domingo, 17 de mayo de 2009

La dependencia de los jóvenes a los videojuegos


La dependencia patológica de los jóvenes a los videojuegos preocupa en EEUU

La dependencia patológica de los jóvenes estadounidenses a los videojuegos, que supone desórdenes del sueño o situaciones de fracaso personal o escolar, preocupa a investigadores en Estados Unidos, que compararon el problema con la adicción de los apostadores. 

Según un estudio divulgado el lunes, cerca de uno de cada 10 jóvenes estadounidenses que utilizan videojuegos podría ser un adicto. 

Mienten, piden dinero prestado, estudian a medias, o no lo hacen en absoluto: según este estudio, realizado por el Instituto Nacional de Medios y Familia de la Universidad de Iowal (centro), los adictos a los videojuegos tienen comportamientos similares a los jugadores compulsivos por dinero. 

"El presente estudio se planteó si el juego patológico es un tema que merece más atención", escribió en el informe el director del Instituto y profesor de psicología, Douglas Gentile. 

"Con casi uno de cada diez jóvenes con auténticos problemas con los videojuegos, podemos concluir que sí la merece", indicó. 

La investigación se realizó en un universo de 1.178 personas de entre ocho y 18 años con casi el mismo número de varones y mujeres. La primera constatación es que los jóvenes estadounidenses adoran pasar tiempo frente a las pantallas: un 90% dijo jugar regularmente. 

En promedio, los varones destinan 16,4 horas semanales a los videojuegos, muy por encima de las mujeres, con 9,2 horas por semana. 

Pero del 8,5% que presentó síntomas de dependencia, la cifra asciende a 24 horas semanales o unas 3 horas y media diarias. 

"Aunque este porcentaje pueda a priori parecer elevado, es muy similar a la prevalencia demostrada en muchos otros estudios de práctica patológica de videojuegos en este rango etario en otras naciones", destacó Gentile. 

Para llegar a esta conclusión, el Instituto, que recuerda que la dependencia a los videojuegos no es considerado por las autoridades sanitarias estadounidenses como una patología, consignó una serie de síntomas clínicos, de orden fisiológico (dolores de cabeza, desórdenes del sueño, problemas de higiene), o psicológicos (distorsiones afectivas, problemas de relación). 

Para considerarse "dependiente", un joven debe acumular al menos seis de estos síntomas, que en menor medida afectan también a los otros jugadores: por ejemplo, un cuarto de los jóvenes interrogados dice jugar para escaparse de sus problemas. Una cantidad similar admite jugar cuando se supone que debería estar estudiando. 

Un quinto de los jugadores reconoce haberle dedicado poco tiempo a sus tareas escolares, o haber tenido malos resultados en exámenes por haber estado frente a la pantalla. 

"Es ciertamente posible que el juego patológico cause bajo rendimiento escolar", señaló el informe. 

"Pero es igualmente posible que los niños que tengan problemas en la escuela busquen los videojuegos para sentirse que dominan una situación, o que los problemas de atención causen bajo rendimiento escolar y atracción por los videojuegos". 

Según la investigación, a las mujeres les es más fácil que a los varones dejar de jugar para concentrarse en sus responsabilidades domésticas o escolares. 

En caso de dependencia probada, el Instituto proporciona una serie de consejos para padres en su sitio web (http://www.mediafamily.org/), entre ellos la toma de conciencia del problema a nivel familiar.

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