y Eva (“Fructificad y multiplicaos” -Génesis 1:22). La ley de Dios tiene numerosos mandatos que gobiernan el comportamiento sexual, y el Nuevo Testamento repetidamente reafirman el estándar del Antiguo Testamento de la pureza sexual. Finalmente, en los capítulos finales de la Escritura se nos dice que las personas sexualmente inmorales serán echadas en el lago de fuego (Apocalipsis 21:8). Entonces hay simplemente no hay forma de predicar todo el consejo de Dios sin mencionar el sexo.

Pero el lenguaje que la Escritura utiliza cuando trata con la relación física entre la pareja es siempre precavido _ a menudo simple, algunas veces poético, usualmente delicado, frecuentemente enmudecido por los eufemismos, y nunca completamente explícito. No hay indicio de lascivia inmadura en la Biblia, aún cuando el propósito evidente del profeta es impactar (como cuando Ezequiel 23:20 compara la apostasía de Israel a un acto de fornicación vulgar motivado por la lujuria de la bestialidad). Cuando un acto de adulterio es parte de la narrativa (como el pecado de David con Betsabé), nunca es descrito en una manera en que complacería a una imaginación lasciva o despertaría pensamientos lujuriosos.

El mensaje de la Escritura con respecto al sexo es simple y completamente coherente: La intimidad física total dentro del matrimonio es pura y debe ser disfrutada (Hebreos 13:4); pero remueva el pacto matrimonial de la ecuación y toda la actividad sexual (incluyendo aquello que ocurre sólo en la imaginación) no es nada más que fornicación, un pecado serio que es especialmente profano y vergonzoso –tanto que la simple conversación inapropiada acerca sobre ello es una deshonra (Efesios 5:12).

Sobre todo, la a Escritura nunca se rebaja a un nivel morboso de educación sexual contemporánea. La Biblia no tiene una contraparte para el Kama Sutra Hindú (un antiguo manual sánscrito del sexo supuestamente transmitido por deidades hindúes.) Nada de lo dispuesto en la Escritura proporciona instrucciones y procedimientos vívidos con respecto a la relación física dentro del matrimonio.

Eso incluye a Cantares de Salomón.

De hecho, el poema de amor de Salomón representa exactamente el enfoque opuesto. Es, por supuesto, un largo poema acerca del cortejo y el amor marital. Está lleno de eufemismos e imágenes verbales. Su punto central es expresar delicadamente, sutilmente, y elegantemente la intimidad emocional y física del amor marital –en el lenguaje adecuado para cualquier audiencia.

Pero se ha hecho popular en ciertos círculos el utilizar descripciones sumamente gráficas de la intimidad física como una manera de exponer sobre los eufemismos en el poema de Salomón. Al desarrollarse esta tendencia, cada orador nuevo parece encontrar algo más impactante en las metáforas que cualquiera de sus predecesores se imaginaron alguna vez.

De ese modo se nos dice que el lenguaje poético de la Sulamita invocando los deleites de un manzano (Cantares 2:3) es una metáfora para el sexo oral. La comodidad y el deleite de un abrazo simple (2:6) no son lo que parece ser en absoluto. Aparentemente es imposible describir lo que ese versículo realmente quiere decir sin mencionar cierta parte in-mencionable del cuerpo humano.

Se nos asegura además que los significados detrás de las apariencias escandalosas de estos textos no son meramente descriptivos; son prescriptivos. La gnosis secreta de Cantares de Salomón retrata actos obligatorios que las esposas deben hacer si esto es lo que satisface a sus maridos, a pesar del propio deseo de la esposa o la conciencia. Recibí recientemente una grabación de uno de estos mensajes, donde el orador dijo: “Señoras, permítame asegurarles esto: Si usted piensa que usted está siendo sucia, él está bien feliz”.

Tales declaraciones se hacen usualmente en medio de carcajadas, pero evidentemente se espera que los tomemos en serio. Cuando la risa se desvaneció, ese orador agregó: “Jesucristo le ordena a usted que haga esto”.

Ese acercamiento no es exégesis; es abuso. Es contrario al estilo literario del libro en sí , es espiritualmente equivalente a un acto de violación. Despoja el bello vestido poético de Cantares de Salomón, desviste esa porción de la Escritura de su dignidad, y lo hace ser objeto de burla y mirar lascivo en una forma carnal.

