miércoles, 27 de mayo de 2009

El Constructor Del Sermón

Una Guía PASO A PASO Para Realizar Mensajes Y Sermones Expositivos.

Tomado de Shepherds Fellowship

Traducido por Armando Valdez (favor de citar la fuente)

Introducción

Bienvenido a el Constructor del Sermón – una guía paso a paso para la preparación expositiva del sermón. Mientras el Constructor de Sermón no le escribirá al sermón a alguien, está dirigido a conducir a pastores y maestros de la Biblia hacia los pasos básicos de la exégesis y la exposición. Es nuestro deseo que aun al exponente experimentado, al abrirse paso por el Constructor de Sermón, será refrescado y recordado de verdades y principios útiles.

El Constructor de Sermón ha dividido la construcción del sermón incorporando un proceso en cuatro etapas principales: 1) La Preparación, 2) La Precisión, 3) La Producción, y 4) La Presentación.

Etapa 1: La Preparación

La predicación poderosa siempre comienza con una preparación correcta. El hombre de Dios no puede esperar interpretar correctamente el texto o exponer apasionadamente la verdad sin primero preparar su propio corazón y mente para la tarea. Esta preparación requiere al menos seis áreas de consideración:

1. El Predicador – ¿Estoy preparado para predicar?

2. El Propósito – ¿Por Qué estoy predicando?

3. El Paradigma – ¿La Clase de sermón predicaré?

4. Las Personas – ¿A Quiénes predicaré?

5. El Potencial – ¿Cuáles son los resultados potenciales de mi mensaje?

6. El Pasaje – ¿Qué texto voy a predicar?

A través de considerar en oración cada uno de estas áreas, el predicador estará bien preparado para empezar el proceso de construcción del sermón.

Etapa 1, Paso 1: Considera al Predicador (¿Estoy Preparado para predicar?)

El predicador debe empezar por mirar su propia vida, impregnando todo el proceso de construcción del sermón en oración, confesando todo pecado conocido, y recordándose a sí mismo que él es más que un simple siervo de Su Amo.

Es crucial, desde el principio, que el predicador autoexamine su propio corazón antes de predicarle a otros. Con esto en mente, Steve Lawson indica:

Antes de que el predicador pueda preparar el sermón, Dios debe primero, preparar al predicador. El que desee obtener una comprensión precisa del texto bíblico debe ser una persona que esté creciendo en la gracia y el conocimiento del Señor Jesucristo. De esta manera, el expositor nunca debería acercarse a un pasaje clínicamente, simplemente para elaborar un sermón. En lugar de eso, él debe estudiar para comprometer su corazón a amar y adorar a Dios.Ningún expositor puede llevar a otros espiritualmente a donde él no ha ido.

Jerry Vines y Jim Shaddix simplemente dicen esto: “La preparación es un elemento importante en la buena predicación expositiva. El predicador no sólo debe pasar tiempo preparando el mensaje, sino que él también debe prepararse”. Con esto en mente, la preparación personal del predicador consta al menos de tres elementos cruciales: La oración, la pureza, y la perspectiva.

La Oración (Salmo 19:14; 119:10, 18, 33-40). De principio a fin, el predicador debe impregnar todo el proceso de construcción del sermón en oración – la oración por él mismo (para que él correctamente interprete y aplique la verdad) y la oración para sus oyentes (para que correctamente entiendan y respondan a la verdad). En esencia, la oración es dependencia. El predicador que no ora, indica que él depende más en sus habilidades persuasivas que en el poder del Espíritu de Dios. James Rosscup dice esto:

La oración no es una disyuntiva sino el elemento principal en el caleidoscopio de características espirituales que señalan a un predicador. Estos rasgos se unen en una fuerza espiritual poderosa; crean a un portavoz para Dios. Jesús, el modelo más fino, y otros portavoces efectivos para Dios han sido poderosos en la oración unida a las virtudes de santidad y dependencia en Dios. . . . Los predicadores que siguen el modelo bíblico toman seriamente la oración misma. En la preparación del sermón, se empapan ellos mismos en oración.

La Pureza (1 Tes. 2:1-12; 1 Tim. 3:2-3; Stgo. 1:21). Además de la devoción, el hombre de Dios debe ser un hombre caracterizado por una vida justa. Cualquier estándar inferior socava el mismo mensaje que el predicador proclama. Ciertamente, nadie es perfecto. Pero, el patrón de vida del predicador debe ser uno que refleje y refuerce la verdad que él expone. A consecuencia de esto, Stephen Olford simplemente indica: “Las Escrituras y la experiencia práctica nos han enseñado que Dios está más preocupado con lo que somos que con lo que hacemos”. John MacArthur está de acuerdo, notando:

La rectitud y la santidad juntas son dos cualidades indispensables de un hombre de Dios, y aún son su búsqueda de toda la vida. Son centrales para su utilidad; están en el corazón de su poder.Él las posee y aún las busca (cf. Fil. 3:7-16). Un predicador no santificado es inútil para Dios, y un peligro para sí mismo y las personas.

