lunes, 6 de abril de 2009

Probad los espiritus avivados (Parte dos)


PROBAD LOS ESPIRITUS AVIVADOS (Parte dos)

Factor externo

La gran demanda que ha tenido el avivamiento espiritual en el que se incluyen manifestaciones externas que van desde la risa santa hasta el hablar incoherente de las lenguas, y creencias cuyo abanico se desplaza desde la guerra espiritual hasta las líneas de iniquidad, es enorme. En el sur de los Estados Unidos de América su crecimiento es explosivo, en América Latina geométrico. Ese mismo crecimiento de adeptos sirve para validar lo "verdadero" de la doctrina: si muchos creen es que debe ser verdadera… En tal caso ¿deberíamos anunciar que el Islam vive una unción del Espíritu Santo sólo porque son mayoría en número de creyentes? ¡Por supuesto que no!

Pero pasemos a ver la táctica en cuestión:

  1. Si la iglesia deseosa de avivamiento no voltea a sí misma y a las Escrituras, puede entonces estar listas para el embauque.
  2. Estas iglesias aceptan (o invitan) que "profetas" de otros ministerios que "sí han tenido éxito en crecer sus iglesias" vengan a "enseñar" acerca de "grandes impactos en la iglesia" de hoy.
    En este punto, y ya apersonados cualquier domingo en la iglesia invitante, el "profeta" comenzará con una descarga letal de una o dos citas bíblicas en las que incluye de su inventario personal cosas como que en los "últimos días" el Señor ha restaurado en la iglesia el ministerio constituido por cinco partes: apóstoles, profetas, pastores, maestros y evangelistas. SE INVITA ENTONCES A QUE ESA IGLESIA LOCAL HAGA LO MISMO.
    Quien conozca bien su Biblia y haya sido debidamente adoctrinado en la Palabra, sabrá que esto es puro "bluff "de tal "profeta": en toda iglesia local que se diga cuerpo de Cristo, existen estos ministerios y dones: no porque la iglesia lo quiera, sino porque es así como el Espíritu Santo lo ha ordenado e impuesto. Hablar de que esos ministerios deben ser "restaurados" puede ser válido si los poseedores de ellos duermen. Sin embargo, el que la iglesia local acepte este hecho (al parecer normal y bíblico) sin la debida preparación espiritual, es el pivote sobre el cual va a saltar el resto de las aberraciones doctrinales.
    Insistentemente, el tal auto-nombrado "profeta" insistirá y desafiará a instaurar en la iglesia esos ministerios. 
    De verdad dan pena las congregaciones que aceptan esto.
  3. De aquí en adelante sigue el circo: la llegada, restauración, de profetas y apóstoles en las iglesias van a conducir al avivamiento final y más grande de esa iglesia y del mundo. Y viene lo mejor: sí, hay que restaurar esos ministerios, pero…Dios le ha "revelado" al "profeta" visitante que él es el "profeta" elegido y que esta iglesia en especial ha sido gloriosamente escogida por el Señor para recibir grandes revelaciones de parte del mismo "profeta".
  4. El show de la primera visita termina en eso. Así que la iglesia visitada llama a junta y se decide si aceptan o no la "tremenda" y "súper-bendecida" oportunidad de enviar a algunos miembros calificados a una conferencia nacional (o algo semejante) que la sede de aquel "profetas" realizará en ´x´ estado de su país. Si la moción se aprueba, se eligen a miembros de la iglesia "comisionados por Dios" para asistir a la tal convención.
    Ya desde aquí se ve una confianza mayor en el discernimiento de profetas advenedizos que en los de la propia iglesia, y mucha más confianza en lo que hará una convención de "avivamiento espiritual", que fe y convicción en la obra que el Espíritu Santo hace con cada persona en la iglesia local.
  5. Si una iglesia se atrevió a dar el paso anterior, sin discernir si es bíblico o no el llamado de cualquiera que se dice profeta, entonces está lista para dar el siguiente paso hacia el abismo. La mentira es como el salto en un paracaídas: una vez que se saltan dos, tres veces, mayor es la confianza que se crea en el parachute. Así es el engaño: si uno cree el primero, el segundo creará más "confianza" hasta que, en el caso de los cristinos, pierdan toda perspectiva de lo que es bíblico o no.
    Esa es la táctica de los movimientos carismáticos. Una vez fuera de su iglesia y con poco o nula percepción de la Escritura, los hermanos son presa fácil de lobos rapaces. Ya instalados en la famosa convención (por la que, of course, han tenido que desembolsar una buena cantidad de dinero), sucumben ante un hecho que psicológicamente ha sido comprobado: una mentira dicha mil veces, se convierte en verdad. Otra constancia psicológica es ésta: "ya que estás ahí, todo lo que se diga será verdad… hasta donde tú quieres que lo sea"… Los "profetas" falsos están más que preparados para que no te les vayas pensando en la segunda opción. Para ello acuden a un recurso malévolo: comenzar a decir que ahí hay alguien que está enfermo, necesita sanidad; otro que tiene un grave problema económico… Todos se sorprenden: uno es tan ególatra que cree que se refieren a él, y que están "profetizando" (adivinando") su situación personal. Para que el circo sea de cinco estrellas, llaman a algunas personas al frente y les "profetizan" nimiedades; curiosamente las "profecías" siempre tratan del futuro vago e incierto, jamás al pasado comprobable de la víctima. El impacto de esto en el creyente mal preparado es tan fuerte que no tiene otra opción más que creer al "vidente" de Dios. En este punto, jamás se detiene para analizar si todo lo sucedido es bíblico: sólo cree que es bíblico porque el que habla tiene una Biblia en la mano… Lamentable de verdad.

