Los manuscritos son copias hechas a mano sobre pergaminos de piel de cordero, de cabra o de asno.
A. MANUSCRITOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO
Antes del descubrimiento de los manuscritos del Mar Muerto a partir de 1947, no poseíamos manuscritos del AT anteriores al siglo IX y X d.C. La colección más completa existente hoy de esos manuscritos es la de la Biblioteca de Leningrado, organizada por el judío ruso Abraham Firkowitsh (1785-1874).
Mencionemos algunos de los más importantes de ellos, que han servido en elpasado para la construcción del texto hebreo:
El códice del Cairo (siglos VI - VII d.C.), contiene los profetas. En 1896 se descubre en una cámara de la sinagoga de El Cairo llamada genizah, dondese almacenaban los manuscritos bíblicos que ya no servían para el uso litúrgico unos 200.000 fragmentos
El códice de Alepo (año 930), está actualmente en Jerusalén; contiene todo el AT.
El códice de Leningrado (año 1008), fue la base del texto hebreo de la Biblia de Kittel, que ha servido de base de muchas traducciones.
El códice del Pentateuco del Museo Británico (año 916).
El códice Reuchlin de los Profetas (año 1105).
El pequeño papiro de Nash (siglo I o II a.C.), contiene una parte del Decálogo y el comienzo de la perícopa de Shemá (Oración que los judíos debían recitar todos los días), descubierto en 1902 en Egipto.
Hay muchos otros manuscritos, más que todo fragmentarios. Estos son los más importantes que nos trasmiten el texto masorético. Pero, con los descubrimientos de los rollos del Mar Muerto en el desierto de Judea a partir del año 1947). Digamos sólo que contienen copias de prácticamente todos los libros del AT y que algunos de sus manuscritos se remontan a los siglos I, II y posiblemente al III a.C.
B. MANUSCRITOS DEL NUEVO TESTAMENTO
Se conocen más de 5.300 manuscritos griegos antiguos que contienen el texto (completo o incompleto) del NT Además han sobrevivido hasta hoy unos 10.000 manuscritos antiguos con copias del NT en latín y otros 9.300 con versiones en siríaco, copto, armenio, gótico y etíope, totalizando más de 24.000 manuscritos antiguos del NT, una cantidad mucho mayor que la correspondiente a cualquier otra obra literaria de la Antigüedad, exceptuando el AT. Las variaciones del texto encontradas en estos manuscritos son muy pequeñas y en lo sustancial no afectan a las doctrinas cristianas principales.
Los papiros, por su antigüedad, son muy importantes en la historia de la transmisión del texto. Los más importantes son:
El papiro Ryland, descubierto por Roberts en 1920 y publicado en 1935. Es el fragmento más antiguo del NT. fue hallado en Egipto y contiene unos versículos del Evangelio de Juan (Jn. 18: 31-33; 37-38); los papiros se conservaron mejor en Egipto gracias al clima muy seco, desde unos 50 años, los expertos se han fijado en los papiros que rellenaron a las momias de ese país. Se dice que cuando había un muerto y deseaban embalsamarlo y convertirlo en momia según su costumbre, se sacaban sus entrañas y después se rellenaban con toda clase de papiro que se tenia a la mano, así pues este evangelio de Juan que fue escrito después que los otros tres evangelios, se encontraba ya de definido entre los siglos I y II d.C.
Los fragmentos descubiertos por M. A. Chester Beatty, se trata de unas 30 hojas con pasajes de los evangelios y los hechos.
Como señalan los especialistas, establecer la lista de los papiros neotestamentarios no ha sido una tarea sencilla. Sólo después de muchas
publicaciones y artículos se ha llegado a establecer la relación definitiva de estos papiros.
Es en 1947 cuando E. Brady invitó a los científicos a componer ya una lista de los papiros griegos del Nuevo Testamento. Su sugerencia fue aceptada por Metzger, quien ese mismo año publicó una primera lista de papiros en griego correspondientes al NT, lista que cifró en un total de 54 papiros. En 1951 otro especialista, llamado Maldfeld, elevó la lista a 62.
En la actualidad la lista de papiros del NT asciende a la cifra de 116. Estos papiros están numerados, y se les conoce por la letra P seguida de un número: P1, P2, etc
CLASIFICACIÓN DE LOS MANUSCRITO GRIEGOS
Hay cuatro clases de manuscritos griegos:
1. los papiros (fragmentarios).
