domingo, 31 de mayo de 2009

La Superioridad del Nuevo Pacto

En segundo lugar, Pablo quiere que nosotros tengamos por entendido que el Nuevo Pacto no sólo da vida, sino que provee justicia. En el versículo 7, él llama al Antiguo Pacto el “ministerio de la muerte”. Es un buen nombre para eso. Es el ministerio de muerte de la letra escrita en piedras. Y sabemos que hablamos del decálogo, los Diez Mandamientos, lo cual es el resumen del Pacto Mosaico o Sinaítico. Él dice que éste es un “ministerio de muerte”. Si tuvo cierta gloria. Si viniese con gloria, obviamente tuvo cierta gloria porque, claro está, fue la voluntad de Dios. Eso refleja la justicia de Dios. Es una ley gloriosa. Es “santo, justo y bueno”. No existe nada erróneo con ella en absoluto. Todo lo que hace es mostrar lo que está mal con nosotros. Pero si vino con gloria, tanta gloria que los hijos de Israel no podrían verle fijamente al rostro de Moisés por la gloria de su rostro, si viniese con gloria, ¿cuál gloria es? ¿El Dios del Antiguo Testamento - recuerda usted - iluminando el rostro de Moisés en el libro de Éxodo? ¿Si eso es cierto del Antiguo, cómo es en el Nuevo? Versículo 8: “¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu?,” el cuál es un término llamado en el Nuevo Pacto, ¿Si el Antiguo Pacto es un asesino y así tiene gloria, pero el Nuevo Pacto da vida y tiene gloria, ¿Cuánta mayor gloria? ¿Cuánta mayor gloria? El versículo 9 resume: “Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación.”

Y esa es la gran verdad; que el Nuevo Pacto provee justicia. Y esto se lo digo a usted en esta mañana. Lo que sucede en el Nuevo Pacto es que Jesús toma la penalidad por su pecado y le otorga Su vida justa. Esa es la justicia provista en el Nuevo Pacto. Y eso es exactamente lo que le sucedió a los santos del Antiguo Testamento. Si viniesen penitentes, suplicando a Dios, creyendo en él, confiando en Dios como su única esperanza, como su único Salvador: Dios, sálvame; no puedo recurrir a nadie más; tú debes perdonarme; tú solamente me has de perdonar; me entrego yo mismo a tu misericordia y tu perdón. Y si así hacían, entonces Dios los perdonaría. Sus pecados serían entonces llevados en la cruz por Cristo, y la vida perfecta y justa de Cristo sería imputada a su cuenta. Y Dios los miraría como si vivieran esa vida perfectamente justa, que Cristo mismo aún no había vivido en el tiempo, pero la cual Dios pudo completamente aplicar aun antes de que Cristo viniese. Y la maravilla de maravillas es que el Nuevo Pacto provee lo que el Antiguo Pacto no podía. El Antiguo Pacto no podría proveer vida, y no podría proveer justicia. Todo lo que podría proveer era muerte y condenación. Es llamado en el versículo 8 - o el versículo 9 el “ministerio de condenación”.

Y más aún, podría agregar, el Nuevo Pacto es permanente. El Nuevo Pacto da vida. El Nuevo Pacto provee justicia. Y en tercer lugar, el Nuevo Pacto es permanente. Permanente. Usted nota que al final del versículo 7, nos recuerda de ese incidente con Moisés cuando él vio la gloria de Dios, y él descendió la montaña - usted recuerda - en Éxodo 33. Y dice que el rostro de Moisés mostraba gloria, pero era una gloria que pereció. Una gloria que se desvaneció. Eso es también repetido en el Versículo 10. “Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente. Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.” Simplemente una clase interesante – una clase de analogía aquí. Moisés sube. Él ve a Dios en Éxodo 33. Él ve la gloria de Dios. Él está escondido en una roca. Puede usted leer el relato. La gloria de Dios pasa y se coloca en su cara. La gloria de Dios irradiaba de su cara. Él descendió a la montaña y fue hablar con el pueblo de Israel, quienes estaban allá abajo esperando a que viniera de regreso con la ley de Dios. Él baja y él ha visto a Dios. Y aquí está él con un rostro brillante, pero él pone un velo sobre su cara. Usted recuerda la historia. Él pone un velo sobre su cara, y a eso se refiere también en el versículo 13 aquí, porque la gloria se desvanece y él no quiere que las personas vean la gloria desvaneciéndose. Pero es una gloria que desvanece. Esto es decir que es una gloria que se disipa.