    Uno de estos hermanos que fueron engatusados (aunque luego recobró la cordura), de apellido Stipe, cuenta: "Nuestro escepticismo, apenas asomó por encima de la superficie de nuestra conciencia y luego desapareció por completo en la reunión, cuando uno de los profetas nos individualizó y procedió a revelar en detalle los secretos de nuestras vidas. 
    Ahora ellos realmente tenían nuestra atención".

  6. Quienes asistieron a la convención regresan a su iglesia llenos de …. Emoción Santa. En el "programa" de la convención existió de todo, menos un análisis serio de la perspectiva histórica y confiable de Jesucristo. Se danzó, bailó, habló en lenguas, gruñeron, rieron, todo un aparato dirigido a la catarsis personal que provoca euforia y el vago sentimiento de que, ahora sí, el Espíritu Santo se le ha manifestado al creyente.
    Que conste: no dudo ni por un momento que estas emociones, éxtasis y gozo indecible no sean parte de mi comunión con el Espíritu y que se dan verdaderamente entre nosotros; digo que el Espíritu Santo es sabiamente equilibrado y no da una cosa sin la otra, ni se manifiesta tampoco allí donde abiertamente se tuerce Su Palabra.

    Tal vez poco se ha resaltado el hecho de, por qué si la enseñanza de ellos es tan vagamente o definitivamente anti-bíblica, aun cristianos maduros les creen. Los falsos profetas tiene tres recursos psicológicamente poderosos para lograr tener éxito:
    1. La vergüenza espiritual con la que cargan al creyente. Le hacen creer que si rechaza estas manifestaciones "sobre-naturales", se está avergonzando de Cristo. Por otro lado, utilizan frases de carácter impotente hacia el creyente: No pongas "límites" a las manifestaciones del Espíritu Santo…
      Eso está bien, siempre que esos límites que son míos y no del Espíritu Santo, estén dentro de un cuadro totalmente bíblico
    2. Permisividad: esta práctica dice, muy simplemente: "Lo que la Biblia no prohíbe, lo acepta siempre y cuando sea para glorificar a Dios" … Peor ¿si no conocemos la Biblia cómo sabemos que sí y que no lo glorifica a Él?;
    3. Pocos se dan cuenta que estas experiencias místicas tienen un origen católico romano; al ser así la experiencia y la tradición ocupan un lugar igual al de la revelación de las Escrituras. Por ejemplo, la infalibilidad del Papa no es bíblica, es cuestión de dogma y tradición; en este caso éstas últimas sobre-pasan a la autoridad bíblica; lo mismo sucede con la ascensión de María, la existencia del purgatorio y el bautismo de los bebés. Entre estos dogmas de fe católicos y la risa santa, la liberación, las maldiciones generacionales, las limpias de casa, la "unción" de profetas y demás aberraciones carismatico-pentecostales, no existe ninguna diferencia que las separe. Si usted advierte a uno de esos creyentes (aun con buenos cimientos bíblicos) que la doctrina está torcida, no les importa: en su mente se ha inyectado la idea de que práctica, tradición y dogma es igual a fe en la Biblia; en otras palabras: el católico romano cree por lo que dice el Papa… ¿qué de malo tiene creerle entonces a un profeta con Biblia en mano?
  1. Ya en casa, los asistentes cuentan a otros de sus experiencias. La mentira de una doctrina está hecha de nudos que se van atando uno tras otro. El extremo de esa cuerda la tienen los falsos profetas, y cada creyente hace uno de esos nudos a lo largo de la cuerda. Estos nudos se van haciendo más grandes (más mentira) a medida que se alejan del extremo. Si ya de por sí la experiencia de la convención resultó anti-bíblica, imagine cómo lo será la experiencia de quienes la cuentan. Porque éstos agregan más material anti-bíblico al asunto: el patrón de la permisividad, y el dogma de fe católico da cabida a cualquier cosa. Si la persona que asistió a la convención fue "preparada" para dar algún curso en su iglesia… Ya podemos imaginar por dónde irá la enseñanza… ¿Y la Biblia? Ha sido sustituida por "lecciones" en hojas sueltas, libros de algunos de los profetas, cintas grabadas y hasta video-clips con poses de los famosos videntes.