De esta manera, Richard Baxter escribió:

Un buen número de sastres va cubierto de harapos, haciendo ropas costosas para otros; y un buen número de cocineros apenas se chupan sus dedos, cuando él ha adornado para otros los platos más costosos. . . . Es algo espantoso ser un profesante no santificado, pero bastante más lo es ser un predicador no santificado.

La Perspectiva (Sal. 8:3-4; Isa. 6:5; Rom. 12:3). En el mismo comienzo del proceso del sermón, el predicador humildemente debe recordarse a sí mismo que él no es nada fuera de la gracia de Dios. Él es simplemente un instrumento en las manos del amo, un mensajero al servicio del rey. Si el predicador tiene éxito (como Dios lo mide), no es por su elocuencia o su carisma – más bien el éxito verdadero proviene de una fidelidad inquebrantable sin importar las consecuencias. El hombre piadoso no le sirve a los hombres, sino a Dios. El predicador piadoso, por consiguiente, no debe buscar la aprobación de los hombres, sino más bien la sonrisa de su Señor.

Además, la Palabra que él proclama nunca debe ser minimizada, la salvación que él recibió nunca debería olvidarla. Primero debería ser un combustible para su pasión por Dios, y segundo debería ser una parte necesaria de su vocación. El proceso de construcción del sermón no debería ser un simple trabajo, sino también adoración. Steven Lawson dice esto:

El predicador siempre debe abordar la Palabra de Dios con reverencia, humildad, y temor de Dios. Cada vez que él abra la Escritura, él debe ser agudamente consciente de que él está abriendo la Palabra del Dios vivo. Él nunca debe permitirse venir a la Biblia insensiblemente o en una rutina hueca. Más bien, su corazón siempre debería estar absorbido con la verdad profunda que Dios está hablando en el texto. Así, él siempre debe estudiar un texto en la manera que Moisés abordó a Dios diciendo, “muéstrame Tu gloria”. Entonces, antes de que pueda tener una comprensión clara de la Palabra de Dios, primero debe haber un amor consumado por Dios y Su gloria.

Teniendo una perspectiva correcta, el predicador se da cuenta de que él es insignificante, pero que el Dios a quien el sirve lo es todo. El proceso del construcción del sermón, por consiguiente, no es un trabajo pesado meticuloso, sino más bien el privilegio máximo para el cual cualquier ser humano pecaminoso podría ser llamado.

Etapa 1, Paso 2: Considere el Propósito – ¿Por Qué estoy predicando? ¿Por qué debería Predicar Expositivamente?

El llamado a predicar no es meramente una invención humana. Más bien, es una idea de Dios – de hecho, es Su mandamiento para aquellos que son Sus mensajeros. Aún, el llamado a predicar no es un llamado para exponer nuestras ideas o nuestras opiniones. El púlpito no es nuestra tribuna improvisada. De esta manera el predicador debe tener el compromiso de predicar la Palabra – para exactamente y adecuadamente expresar las verdades de Dios como se han dado en la Escritura.

Aquí hay cinco razones (adaptado de Carey Hardy) para predicar la Palabra de Dios con fidelidad y precisión:

1. Bíblicamente – la predicación expositiva es el modelo presentado y prescrito en la Escritura:

· Mat. 28:19-20 - Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

· 1 Tim. 4:13 - Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza.

· 2 Tim. 2:2 - Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.

· 2 Tim. 4:1-2 - Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.

· Tito 2:1 - Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina.

* Un modelo expositivo de predicar se sobreentiende también en Esdras 7:10; Nehemías 8:8; Lucas 4:16-22; Hechos 6:4; 7:2-53; 8:27-35; y Rom. 10:17.