La economía Mosaica tuvo su momento en el tiempo; tuvo su lugar. Pero fue una gloria que pasó. Era gloria. Era gloria porque reflejó la voluntad de Dios. Pero no tuvo poder de salvación. No hay nada en la ley que le podría salvar. La ley no le proporcionó ayuda. La ley no le dio espacio; no le dio gracia; no le dio misericordia, y así es como no podría salvar en absoluto. Y Dios tiene un propósito de salvación. Su propósito entonces se originó y se cumplió. Pero su lugar fue un lugar que desvaneció. Se desvaneció del rostro de Moisés, lo cual es como una metáfora de su temporalidad. Tuvo gloria, Versículo 10. Pero no tiene gloria para comparar, al final de versículo 10, “con la gloria más eminente”. Esa es la gloria del Nuevo Pacto. “Lo que perece,” Versículo 11, quiere decir el Antiguo Pacto, “si tuvo gloria, pero mucho más el Nuevo Pacto” que permanece. Y esa es la permanencia de eso. Es permanente. Usted dirá ¿qué quiere decir con permanente? Siempre ha estado en su lugar. Y esto es asombroso para pensar.

¿Sabía usted que la validez del Nuevo Pacto y la aplicación del Nuevo Pacto se hizo para cualquiera en toda la historia redentora, todos los que han creído en la historia humana, donde todos son salvos mediante la aplicación del Nuevo Pacto? Nadie se salvó mediante los términos del Pacto Abrahámico, el Pacto Davídico, el pacto sacerdotal, el Pacto Noético y el Pacto Mosaico. La única forma en que las personas pudieron ser salvadas fue sobre la base del Nuevo Pacto. Es decir, todos sus pecados tuvieron que ser llevados por Jesús en la cruz, ya sea que hayan vivido antes de la cruz o después. Es lo permanente. Su gloria es permanente. Es el único pacto que salva. En el sentido de que es permanente, no es sólo expandido a todo lo largo del tiempo - todo el mundo siendo redimido por la aplicación del Nuevo Pacto – sino que es expandido sobre toda la eternidad. Porque en base al Nuevo Pacto, tenemos vida eterna.

A los judíos les gusta decir bueno, el Cristianismo es un trato retrasado. El cristianismo es una innovación. Tenemos el Antiguo Pacto. Tenemos el original. Usted tienen uno que – es un o que es herético, cuasi-judío. No. La aplicación del Nuevo Pacto llega directo hasta al tiempo de la caída. Alguien que era alguna salvo era salvo por la aplicación del Nuevo Pacto. Y todo el cielo será habitado por siempre por aquellos a quienes el Nuevo Pacto ha sido aplicado. Así es que el Nuevo Pacto da vida, provee justicia y es permanente.