Mark Driscoll atrevidamente ha guiado la marcha hacia este camino carnal. Él es por mucho, el mejor proponente popular prolífico más conocido que trata a Cantares de Salomón de ese modo. Él ha dicho repetidamente que éste es su pasaje favorito de la Escritura, y ha regresado una y otra vez en estos últimos años, culminando en una serie altamente anunciada lanzada en video por Internet el año pasado.

Me encuentro con jóvenes pastores que están siguiendo ese mismo ejemplo, y estoy bastante sorprendido de que la tendencia ha sido bien recibida en la iglesia con prácticamente ninguna crítica importante ni planteando serias objeciones. Así es que vamos a analizar y a criticar este acercamiento a Cantares de Salomón, incluyendo una mirada a algunos ejemplos concretos donde la línea de propiedad claramente ha sido violada.

Es francamente difícil de pensar acerca de un horrible mal uso de la Escritura que convierte a Cantares de Salomón en un porno suave. Cuándo las personas ya no puedan leer esa porción de la Escritura sin imágenes pornográficas en sus mentes, la belleza del libro ha sido corrompida, su descripción del amor justo ha sido pervertido y su papel de santificar y elevar la relación matrimonial ha sido desviado. Que los predicadores hagan esto en los servicios de adoración públicos es desmesurado.

Cantares de Salomón está deliberadamente disimulada en eufemismos poéticos que son bellos en cualquier medida. Algunas de las imágenes son bastante obvias, algunas son muy debatibles. En muchos lugares el significado es lo suficientemente indistinto para aceptar una gran cantidad de imaginación hermenéutica, y la sabiduría parecería enseñar que aquí _ especialmente aquí _ es mejor para el predicador no ser mucho más explícito que el Espíritu Santo lo fue.

Y enfrentémoslo pues: En conjunto, Cantares es casi tan lejos de ser explícito como el escritor pueda llegar.

Sin embargo, puesto que el simbolismo se trata obviamente de pasión, romance, amor, deseo, y ternura, su ambigüedad sirve a un propósito deliberado: Habla en términos secretos acerca de aquellos que debería ser guardado en secreto. El lenguaje es claramente diseñado para comunicar afecto íntimo privadamente a través de términos disimulados, confidenciales, casi clandestinos.

Éste es un punto vital: El estilo de comunicación entre estos dos amantes encubre bellamente todo menos el significado más esencial de sus canciones de amor en una manera en que guarda la privacidad profundamente personal (y divinamente pretendida) del trato sexual entre casados.

Cantares de Salomón es increíblemente bello precisamente porque está tan cuidadosamente disimulado. Es una descripción perfecta del descubrimiento maravilloso, sensible, íntimo que Dios diseñó para tener lugar entre un joven y su prometida en un lugar de secretismo, una vez casados. No se nos dice en términos vívidos lo que todas las metáforas quieren decir, porque la belleza de la pasión marital es una cosa subjetiva _ donde debería quedarse.

Tom Gledhill sabiamente resume este punto en su comentario IVP sobre Cantares (pp. 29-31):

Desempacar metáforas y desenvolver eufemismos (en Cantares) puede significar que nuestros pensamientos giran en espiral fuera de control, y acabamos por cometer adulterio en nuestras imaginaciones. Así que si la interpretación de la Escritura resulta en una piedra de tropiezo, y una causa de ofensa para algunos que creen, ¿qué entonces? . . . Una vez que una línea en particular de interpretación ha sido sugerida, es difícil de evitar ver alusiones sexuales explícitas en todas partes, hasta que toda la obra se vuelve saturada en referencias a órganos genitales, coito y sexo explícito.

. . . La respuesta del Nuevo Testamento es muy clara y directa. Jesús dijo, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno". En otras palabras, no queremos caer en la tentación con ojos abiertos cuando conocemos nuestras áreas particulares de debilidad.

. . . El lenguaje que usamos para describir partes diversas de la anatomía humana (lo que el Apóstol Pablo describe como nuestras ‘partes impresentables’) es un asunto de sensibilidad delicada. . . . Cuando [inapropiadamente explícita] las palabras son usadas en una plática, da lugar a una desorientación profunda en el oyente, lo cual tiene una tendencia a bloquear completamente para un grado alto cualquier capacidad para un debate racional. Actúan, por así decirlo, como granadas de mano verbales. Su uso es una actividad terrorista, causando destrucción caprichosa.