MacArthur resume el ejemplo que encontramos en la Escritura:

[La Palabra de Dios] es lo que Jesús predicó (Lucas 5:1). Fue el mensaje que los apóstoles enseñaron (Hechos 4:31 y 6:2). Fue la palabra que los samaritanos recibieron (Hechos 8:14) como dada por los apóstoles (Hechos 8:25). Fue el mensaje que los Gentiles recibieron como fue predicada por Pedro (Hechos 11:1). Fue la palabra que Pablo predicó en su primer viaje misionero (Hechos 13:5, 7, 44, 48, 49; 15:35-36). Fue el mensaje predicado en el segundo viaje misionero de Pablo (Hechos 16:32; 17:13; 18:11). Fue el mensaje que Pablo predicó en su tercer viaje misionero (Hechos 19:10). Fue el enfoque de Lucas en el Libro de Hechos con respecto a que se propagó rápidamente y ampliamente (Hechos 6::7; 12:24; 19:20). Pablo tuvo el cuidado de decirle a los corintios que él habló la Palabra como fue le dada por Dios, que no había sido adulterada y que era una manifestación de la verdad (2 Cor. 2:17; 4:2). Pablo admitió que fue la fuente de su predicación (Col. 1:25; 1 Tes. 2:13).

2. Teológicamente – una comprensión correcta de la Escritura nos conducirá a predicar exposicionalmente.

· La Palabra de Dios es inspirada (2 Tim. 3:16; 2 Ped.. 1:20-21). Es exhalada por Dios; Es Su misma Palabra.

· La Palabra de Dios es inerrante (Sal.. 19:7-9). Como originalmente revelada, la Biblia es sin error en cualquier área, incapaz de fracasar en cualquiera de sus partes, perfecta en cada aspecto.

· La Palabra de Dios es autoritaria (Sal. 119). Debido a que es la Palabra de Dios perfecta, conlleva en ella Su autoridad.

· La Palabra de Dios es suficiente (2 Ped. 1:3-4; 2 Tim. 3:17; Heb. 4:12). Dios reveló todo lo necesario para que las personas vivan una vida plena. Aún cuando ciertos asuntos no se discuten específicamente en la Escritura, la Palabra de Dios provee los principios necesarios para correctamente ocuparse del punto en cuestión.

· La Palabra de Dios es relevante (Sal. 119:105; Is. 40:8; 2 Tim. 3:17). Porque Su Palabra es la autoridad final en todo lo que las personas necesitan, es de extrema importancia a todas las personas de todo los tiempos. La Escritura se ocupa de las necesidades verdaderas de toda persona de cada período de tiempo – a partir de la realidad del pecado y la necesidad de un Salvador.

La única respuesta correcta para creer en estas verdades acerca de la Escritura es predicar la Escritura expositivamente – ¡y para no predicar nada más! Si el predicador verdaderamente cree estas verdades, él querrá predicar de tal manera que el significado del pasaje de la Biblia sea presentado enteramente y tal cual Dios lo pretendió. Ésta es predicación expositiva.

3. Eclesiásticamente – como un líder en la iglesia, el predicador tiene una responsabilidad de predicar exposicionalmente.

· Nos encontramos que en la Escritura la iglesia existe para adorar y glorificar a Dios (1 Cor. 10:31; Heb. 13:15); para proveer un contexto de compañerismo amoroso uno con el otro con el objeto de la edificación mutua (Efes. 3:16-19; 4:12-16); para ser un centro de entrenamiento por medio del cual las personas puedan crecer a través de la aplicación de la enseñanza y la utilización de sus dones espirituales (1 Cor. 12-14; Rom. 12; Efes. 4); y para ser luz en este mundo de tinieblas, para la evangelización de los elegidos de Dios (Mat. 5:13-16; 28:19-20; Tito 2:11-15).

· Pero otro propósito de la iglesia es éste: La iglesia existe para ser un depósito de la verdad divina (1 Tim. 3:15). Si un predicador comprende este propósito de la iglesia, él está obligado a ser un expositor.

4. Históricamente – la predicación expositiva ha sido el modelo primario de predicar a todo lo largo de la historia de la iglesia, a partir de los profetas del Antiguo Testamento y los apóstoles del NT.

· James Stitzinger, en el capítulo tres de El Redescubrimiento de la Predicación Expositiva, provee uno exhaustivo relato de la historia de la predicación expositiva. Él da ejemplos de predicación expositiva en el período bíblico; la época de la iglesia cristiana temprana (100-476 D.C.); el período medieval (476-1500); el período de la Reforma (1500-1648), incluyendo los ejemplos de Lutero, Calvino, y Zwinglio; y el período moderno (1649-presente), incluyendo a William Perkins, Richard Baxter, John Owen, Bunyan, Charnock, Whitefield, Matthew Henry, John Broadus, Alexander Maclaren, Spurgeon, Ironside, Barnhouse, Criswell, G. Campbell Morgan, Lloyd-Jones, Stott, Boice, MacArthur, y a muchos otros. Claramente, el exponente bíblico está en buena compañía.