En cuarto lugar, el Nuevo Pacto trae esperanza. Versículo 12: “Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza”. ¿Qué quiere decir él con eso? La sinceridad, la franqueza, el valor. Ahora eso no fue como con Moisés. Moisés puso un velo en su cara y se retiró, preocupado por la gloria que perece. Y el pueblo bajo el Antiguo Pacto, que significa que usted simplemente puede imaginarse que había una desesperanza. Es decir que espero que vaya a hacerlo. Espero referirme a eso. Usted sabe, estoy - estoy tratando de sobrecargar el lado correcto de la escala con buenas cosas y, usted sabe, asegúrese de que el balance está en ese lado. Yo - estoy tratando de mantener las ceremonias, usted sabe, hago lo mejor que puedo. Espero - escuche. Cualquier sistema de trabajo tiene esa misma mentalidad, ¿no es así? Por eso es que el pueblo católico romano no creen que usted pueda saber sino hasta que usted muera si usted la hizo o no, porque usted está siempre, siempre, siempre intentando lograr llegar, y nunca en un momento en el cual usted francamente y seguramente pueda decir por virtud de los méritos de la justicia de Jesucristo aplicado a mi vida y su muerte por mi pecado, me salvó. Usted no puede decir eso porque usted está aún trabajando para llegar allí. Eso fue cierto en el judaísmo. Así que no hubo franqueza, no hubo “atrevimiento” en nuestro lenguaje. Pero él dice que tenemos tal esperanza. Usamos un lenguaje atrevido. De hecho, puedo ponerme de pie y puedo decir que voy al cielo y yo lo sé. ¿Puede usted?

No me siento allí preocupándome y apurándome y furioso de que no la voy hacer; no voy en cierta forma a hacerlo; quiero decir que fracasé. No hice lo que debía haber hecho, y no sé si voy a hacerlo. Yo - no sé si voy a hacerlo. Esa no es la manera en que pensamos, ¿no es así? Sabemos que vamos a estar allí. Y no es porque nos hemos ganado el estar allí. Es porque Jesús llevó nuestros pecados y aplicó su justicia a nosotros. Eso - ese es el propósito de Dios. Y así, vivimos con esperanza. El Nuevo Pacto trae esperanza. El Antiguo Pacto no proveyó esperanza. No había misericordia en él. No había gracia en él. No le dio ninguna ayuda. No proveyó la capacidad. No le dio un camino para lograr llegar. Simplemente se estrelló y le aplastó en una condición de desesperación. El Nuevo Pacto da vida, provee justicia, es permanente, trae esperanza.

Número cinco, el Nuevo Pacto esta claro. Es claro. Versículo 13 y 14, el Nuevo Pacto es: “y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido. Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado.” Hace una transición pequeña de la analogía del velo en Moisés y él dice, hablando de velos - hablando de velos, Israel tiene un velo sobre su cara incluso hoy. Y se mantienen mirando el Antiguo Pacto, mirando el Antiguo Pacto, mirando el Antiguo Pacto. Usted puede mirar mucho tiempo. Y usted puede mirar y usted puede mirar y usted puede mirar, pero usted simplemente no puede encontrar salvación en él. Y está lleno de sombras, y está lleno de imágenes. Y está lleno de símbolos, y está lleno de tipos, y está lleno de misterios, todo ilustrado mediante un velo. Es disimulado. Es oscuro. Y la razón por la que es oscuro es por causa de que si “entendimiento…se embotó,” Versículo 14. Es debido a su incredulidad, realmente. No creerán en Dios y vendrán a El en Sus términos, y recibirán perdón de pecados por la gracia solamente a través de la fe solamente, a fin de que Dios les pueda aplicar el Nuevo Pacto. No vendrán en los términos de Dios y entonces, consecuentemente, su “entendimiento…se embotó” y el “velo no descubierto”. E incluso hasta este día el Versículo 15 dice: “cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos”. Y es cierto hoy. Usted va a la sinagoga en la calle, se levantan y leen la ley de Moisés, y obscurecen completamente la verdad de Dios, ¿verdad? Una salvación totalmente obscura. El velo de la incredulidad obscureció el significado del Antiguo Pacto y el significado del Nuevo Pacto igualmente.

Pero el Nuevo Pacto es más claro que el agua. Si usted simplemente viene y ve el Nuevo Pacto, nada es oscuro. Usted no tiene ninguna sombra; usted no tiene tipos; usted no tiene misterios; usted no tiene imágenes. Usted tiene a Cristo crucificado y resucitado. Y esa es la realidad. Así es que el Nuevo Pacto es superior. Da vida, provee justicia, es permanente, trae esperanza. Es claro para aquellos que lo creen. Y eso nos guía, por supuesto, al gran pensamiento central en este pasaje.