Tremper Longman III dice esto acerca de los predicadores y comentaristas que interpretan las imágenes poéticas de Cantares en formas abiertamente explícitas: “(Su) libre asociación con las imágenes de Cantares es tan prevaleciente que aprendemos mucho más acerca de los intérpretes que lo que aprendemos del texto” (NICOT, p. 14).

Considere, por ejemplo, el siguiente pasaje de Cantares 4:12-16. Aquí Salomón describe a su prometida con una metáfora complicada utilizando símbolos de flores, y ella responde haciendo eco de las imágenes:

12 Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía; Fuente cerrada, fuente sellada.

13 Tus renuevos son paraíso de granados, con frutos suaves, De flores de alheña y nardos;

14 Nardo y azafrán, caña aromática y canela, Con todos los árboles de incienso; Mirra y áloes, con todas las principales especias aromáticas.

15 Fuente de huertos, Pozo de aguas vivas, Que corren del Líbano.

16 Levántate, Aquilón, y ven, Austro; Soplad en mi huerto, despréndanse sus aromas. Venga mi amado a su huerto, Y coma de su dulce fruta.

Salomón así describe a su prometida como un huerto cerrado. Para él, ella es un lugar agradable lleno de fragancias encantadoras y de sustancias reconfortantes. El retrato hablado que él pinta es bello en cada nivel. Los detalles ("Tus renuevos son paraíso de granados, con frutos suaves, De flores de alheña y nardos; Nardo y azafrán, caña aromática y canela. . . árboles de incienso, mirra,” etc.) Puede o no tener significados específicos que habrían sido conocidos por la prometida.

Todo lo que el intérprete cuidadoso puede decir con seguridad es que Salomón encuentra a su prometida apacible por todas sus percepciones sensoriales. Él por consiguiente la compara a imágenes más agradables y bellas que él puede pensar de _ ungüentos y fragancias y deleites visuales _ todos concentrados en un pozo muy bien cultivado. Un huerto. El huerto está “cerrado”, lo cuál otra vez, acentúa la privacidad íntima del amor marital puro. Nada requiere que el exégeta tome cualquier cosa más que eso. La Escritura misma no va más allá que eso.

“Es abierto pero no insensible” dijo Mark Driscoll a una congregación dominical en Escocia solo hace menos de 18 meses. Pero entonces él continuó repitiendo lo dicho por Salomón en una manera que era completamente insensible y ni aun remotamente cerca de lo que el Espíritu Santo intentó. (Una copia del CD de ese mensaje ofensivo, titulado Sexo: Un Estudio de las Buenas Porciones de Cantares de Salomón me fue recientemente enviado por algunos profundamente ofendidos y preocupados cristianos en UK. Es primordialmente la razón por la que estoy haciendo esta serie.)

En la mente de Driscoll, no es la prometida por sí misma la que es un huerto, sino una parte específica de su anatomía. Como él rediseña el pasaje, no es un poema acerca de la privacidad encantadora que a los cónyuges disfrutan; es una forma engañosa de abiertamente exponer esa intimidad paraqué todos la vean.

En esencia, él trata a Cantares de Salomón como una leyenda urbana antigua acerca del texto de la canción “Louie, Louie”. Sólo aquellos con conocimiento secreto realmente lo pueden comprender; y por eso su significado verdadero debe ser algo sucio.

Ese acercamiento alimenta los oídos lascivos. Es difícil de verlo como algo más que simple exhibicionismo. Lo peor de todo, voltea de cabeza todo el propósito de Cantares de Salomón.

Tremper Longman estaba en lo correcto: Una eisegesis como esa no revela nada acerca del libro sino todo acerca del intérprete

Enfáticamente estoy de acuerdo con aquellos que dicen que la Cantares no es mera alegoría. Es mejor comprendido cuando lo tomamos literalmente, como cualquier otro texto de la Escritura. Muchos intérpretes que de otra manera los tengo en alta estima (incluyendo a Spurgeon y la mayoría de los Puritanos) desafortunadamente han hecho confundir más que aclarar el mensaje de Cantares tratándolo en una forma puramente alegórica que elimina su significado primario.