2. Los unciales o mayúsculos (códices)
3. los minúsculos o cursivos (códices)
4. los leccionarios
Los Códices Unciales o Mayúsculos.- Procede del latín “Uncia” que significa “Pulgada”. Están formados por mayúsculas griegas sin espacio entre las palabras y sin signos de puntuación. Estas copias van del siglo IV al siglo X, y son en número cerca de 700.
Los principales manuscritos unciales son:
El códice Vaticano (B).
Algunos eruditos sostienen que este manuscrito fue una de cincuenta copias
de la Biblia pedidas por el emperador Constantino a Egipto. Fue escrito en el siglo IV y está escrito en vitela (Piel de vaca o ternera adobada y muy pulida, que sirve sobre todo para pintar o escribir en ella). Fue depositado en la biblioteca del Vaticano desde 1475 - 1481, donde todavía se encuentra. No se sabe con certeza cuál es su procedencia; la mayoría sitúa su origen en Egipto o Alejandría, si bien hay otros que lo ubican en Cesarea. El texto está escrito en tres columnas de escritura continua por página. Los acentos se han añadido posiblemente el siglo X o XI.
Contiene toda la Biblia (Antiguo y Nuevo Testamento) con algunas lagunas. En concreto, los Hechos acaban en el capítulo 9:13. El comienzo y el final del códice son defectuosos. Se conservan 591 páginas del AT y 142 del NT. Probablemente trabajaron en este códice dos copistas en el AT y uno de ellos en el Nuevo.
El texto original del Códice Vaticano ha sido objeto de diversas correcciones.
Así se puede apreciar en las siguientes fotos:
El códice Sinaítico ( )
. (Denominado Aleph, primera letra del alfabeto hebreo) Está escrito en vitela. Datado en el siglo IV. Fuedescubierto en 1848 por un joven alemán llamado Tischendorf en el convento Santa Catalina del monte Sinaí. Se cree generalmente que fue escrito en Egipto.
En 1844, cuando aún Tischendorf no tenía 30 años y era ya catedrático de la Universidad de Leipzig, comenzó un viaje por el Cercano Oriente en busca de
manuscritos bíblicos. Mientras visitaba el monasterio de Santa Catalina en el monte Sinaí, tuvo oportunidad de observar una cesta de basura que contenía algunas hojas de pergamino, la cual iba a ser usada para alimentar el fuego de la estufa. Al examinarlas, comprobó que se trataba de una copia de la Versión Septuaginta del AT.
Tischendorf logró retirar de la cesta no menos de 43 hojas, mientras los monjes casualmente le comentaban que… ¡dos cestas iguales acababan de ser quemadas en la chimenea! Momentos más tarde, cuando le mostraron otras porciones del mismo códice (contenía todo Isaías y el libro cuarto de Macabeos), él advirtió a los monjes que tales cosas eran demasiado valiosas para alimentar el fuego. Con las 43 hojas que se le permitió retener, las cuales contenían porciones del Primer Libro de Crónicas, Jeremías, Nehemías y Esther, hizo una publicación en 1846, nombrando tales documentos como el códice Federico Augustanus. En 1853, Tischendorf volvió a visitar el monasterio con la esperanza de hallar otras porciones del mismo manuscrito.
No obstante, la alegría demostrada con el hallazgo anterior había hecho a los monjes más cautelosos, y no pudo conseguir nada adicional al manuscrito. En el año de 1859, los viajes llevaron a Tischendorf nuevamente al Monte Sinaí, esta vez bajo los auspicios del Zar de Rusia, Alejandro II. El día anterior a su partida, Tischendorf presentó al abad del monasterio una copia de la edición de la Septuaginta que recientemente había publicado en Leipzig. Fue entonces cuando el abad le comentó que él también poseía una copia similar; y acto
seguido, sacó de su armario un manuscrito envuelto en una tela roja. Allí, ante los ojos atónitos del erudito, reposaba el tesoro que por tanto tiempo había deseado encontrar. Tratando de controlar sus emociones y aparentando normalidad,
Tischendorf solicitó hojear someramente el códice, y luego de retirarse a su
aposento, pasó toda la noche en el indescriptible gozo de estudiar el manuscrito, como declara su diario en latín "quippe dormire nefas videbatur" Verdaderamente hubiera sido un sacrilegio dormir. Durante esa noche, pudo comprobar que el documento contenía más de lo que hubiera esperado, pues no sólo estaba la mayor parte del AT, sino que el NT se encontraba completo, intacto y en excelente estado de preservación, con la adición de dos trabajos cristianos del siglo II: La Epístola de Bernabé y una extensa porción del Pastor de Hermas, conocido hasta entonces sólo por su título.