El Nuevo Pacto está centrado en Cristo. El Nuevo Pacto está centrado en Cristo. Versículo 14, mire al final del Versículo. “les queda el mismo velo no descubierto el cual por Cristo es quitado”. Usted nunca va a encontrar el mensaje hasta que venga a Cristo. Usted nunca va a ver claramente hasta que usted venga a Cristo. El pueblo judío, bendicen sus corazones, continúan considerando la ley, y nunca lo comprenden. Y el velo está sobre su rostro, porque sus mentes están endurecidas y sus corazones llenos de incredulidad y todo es oscuro. Mientras no reconozcan que la salvación sólo puede obtenerse mediante la gracia y la misericordia de Dios a través del sacrificio de Cristo, nunca van a ser capaces de comprenderla. El velo se desprende en Cristo. Y cuando el velo se desprenda - déjeme decirle algo: Usted necesariamente no querrá sostenerlo más sobre su cabeza. Usted, como un cristiano, tiene una comprensión mucho mayor del significado del Antiguo Testamento que cualquier judío inconverso. Usted lo comprende. Usted entiende - usted comprende más acerca de las realidades de la enseñanza del Antiguo Testamento que ellos. Usted bien puede no conocer el hebreo y puede conocer todos los matices pequeños y trasfondos históricos y todo eso. Pero usted comprende el propósito del Pacto Mosaico. Usted comprende todo eso. Y usted tiene por entendido que las promesas del Pacto Abrahamico, las promesas del Pacto Davídico, van a suceder sólo en los términos del Nuevo Pacto. Ellos comprenden eso. Dirían obviamente, los gentiles no comprenden a los judíos. Dirían que no estamos al tanto de los aspectos profundos del Antiguo Testamento.

Recuerdo hablar con un Rabí una vez en Hollywood, y discutíamos algo acerca del texto en el Antiguo Testamento Hebreo, y estaba yo en un cierto nivel mayor en mi hebreo a como lo estoy ahora. Y así es que tuve ocasión de usarlo algunas veces. Y él me preguntó acerca del Antiguo Testamento, y comencé a desplegar el entendimiento del Antiguo Testamento. Y en una oportunidad él se detuvo y dijo: ¿Cómo sabe usted, una persona gentil, esto? Dije: No sólo sé eso, sé mucho más, porque todo ha sido interpretado para mí por el máximo Rabí que alguna vez haya vivido, el Señor Jesucristo que, en el Nuevo Pacto, abrió todo el significado del Antiguo Pacto. Usted no aceptará el Nuevo Pacto; el velo está sobre sus ojos respecto al Antiguo Pacto. Esto es cierto. Ahora no vaya usted a dirigirse hasta la sinagoga allá abajo. Pero usted sabe que es algo triste. No es nada por el cual regocijarnos; es sólo la realidad.

Tanto el Antiguo como el Nuevo Pacto - escuche - son comprensibles para aquellos en Cristo. Ni el Antiguo pacto o el Nuevo Pacto es comprensible para aquellos fuera de Cristo. Porque sólo por la fe en Cristo les es quitado el velo. Pero Cristo es central para el Nuevo Pacto. Usted viene a Cristo; usted recibe a Cristo, y usted comprende todo. Bajemos hasta el versículo 16. “Pero cuando se conviertan al Señor”, ¿qué sucede? ¿El velo es qué? “se quitará.” Usted no puede comprender el Antiguo Pacto, usted aun no puede comprender el Antiguo Testamento, si usted no cree en el Nuevo. Baje hasta el versículo 18. Esto es realmente asombroso.

