MUJERES Y PORNOGRAFIA Por: Kathy Gallagherr Mujeres y Pornografía: Lo increíble se convierte en realidad Este fenómeno estremece el "mundo cristiano” pues los hombres son visualmente estimulados y por lo tanto son más propensos a una visión pornográfica. Tradicionalmente, las mujeres son mucho más propensas a la nostalgia, fantasías románticas que a crudas escenas de gente envuelta en actos sexuales. Sin embargo, durante los últimos años una nueva tendencia ha emergido: mujeres que ven pornografía en números alarmantes. Para ilustrar esto, Nielsen NetRatings informó que casi una tercera parte de visitantes a sitios web para adultos son mujeres. Estiman que 9.4 millones de mujeres en Estados Unidos accedió a pornografía en línea en septiembre de 2003.[i]Un artículo reciente en “Mujer Cristiana de Hoy” parece apoyar sus aseveraciones. "Una de cada seis mujeres, incluyendo cristianas, luchan contra la adicción a la pornografía," declara la autora Ramona Richards. "Esto es 17 por ciento de la población, que, según una encuesta realizada por la organización de investigación Zogby Internacional, es el número de mujeres quienes verdaderamente creen que pueden encontrar satisfacción sexual en Internet."[ii] Personalmente tengo mis dudas que el 17% de mujeres cristianas están viendo pornografía. Sin embargo, la mitad de esa cantidad representa un muy inquietante número de mujeres. Implicación Inicial La forma como Jim introduce a Susan en el mundo de entretenimiento de adultos es típico de cómo la mayoría de mujeres son implicadas. La primera vez que él trajo a casa una película, ella se estremeció por lo que vio. Esto fue tan repugnante para ella que trato de ignorar las escenas que estaban siendo reproducidas en la televisión de su dormitorio, en vez de eso trato de enfocar su atención en su esposo. En cuanto a Jim, ella nunca lo había visto tan apasionado hacia ella. ¡Esto era emocionante!. En los días siguientes Susan peleaba con lo que había hecho, vacilando entre la culpabilidad y el entusiasmo. Al final, ella tomó una decisión consciente, estaba dispuesta a cambiar su propio respeto por el cariño de él.Tal como Jim había prometido, había aumentado el nivel de pasión en su intimidad que no había sido así desde su noche de bodas unos veintitantos años atrás. Una vez que ella superó el choque inicial de lo explicito, llegó a buscar constantemente sus "tiempos especiales" los sábados por la noches. El intenso placer de estas experiencias les dio algo que podrían compartir juntos. Una cosa que sorprendió un poco a Susan fue la calidad de los videos. No eran las películas baratas producidas que ella esperaba. El mundo de entretenimiento para adultos tenía sus propios productores, directores, equipos de cámara, estrellas, etc. Cada vez, Susan comenzaba no sólo a disfrutar los efectos de las películas en su vida sexual sino también las películas en si mismas. Mientras que Jim estaba fascinado con todas las partes y con escenas explícitas, Susan estaba atraída por las historias de seducción y sus actores – y actrices favoritos. Sí, la lujuria por las mujeres había sido encendida en ella. Su relación parecía idílica esas primeras semanas. Aunque Susan tuvo que silenciar su conciencia culpable y sofocar sus preocupaciones que le regañaba, ella y Jim consiguieron estar mejor que antes. Pero, como sabemos, el placer del pecado dura solamente una temporada. Sin que ella lo supiera, una terrible influencia de corrupción había sido desatada profundamente en su ser. El "sexo-es-todo" transmitido por medio de estas películas comenzó a tirar abajo muchas de sus inhibiciones. Ella se encontró a si misma fantaseando sobre otros hombres -y mujeres. Algunas veces incluso miró secretamente las películas mientras que Jim estaba en el trabajo. Había otro problema desarrollándose también. Su relación, que había estado llena de dulzura y dedicación, comenzó a deteriorarse. Jim llegó a ser más distante que nunca, provocando en Susan sospechas y discusiones. Ellos reñían excesivamente por pequeñas diferencias. Cuánto más, cuando ellos estaban en público, pues, Jim abiertamente piropeaba a cada muchacha bonita que veía. ¿Cómo podía Susan regañarlo, después qué ella había permitido eso en su hogar? Poco a poco las cosas llegaron a empeorar, hasta que finalmente, Jim la dejó y Susan solicitó el divorcio. Ahora, como mujer de mediana edad con una unión fallida, la pérdida de su amor propio y la cavidad del alma que la pornografía produce, ella era más desgraciada que nunca. Este caso es bastante típico que ocurra cuando las esposas permiten que la pornografía ingrese al hogar. A medida que el número de hombres cristianos adictos al porno continúa aumentando, se puede esperar que el número de esposas y de novias implicadas también crecerá. Mientras que esto es bastante malo, ahora hay otra tendencia que preocupa: mujeres que están buscando pornografía en Internet por sí mismas.
El rostro de Susan delató repugnancia la primera vez que su marido le sugirió que vean juntos una película para adulto. "Cariño, no sólo deseo realzar nuestra relación intima," exclamó Jim, "sino que ya no necesitaré tener una vida sexual separada de ti. Esto terminará con todo secreto de nuestro alrededor."Ella por mucho tiempo tenía la esperanza de que él parase su adicción “online”, pero ésta era tan grande. "Somos cristianos, Jim," protestó, "¡y esto es incorrecto!""¿Incorrecto?" respondió Jim. "Conozco terapeutas cristianos que sugieren el uso de esto para mejorar sus vidas sexuales. ¿Cómo puede esto ser malo?"Después de años de tratar con la vida secreta de Jim, Susan eventualmente aceptó y se unió a lo que se está convirtiendo en un número cada vez mayor de mujeres cristianas que regularmente ven pornografía.
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