Tenemos base sólida y comprobada para creer que las Escrituras se han trasmitido fielmente hasta la actualidad. Existen cerca de 6,000 Escrituras hebreas tanto íntegras como fragmentos y más de 5,000 de las Escrituras cristianas en griego. Entre ellas podemos mencionar los manuscritos descubierto en 1947 los cuales representan un tesoro de valor incalculable. Se le ha calificado como "el mayor descubrimiento de los tiempos modernos".
En la primavera de 1947, a doce kilómetros al sur de Jericó en la Costa Oeste del Mar Muerto, un pastor de cabras encontró en un cueva llamada Qumrám, varias tinajas, que contienen en su interior rollos de la Biblia, cubiertos de betún y cuidadosamente envueltos en tela. Escritas en varias lenguas: arameo, griego y hebreo. La mayor parte fueron escritas en pergaminos, y los otros en papiro.
Los primeros siete manuscritos de los Pergaminos del Mar Muerto tiene una historia más extraña que una ficción, aunque todos los detalles de los siguientes años probablemente nunca se conocerán, lo siguiente es lo que se sabe: Después de colgar de un poste de una tienda beduina por cierto periodo de tiempo, los siete pergaminos originales fueron vendidos por separado a dos expertos árabes en Belén. De ahí cuatro fueron vendidos (por una pequeña cantidad) al arzobispo Athanasius Jesche Samuel, de la Iglesia Siria Ortodoxa en Jerusalén del monasterio de San Marco.
Estudiosos de la Escuela Americana de Investigación Orienta fueron quienes los examinaron, ellos fueron los primeros en darse cuenta de su antigüedad. John Trever las fotografió a detalle y el gran arqueólogo William F. Albright pronto anunciaría que los rollos pertenecían al periodo entre 200 años a.C. y 200 años d.C. Entonces se hicieron los primeros anuncios de que los manuscritos más viejos jamás descubiertos habían sido encontrados en el desierto de Judá.
Tres de los manuscritos encontrados en la cueva fueron vendidos a E. L. Sukenik, arqueólogo de la Universidad Hebrea y padre de Yigal Yadin (general del ejército israelí quien después se convertiría en un famoso arqueólogo y excavador de Masada y Hazor). La guerra egipcio-israelita de 1947-1949 hizo que los rollos cayeran en el olvido.
Finalmente todos los manuscritos llegaron a la Universidad Hebrea bajo otro conjunto de circunstancias extrañas. Después de haber recorrido los Estados Unidos con sus cuatro pergaminos y no haber encontrado comprador interesado, Metropolitan Samuel publica un anuncio en el Wall Street Journal. Por coincidencia (o ¿providencia divina?) Yigal Yadin se encontraba en Nueva York y leyó el mensaje en el diario. A través de intermediarios pudo comprar estos invaluables manuscritos por una cantidad cercana a los $250,000. En Febrero de 1955 el Primer Ministro de Israel anuncia que el Estado de Israel había comprado los pergaminos y los siete (incluyendo los comprados anteriormente por el profesor Sukenik) se conservarían en un museo especial de la Universidad Hebrea llamado Santuario del Libro, donde se pueden ver el día de hoy.
A mediados de 1956 finalizada la sexta campaña, han sido exploradas once grutas y excavadas la mayoría de las ruinas próximas a Khirbet Feshkra y Khirbet Qumrán. Los siete pergaminos originales eran sólo el principio. Más de Ochocientos rollos fueron en total descubiertos y miles de fragmentos de todos los libros Bíblicos han sido encontrados excepto Esther, así como muchos otros textos no bíblicos.
Se estima que estos manuscritos fueron colocado en los jarrones entre el siglo II y I a.C. por lo tanto tienen una antigüedad de mas de 2,000 años.
El erudito romano Plinio (24-69 d.C.) describió al monasterio de Qumrán como sede de una numerosa colonia de Esenios, esta era una secta judía del siglo I a.C. que se llamaba a sí misma Nueva Alianza.
Los Esenios vivían en cuevas, en cabañas o en celdas, como los antiguos hebreos. Sólo se reunían en el monasterio para realizar sus actos sagrados comunes, para orar y para las comidas. Practicaban la humildad, según las prescripciones de su secta. Algunos grupos creen que los Esenios son los predecesores del cristianismo.
Los siete manuscritos originales, de la que se ha llamado "cueva 1" comprenden lo siguiente:
1) Una copia bien conservada de la profecía de Isaías completa la copia más vieja de un libro del AT jamás descubierta.
2) otro fragmento de Isaías.
3) Un comentario de los dos primeros capítulos de Habacuc el comentarista explica el libro alegóricamente en términos de la hermandad Qumrán.
4) El "Manual de la Disciplina" o "Norma de la Comunidad" la más importante fuente de información acerca de la secta religiosa en Qumrán describe los requisitos para aquellos que deseen ingresar a la hermandad.
5) los "Himnos de Acción de Gracias" una colección de "salmos" devocionales de acción de gracias y alabanza a Dios.
6) el libro de Génesis parafraseado en arameo.
7) la "Norma de Guerra" que trata de la lucha de los "hijos de la luz" y "los hijos de las tinieblas" a ocurrir en los "últimos días".
Una de las copias del libro de Isaías (la que estaba completa) fue sometida al Carbono 14 (Isótopo radiactivo del carbono, que se forma en la atmósfera, el contenido del carbono 14 permite fechar los restos arqueológicos), arrojando una antigüedad de entre el año 202 y 107 a.C. El método Paleográfico (Ciencia que estudia la escritura y signos de textos antiguos), mejorado en años recientes, se ha convertido en un método bastante fiable, esta permitió una datación y comprobación absoluta de la fecha arrojada por el Carbono 14, basándose en la comparación de la forma y la posición de las letras con fuentes externas, como monedas e inscripciones fechadas.
En un estudio varias especialistas compararon el capítulo 53 de Isaías encontrado entre los rollos del Mar Muerto con el texto masorético elaborado muchos años después. El resultado del cotejo fue lo siguiente:
- De las 166 palabras de Isaías 53, sólo se cuestionaron 17 letras.
- 10 de ellas son simplemente cuestión de ortografía que no afectan el sentido del mensaje.
- 4 letras suponen cambios pequeños de estilo, como conjunciones.
- Y las 3 letras restantes componen la palabra "Luz", que se había agregado en el verso 11 y que no afecta demasiado el sentido del mensaje.
En mil años se puede decir que apenas se ha cambiado una coma. También
Habacuc y Salmos estaban completos. Se han encontrado fragmentos de casi todos los libros del AT. Este descubrimiento fue doble, no solo porque se encontraron los manuscritos más antiguos del AT, sino porque además al cotejarlos con la versiones modernas de la Biblia pudo apreciarse que todo el trabajo exegético, lingüístico y de comparación de manuscritos había valido la pena; los textos modernos de la Biblia eran los mismos que los que se habían encontrado en Qumrán. Este es uno de los buenos motivos para confiar en el cuidado y celo de los masoretas en preservar los textos y la doctrina originales.
Así pues, las pruebas confirman que los copistas fueron muy fieles en su trabajo y profesión, claro que cometieron pequeños errores; hay que entender que los escritores originales fueron inspirados por el Espíritu Santo; pero los copistas y traductores no lo fueron, ellos fueron motivados por su amor a Dios a realizar sus trabajos.
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