Algunos de ustedes que están sentados allí dicen bien, soy un nuevo cristiano, no sé si pudiese ser incluido en eso. Bravo, usted puede, las primeras tres palabras del versículo 18. “Por tanto, nosotros todos” - que clase de cara – “descubierta”. Todos nosotros tenemos una cara descubierta. Ahora, no todos sabemos todo acerca del Antiguo Testamento hasta que nos metamos en él un poco. Pero sabemos el propósito de la ley de llevarnos al punto de nuestro pecado y nuestra penitencia y a abrazar a Cristo. Se nos quita el velo. Y aquí estamos, los cristianos, todos nosotros habiendo venido a Cristo. El velo se va y miramos en espejo - en este caso probablemente un metal claro y pulido espejo con una visión despejada y evidente. Quiero decir que estamos mirando correctamente en eso y nosotros vemos la gloria del Señor. Vemos la gloria de Cristo. Y cuándo el velo viene y usted ve la gloria de Cristo, ¿qué sucede? Usted se vuelve transformado en la misma imagen de un nivel de gloria al siguiente y al siguiente. Y eso está siendo hecho por el Señor el Espíritu Santo. Qué versículo tan tremendo. Escribí un libro sobre ese solo versículo una vez, un pequeño libro sobre mi versículo favorito. Ese fue el mismo que escogí. Hmm.

Aquí estamos como cristianos. Y comprendemos el Antiguo Pacto; comprendemos el Nuevo Pacto; El velo es quitado. Y estamos mirando claramente, un claro espejo en la cara de Jesucristo. Y Cristo es el revelador. Y como hacemos eso, el Espíritu Santo se convierte en el transformador, y nos mueve de un nivel de gloria al siguiente nivel de gloria y al siguiente. Eso es lo que indica eso. Y es casi el lenguaje hebreo clásico: “De gloria en gloria en gloria”. Estamos siendo transformados por el Espíritu Santo en la misma imagen de Jesucristo. Entonces este - texto tiene mucha importancia para nosotros. Porque si usted va a comprender el Nuevo Pacto, usted tiene que tener por entendido que es muy diferente del Antiguo Pacto. Es un pacto que salva. El Pacto Mosaico, el Pacto Sinaítico o, como lo llamo, el Antiguo Pacto, no es un pacto que salva. No hay nada en ello que pueda salvar. La única cosa que quita el velo es Cristo. Cristo es el Nuevo Pacto. Viniendo a la fe en Cristo es venir a una relación del Nuevo Pacto con Dios.

Ahora, permítame resumir lo que hemos aprendido, ¿si? El Antiguo Pacto estaba escrito con tinta. El Nuevo Pacto está escrito con el Espíritu. El Antiguo Pacto estaba escrito en tablas de piedra. El Nuevo Pacto está escrito en el corazón. El Antiguo Pacto era inadecuado. El Nuevo Pacto nos ha hecho siervos adecuados. El Antiguo Pacto es de la letra. El Nuevo Pacto es del espíritu. El Antiguo Pacto mata. El Nuevo Pacto da vida. El Antiguo Pacto es un ministerio de muerte. El Nuevo Pacto es un ministerio del espíritu. El Antiguo Pacto vino con gloria. El Nuevo Pacto está lleno de gloria. El Antiguo Pacto es un ministerio de condenación. El Nuevo Pacto es un ministerio de justicia. El Antiguo Pacto, la gloria se desvanece. El Nuevo Pacto, la gloria es permanente. El Antiguo Pacto pone un velo sobre la cara y no es quitado. El Nuevo Pacto quita el velo, y la visión de Cristo es más clara que el agua. El Antiguo Pacto es esclavitud. El Nuevo Pacto es libertad. El Antiguo Pacto es incapaz de cambiar el corazón. El Nuevo Pacto nos transforma de un nivel de gloria al siguiente por el poder del Espíritu formándonos a la misma imagen de Cristo.

Ahora ¿qué esta diciendo Pablo aquí? Él esencialmente dice que las personas con el velo sobre sus caras son aquellas que aceptan el Antiguo Pacto. Y las personas con sin el velo de sus caras son las personas que aceptan el Nuevo Pacto. Tenemos un Nuevo Pacto.