La siguiente mañana, Tischendorf trató sin éxito de comprar el manuscrito.
Luego, pidió permiso para llevar el documento a El Cairo a fin de estudiarlo,
pero tampoco le fue concedido, y tuvo que partir sin él. Más tarde, mientras se encontraba en El Cairo, lugar donde los monjes también tenían un pequeño monasterio, Tischendorf solicitó al superior del mismo, para que éste mandara por el manuscrito. El superior aceptó con la condición de que se intercambiaran mensajeros beduinos, los cuales traerían y devolverían el manuscrito cuaderno por cuaderno (ocho a diez hojas por vez), mientras Tischendorf procedía a copiarlo.
Teniendo por copistas a dos alemanes que se encontraban en El Cairo, un
farmacéutico y un bibliotecario, que tenían conocimientos del griego, y bajo la cuidadosa supervisión de Tischendorf, éste comenzó su trabajo de transcribir las 110.000 líneas del texto, el cual terminó en un lapso de dos meses. La próxima etapa de negociaciones, envolvió lo que en un eufemismo podríamos llamar "diplomacia eclesial". Para ese tiempo, el cargo de mayor autoridad entre los monjes del Sinaí se hallaba vacante. Tischendorf sugirió que sería muy ventajoso para ellos hacer un apropiado regalo al Zar de Rusia, cuya influencia como protector de la iglesia griega ellos deseaban, y… ¿cuál podría ser mejor regalo que el viejo manuscrito? Después de largas negociaciones, el precioso códice fue entregado a
Tischendorf para su publicación en Leipzig y para presentarlo al Zar en nombre de los monjes. La publicación definitiva del códice fue hecha en el siglo XX por la Universidad de Oxford (NT 1911; AT .1922).
Luego de la revolución rusa, al no estar interesada la Unión Soviética en la Biblia, y por necesidades económicas, negociaron su venta con los encargados del Museo Británico por 100.000 Libras Esterlinas, cantidad que fue pagada por mitades entre el Gobierno inglés y una suscripción popular, de individuos y congregaciones en Inglaterra y Estados Unidos. Al finalizar el año 1933, el manuscrito fue depositado en el Museo de Londres, donde permanece hasta hoy.
Aunque es un uncial muy antiguo, lamentablemente ha sido, corrompido por las manos eclesiásticas.
El códice Alejandrino (A).
Cirilo Lucar, patriarca de Constantinopla, lo dio como presente a Carlos I de Inglaterra. Se cree que este manuscrito fue escrito en la primera mitad del siglo V. contiene una gran parte del AT e incluye la totalidad del NT. Es el mejor representante del “Textus Receptus”. Además este códice armoniza con la masa de códices cursivos griegos.
Durante los primeros siglos del cristianismo se desató una horrorosa
persecución contra los cristianos que duró hasta la llegada de Constantino. En el año 303 el emperador romano Diocleciano decretó la destrucción de todos los libros cristianos. Quien no entregara a las autoridades todos los escritos sagrados era condenado a muerte. Debido a las persecuciones de los primeros siglos, hoy se conservan solamente algunos pocos fragmentos del NT que datan de antes del siglo IV. Satanás se valió de la dificultad que tuvieron que afrontar los cristianos de los primeros siglos y de la gran difusión de la filosofía griega para desorientar y confundir a muchos.
El códice Bezae (D).
Data del siglo VI. Códice bilingüe con los textos griegos y latín de los Evangelios Sinópticos y los Hechos. Teodoro de Beza lo obtuvo a partir del monasterio de San Ireneo en Lyons, y lo presentó a la Universidad de Cambridge en 1581.
Otros códices son: Códice Ephraemi Rescriptu (C), del siglo V; el Códice E, del siglo VIII, etc.
Los Cursivos o Minúsculos.- Son manuscritos escritos en pequeñas letras en estilo corrido («cursivas»), superando los 2500 en número, y que datan desde el siglo IX hasta el siglo XV. Cada uno de ellos está numerado. Los más importantes son: El 1 que data del siglo X, y contiene todo el NT excepto el Apocalipsis, el 33, del siglo XI, contiene todo el NT excepto el Apocalipsis, etc.
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