Cantares es, como he dicho desde el principio, un poema de amor entre Salomón y su prometida, celebrando su amor mutuo el uno al otro, incluyendo los deleites del trato sexual entre casados. Interpretar esto –o alguna otra porción de la Escritura –en una manera puramente alegórica es tratar con mayor autoridad la propia imaginación del intérprete que el significado simple del texto.

Sin embargo, aquellos que pretenden conocer los significados de los símbolos poéticos que no son claramente identificables en el texto mismo cometen el mismo error. Su especulación es asimismo una forma de exaltar sus imaginaciones a un nivel más alto de autoridad que el sentido simple del texto.

Ese es un problema particular cuando el intérprete ve un mandamiento para el sexo oral en la metáfora simple de un árbol frutal o supone que la mejor manera de contextualizar e ilustrar porciones del texto es mediante el desnudar verbalmente a su esposa a fin hacer el punto tan vívido como sea posible. En tal caso, no sólo ha dado al orador mucho más peso a su propia imaginación especulativa; él ha dado una clara señal de que su imaginación no es del todo pura (Lucas 6:45).

Y ese es un problema mucho más serio que simplemente alegorizar el texto.

De ninguna manera quiero minimizar los peligros de alegorizar el texto. Ese enfoque a la hermenéutica está lleno de malicia, aun en las manos de hombres sanos que son generalmente sanos en su doctrina. No apruebo vuelos de imaginación alegórica, especialmente con un texto como Cantares, que plantea dificultades bastante evidentes con las metáforas obvias y el lenguaje poético que presenta.

Los alegorizadores de Cantares generalmente lo ven como una expresión de amor mutuo tierno entre Cristo y Su iglesia. La mayor parte de ellos dirían que Cristo es representado por la voz de Salomón; la iglesia es representada por la voz de la Sulamita. Algunos intérpretes van más lejos aún e imaginan que oyen tres o más voces hablando fuera del texto. (Invariablemente aquellos que multiplican las voces intentan hacer que los versículos se amolden a algún libreto complicado que surge de su propia agenda personal que del texto mismo.)

Aun, a pesar de cuántas voces se oyen y quien supuestamente habla, casi todos los que alegorizan este poema lo ven como un cántico litúrgico de amor entre Cristo y la iglesia. Es probablemente justo decir que esta perspectiva alegórica enfocándose en Cristo y la iglesia ha sido la interpretación dominante del poema a todo lo largo de la historia de la iglesia.

Esto, por supuesto, no lo hace ser correcto. Yo creo que no es el enfoque correcto para interpretar este texto.

Si usted ha oído a cualquier enseñanza de Mark Driscoll sobre Cantares, usted seguramente ha oído su chiste en este sentido. Por ejemplo, en el sermón que me hizo escribir estos artículos, Driscoll dice: “Algunos han alegorizado este libro, y al hacerlo, lo han destruido. Lo han destruido. Dirán que es una alegoría entre Jesús y su novia la iglesia. Lo cual si es cierto, es extraño.

Driscoll ha dicho una misma cosa en al menos tres de sus otros sermones. Por ejemplo: “Jesús se mantiene besuqueándose conmigo y tocándome en lugares impropios”. “Ahora soy gay, o me siento muy apenado, o ambos”. “Como hombre, no me siento a gusto con Jesús, como usted sabe, besándome y tocándome y llevándome a la cama. ¿Verdad? Me siento una especie de homo-erótico en esa clase de perspectiva de Cantares”.

Incluso en su serie mas reciente Peasant Princess, él repite una versión de ese mismo chiste:

Ahora lo que ocurre es que alguien diga: “bien, nosotros creemos en el libro [Cantares], y lo enseñaremos, pero lo enseñaremos alegóricamente”. Y hay una interpretación literal y una interpretación alegórica. Dirán: “Bien la interpretación alegórica, no es que no es entre un marido y una esposa, Cantares, amor, romance e intimidad; lo que es, es que se trata de nosotros y Jesús”. ¿Es cierto? Espero que no. [Risas de la gente] Si llegara al cielo y esto se cae, no sé qué que es lo que haría. Quiero decir que va ser un mal día. ¿Verdad? En serio. Ustedes saben de lo que hablo. Usted es como: “No, no hago eso. Usted sabe que no hago eso. Lo Amo [Jesús] pero no me gusta eso”. [Risas de la gente].