La pregunta es que puesto que el sábado, como lo vimos la última vez, es tan intrínseco como una señal del Antiguo Pacto, ¿cómo podemos extraer esto e importarlo caprichosamente dentro del Nuevo Pacto? Los cual es esencialmente lo que haríamos si quisiésemos mezclar la ley del sábado en ello. No tenemos que ningún mandamiento que nos diga que deberíamos circuncidar a cada hombre que se convierte en cristiano. Esa era otra señal del Antiguo Pacto: la circuncisión. ¿Por qué entonces extraeremos la misma ley compleja del sábado la cual incluía cada séptimo día, pero que también incluías una larga lista de festividades y días festivos? ¿Por qué extraeremos las complejidades de toda esa ley del sábado, la cuál era también una señal? No era moral en sí. Dejamos la circuncisión allí. No hay razón para extraer la ley del sábado del Antiguo Pacto e inyectarla en el nuevo.

Ahora, si tuviésemos tiempo, podríamos ir al libro de Hebreos. Usted sólo podría regresar allí por un momento. No voy a hacerle que vea un montón de cosas, sino simplemente Hebreos por un momento. Hebreos fue escrita a algunos cristianos judíos, ¿verdad? Estaban en un algún lugar difícil. Es muy improbable que estuviesen en Jerusalén. No sabemos dónde estaban, pero estaban alguna clase de Diáspora; fueron esparcidos. Estaban lejos del templo; estaban lejos del lugar santo, lo cuál era una parte de la tela de su adoración. Y estaban en una comunidad judía y teniendo mucha presión. Habían aceptado al Mesías y, por supuesto, el Mesías fue rechazado por Israel. Así es que tenían una buena cantidad de estrés. Probablemente no tenían permiso de ir a la sinagoga más, así que había ciertas consecuencias sociales. Jesús dijo que él vino a traer espada en la familia y a dividir a los miembros de la familia, lo cuál es exactamente lo qué sucedió cuando un judío en una familia creía en Cristo y era separado de la familia. Así es que estos judíos que recibieron la carta a los Hebreos estaban fuera de Jerusalén, fuera de aquello que había sido una parte de la tradición de sus vidas. Fueron también separados de su sinagoga, lo cual era el centro social de su vida. También separados de la familia y tal vez, en muchos casos, habían perdido sus trabajos y perdido su posición en la comunidad. No era fácil. Y había esa clase de presión de regresar lo de antes. Y así a todo lo largo del libro de Hebreos hay una advertencia acerca de eso; no regresen, no regresen, no regresen.

Y la manera en que el escritor de Hebreos desarrolla esa advertencia es mediante una secuencia de cosas. Él dice que el Nuevo Pacto es una mejor revelación de verdad. Él dice que Jesús, el centro del Nuevo Pacto, es mejor que los ángeles que trajeron el Antiguo Pacto. Él dice que Jesús es mayor y posee una mayor gloria que Moisés, quien fue muy identificado con el Antiguo Pacto. En Hebreos 6 él dice que el Nuevo Pacto da una “esperanza mucho mayor” que el Antiguo Pacto. En Hebreos 7 que él dice el Nuevo Pacto trae una “mayor garantía en Cristo” que cualquier cosa en el Antiguo Pacto. En Hebreos 8 él dice que el Nuevo Pacto tiene un “ministerio más excelente”. En el Capítulo 8, versículo 6 dice que el Nuevo Pacto tiene a un mejor “mediador”. En el Capítulo 8, versículo 6 él dice que el Nuevo Pacto se forja en “mejores promesas”. En el Capítulo 9 dice que el Nuevo Pacto se basa en un “mejor sacrificio”. En Hebreos 11 dice que promete un “mejor ciudad”. Provee una “mejor resurrección”. Nos da en todos los aspectos “algo mejor”. No regresen; no se aferren. Suelten eso. Usted tiene algo mucho mejor.

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