· La conclusión de Stitzinger, después de examinar la historia de la iglesia, es de esperarse:

Un estudio de la historia de la predicación expositiva hace constar que tal predicación está profundamente arraigada en el terreno de la Escritura. De esta forma, es la única clase de predicación que perpetúa la predicación bíblica en la iglesia. A lo largo de la historia, algunos hombres bien conocidos en cada generación representativa de un mayor cuerpo de exponentes fieles se han comprometido a este ministerio de exposición.

Sus voces desde el pasado deberían alentar al exponente contemporáneo y desafiarlo a alinear su predicación con el estándar bíblico. La Escritura exige nada menos que una exposición facultada por Dios como ha sido demostrada por aquellos santos dignos que han dedicado sus vidas a esta tarea noble.

5. Prácticamente – la predicación expositiva también tiene numerosos beneficios prácticos.

· Somos responsables de la enseñanza del consejo de Dios. Esto exige un acercamiento organizado, estratégico, expositivo. Un acercamiento “al azar” para predicar producirán un entendimiento “al azar” de la Escritura.

· Promueve el nivel más alto de alfabetismo bíblico y entre nuestro pueblo.

· Provee responsabilidad hacia el predicador. Le hace responsable de predicar lo que dice Dios, y no sus opiniones. También le hace surtir efecto. Es un trabajo arduo ahondar profundamente en las verdades de la Escritura.

· La exposición sistemática protege al predicador. Muchos pastores tienen una tendencia a caer en una rutina y desarrollar una mentalidad de un solo tema. También, la exposición da protección en contra de usar la Biblia como un club (encontrando una Escritura para reprender a alguien públicamente).

· Impide un inexacto uso del pasaje. No hay nada malo en usar un solo versículo de la Escritura para establecer un punto espiritual válido. El problema es hacer mal uso del versículo. Usted debe saber lo que un versículo quiere decir en su contexto antes de usarlo. La predicación expositiva asegura esto.

· Un exponente raras veces pierde el tiempo preguntándose lo que él va a predicar la siguiente ocasión… o de donde él obtendrá sus ideas para ver qué es lo que va a decir.

· La exposición sistemática le da a las personas un apetito por la Palabra.

El Redescubrimiento de la Predicación Expositiva enlista numerosos beneficios de la predicación expositiva de la manera siguiente:

La predicación expositiva emula mejor la predicación bíblica tanto en contenido como en estilo. Éste es el beneficio principal. Además de esto, otras ventajas listadas en orden aleatorio incluyen lo siguiente:

Predicación expositiva:

· Logra mejor el intento bíblico de predicar: Entregando el mensaje de Dios.

· Promueve bíblicamente la predicación autoritativa.

· Magnifica la Palabra de Dios.

· Proporciona una bodega de material de sermones.

· Desarrolla al pastor como un hombre de la Palabra de Dios.

· Asegura el nivel más alto de conocimiento de la Biblia para el rebaño.

· Induce a pensar y vivir bíblicamente.

· Promueve la profundidad y la comprensión.

· Da fuerza para el tratamiento textos difíciles de interpretar.

· Permite el manejo de amplios temas teológicos.

· Mantiene a distancia a los predicadores de la rutina y de los caballitos de batalla.

· Impide la introducción de ideas humanas.

· Protege en contra de una mala interpretación del texto bíblico.

· Imita la predicación de Cristo y de los apóstoles.

· Destaca lo mejor en el expositor.

Etapa 1, Paso 3: Considere el Paradigma – ¿Qué Clase de sermón predicaré?

Es importante, desde el principio, para el predicador comprender la esencia de lo que la predicación expositiva es. El exponente deberá darse cuenta de que mientras la exposición no está limitada a una predicación versículo por versículo, hay numerosas ventajas para hacer de la predicación versículo por versículo un patrón normal.

En su esencia, la predicación expositiva abarca los siguientes cinco elementos (adaptada de Richard Mayhue):

1. El mensaje encuentra su fuente exclusiva en la Escritura.

2. El mensaje es extraído de la Escritura a través de una exégesis cuidadosa.

3. La preparación del mensaje correctamente interpreta la Escritura en su sentido normal y en su contexto.

4. El mensaje claramente explica el significado original pretendido por Dios de la Escritura.

5. El mensaje aplica el significado Bíblico para hoy.

Indicándolo de manera diferente, Faris Whitesell aclara lo qué la predicación expositiva es mediante la identificación de lo que no es:

1. No es un comentario recorriendo de palabra por palabra y versículo por versículo sin unidad, ni bosquejo, y dirección penetrante.

2. Sin comentarios divagantes y observaciones sin sentido acerca de un pasaje sin un trasfondo de exégesis y orden lógico.