Driscoll se sacudió las críticas acerca de este tipo de bromas afirmando que no es blasfemia porque no tiene nada que ver con el Jesús “verdadero”. Él dice que él simplemente se burla de una noción falsa acerca de Jesús. Y él continúa haciendo ese chiste. Este es el problema con eso: La Escritura claramente enseña que el amor entre una pareja en todos sus aspectos es una metáfora de Cristo y la Iglesia (Efesios 5:31-32).

De esta manera, incluso una interpretación no alegórica de Cantares, (simplemente tomando literalmente la canción de amor entre Salomón y la Sulamita) finalmente nos señala a Cristo y su amor hacia la iglesia. El texto debe ser manejado por el predicador consecuentemente, no como una excusa para bañarse en el canal de la obsesión tolerante de nuestra cultura con la conversación sexual grosera y las imágenes gráficas sexuales.

Algunos que han hecho comentarios sobre estos artículos han sugerido que debo dar una exposición completa de Cantares en vez de simplemente criticar a los malos intérpretes y condenar abiertamente la idea obsesiva de la iglesia contemporánea con el sexo.

Eso requeriría una larga serie, y preferiría no dedicar semanas en este blog a un tema que he subido sólo para hacer una admonición simple y singular. Pero aquellos que se preguntan como sería mi exposición de Cantares la encontrarán en todas las notas sobre el texto en La Biblia de Estudio MacArthur.

Esas notas deberían ser una suficiente respuesta para el autor del comentario que pretendía saber si lo que estoy diciendo sería mejor no hacer comentarios sobre Cantares en absoluto.

Lo que estoy diciendo es que los límites de la conveniencia –especialmente cuando se tratan temas como el sexo –debería ser determinado sin importar qué texto tratemos. Interpretar poesía bella traduciéndola como un porno ligero grosero es corromper la intención más fundamental del texto.

Esto no es en absoluto tan difícil de entender como algunos pretenden, pero quizá un paralelo simple será suficiente: Hay otras funciones privadas del cuerpo humano y “menos dignas” o “decorosas” (1 Corintios 12:23). Encontramos éstos mencionados o aludidos en ocasiones en la Escritura sin ser demasiado específicos. Todos nosotros justamente nos sintiéramos ofendidos si el predicador diese un discurso largo, descriptivo o instrucciones sobre el ´como hacer´ en el culto dominical, describiendo estas cosas “menos decorosas”.

Para razones más fuertes que la simple modestia, ciertos actos incluyendo fornicación, autoerotismo, y otras cosas que las personas comúnmente “hacen en secreto” dan vergüenza hablarlas, en cualquier contexto público (Efesios 5:12), mucho menos en un servicio religioso. Pueden ser temas adecuados para una sesión privada de consejería, o en el consultorio del doctor, o en una conferencia de biología de la universidad, pero no son temas apropiados para un servicio de adoración donde Dios debería ser glorificado, Cristo debería exaltado, la mujer debe ser respetada, la inocencia de los niños debería ser protegida, y las curiosidades lascivas de las personas no deberían ser innecesariamente encendidas.

Cuando un orador deliberadamente despierta pasiones que posiblemente no pueden cumplirse justificadamente en estudiantes de universidad solteros, o cuando sus ilustraciones personales fallan en proteger la privacidad y el honor de su esposa, eso es muchísimo peor que simplemente inapropiado. Cuando se realiza repetidamente y con una conducta niño malo inmaduro, tal práctica refleja un gran defecto que espiritualmente lo descalifica. Cualquier hombre que hace cosas así la marca principal de su estilo no está simplemente por encima de toda posible crítica.

Como recientemente lo fue una década atrás, que el punto de vista no habría planteado una controversia.

El hecho de ser tan controversial ahora es simplemente una prueba más de que los evangélicos se han vuelto demasiado como el mundo, y demasiado confortable con las perversas características de nuestra cultura.

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy buen tratamiento del asunto hermano, se borro todo uno extenso que tinia pero publicaré la dir de su blog.
Dios lo bendiga.