3. No es una masa de sugerencias desconectadas e inferencias basadas en el significado superficial de un pasaje pero no mantenida por un estudio a profundidad y amplitud del texto.

4. No es una exégesis pura, no importa cuánta erudición, si carece de un tema, tesis, bosquejo, y desarrollo.

5. No es una simple idea general estructural de un pasaje con algunos comentarios de apoyo pero sin otros elementos retóricos y de sermón.

6. No es una homilía tópica usando partes dispersas del pasaje pero omitiendo una discusión de otras partes igualmente importantes.

7. No es una colección en trocitos de citas y conclusiones gramaticales de comentarios sin una unión de estos elementos en un mensaje suave, fluido, interesante e imponente.

8. No es una charla tipo lección de escuela dominical que no tiene un bosquejo del contenido, informalidad, y el fervor pero con falta de estructura de sermón e ingredientes retóricos.

9. No es una lectura de la Biblia que conecta un número de pasajes dispersos tratando un tema en común pero falla en manejar cualquiera de ellos en una manera cabal, gramatical, y contextual.

10. No es un devocional ordinario o charla de reunión de oración que combina unos comentarios incoherentes, sugerencias inconexas, y reacciones personales en un debate semi-inspiracional pero con falta del beneficio del estudio contextual-exegético básico y los elementos persuasivos.

Con estos principios básicos como fundamento, hay muchos estilos diferentes de predicación expositiva. Irvin Busenitz escribe esto:

Tal como una predicación versículo por versículo no es necesariamente expositiva, predicar lo que no es versículo por versículo no es necesariamente poco expositivo. Es cierto, algunos enfoques de actualidad no son expositivos, pero tal necesidad no lo es y ciertamente no debería ser el caso. Ningún libro se ocupa de temas que directamente afectan la vida diaria más de lo que lo hace la Biblia. De esta manera, para ser efectivo, toda predicación de actualidad y enseñanza, cualquiera que sea tema, sea temático, teológico, histórico, o biográfico, debe ser consumido con exponer la Palabra.

El Constructor de Sermón está primordialmente diseñado para exponer versículo por versículo. Después de todo, ésta es la forma más común de exposición. No obstante, a los predicadores que quieren ocasionalmente predicar de manera tópica no les debería dar miedo hacerlo – con tal de que exactamente proclamen la Palabra de verdad, cuidándose de no sacar versículos de su contexto. Con esto en mente, el predicador debería seguir un plan general para su exposición semanal. Esto es medianamente fácil en una predicación versículo por versículo puesto que el predicador simplemente comienza en el texto que sigue de donde lo dejó. Para una predicación tópica, un buen plan requiere previsión y estrategia de oración. Siguiendo un plan, el predicador puede de antemano comenzar a prepararse para dar unas semanas de mensaje, y aun meses.

Considerando cual modelo este utilizando el predicador para un sermón dado (si el de versículo por versículo o el de tópico), el predicador puede apartar el tiempo necesario (el de tópico usualmente requiere más tiempo porque están involucrados más pasajes) y puede determinar los pasos correctos a seguir.

Hay beneficios significativos para predicar a través de un libro de la Biblia de principio a fin (en un estilo versículo por versículo). Lo siguiente, es adaptado de Carey Hardy, enlista esas ventajas:

· Protege versículo/párrafos/capítulo en su contexto correcto.

Esto asegura una mayor exactitud en el manejo de la Escritura. Es también mejor para la congregación, puesto que aprenderán los temas de la Biblia organizadamente, a distinción de un acercamiento de tópico que presenta la verdad en una forma potencialmente confusa y mixta. El progreso en aprender es más fácil de rastrear.

· Usted cubre todos los asuntos eventualmente.

De hecho, al predicar sobre libros de la Biblia usted terminará tocando un mayor número de temas que fácilmente vendrán a la mente de otra manera. La serie predicaciones grandemente auxilia su alcance objetivo.

· Le permite ocuparse de las necesidades sin distinguir a cualquier individuo.

Puesto que usted se ocupa de temas tal y como aparecen en el texto, las temas sensibles serán tratados sin la apariencia de señalar a personas o a problemas de la iglesia.

· Estudiar la siguiente sección del texto ahorra tiempo contra el investigar un tema completamente nuevo cada semana.

Cada sermón nuevo no requerirá una investigación completamente nueva sobre el trasfondo, contexto, etc., de un texto….o una investigación nueva de la nada en otro tema.

· Le evita el “agotamiento”.

Usted no tendrá que experimentar la tarea atormentadora y consumidora del tiempo para decidir qué tema a tratar cada domingo – usted obviamente predicará en la siguiente sección del texto

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