  2. Apenas unos días en casa, los profetas comienzan a llamar por teléfono a los pastores y hermanos que acudieron a la convención, con palabras provenientes "directamente de Dios" que indican nuevos rumbos en su ministerio. Uno de caminos novedosos es imponer como profetas en esa iglesia a gente que, han detectado, es más sugestionable que otros a sus doctrinas; o por lo menos, ha mostrado más tendencia, más emoción y menos inteligencia, y que los profetas llaman, no sin cierta zalamería y falsa alabanza: "obediencia" .
    Aquí es donde inicia el mayor peligro: los nudos se ajustan y alargan. El próximo paso será hablar a la iglesia porque "Dios ha revelado" a alguno de los profetas, y ahora a alguno de los hermanos de la misma iglesia, que deben haber algunos cambios de personal y ajustes en políticas y prácticas de la iglesia, para lo cual recibirán otra visita de aquellos profetas.
  3. Ya nuevamente instalados en la iglesia local; esta vez con más poder de decisión y manejo en las cosas de la iglesia, llaman a un servicio de "unción especial". Es cuando ungen a individuos para ministerios de sanidad y realizan unciones apostólicas; se sueltan el pelo con un sinnúmero de predicciones, instrucciones y consejos. Se les promete a los músicos y laicos de la iglesia nivel de estrella si permanecen fieles al plano profético que se abre ante su ministerio. Antes de partir, dejan encomiendas a "contactos" que ya les creen, para que avisen de miembros posibles que pudieran rechazar la nueva doctrina o que se muestren reacios al cambio; esto, por supuesto, incluye al pastor de la iglesia.
  4. Entonces inicia la purga Staliniana. Por alguna razón que tiene que ver con no poseer la mente atenta (la mente de Cristo) en un instante los falsos profetas ya tienen bajo control la vida espiritual de esa iglesia: permisividad, emoción, frenesí y dogma de fe, han hecho polvo la mente y el espíritu de los más débiles de la iglesia, y éstos se han convertido ahora en aliados de los maestros de la emoción y la sensiblería. Cinco de los siete hermanos (es sólo un ejemplo) que asistieron a la convención (por lo demás, los más influyentes en la iglesia) se han adherido a esta nueva doctrina en tan sólo tres, cuatro meses. Se han encargado de influenciar a más de los miembros y formado una conciencia perniciosa dentro de la iglesia: una conciencia que les hace creer (sin tener un solo argumento bíblico válido en la mano) que esta "otra" verdad, "sí es la verdadera verdad". ¿Qué pasa con los que se oponen?
    Quienes comienzan manifestar preocupación e inquietud, pues han visto a personas desarraigar a sus familias y viajar grandes distancias a la "tierra de su unción", fracasar y luego culpar a Dios, comienzan a ser señalados. Lo peor. Si a un pastor y otros líderes se les ocurre oponerse a la "manifestación" del Espíritu Santo, es porque no están "ungidos", "resisten al profeta", tienen un "espíritu de engaño". A éstos, se les somete a un proceso maquiavélico de acusaciones falsas, se les condena a través del sueño o la profecía de uno de sus miembros (ahora ya también convertido en profeta ungido); así, hasta que se les despide o separa injustamente. Aquí, el engaño cumple con el más atroz de sus propósitos: un simple sueño, una falsa "revelación", son capaces de remover lo que le impide avanzar: prueba irrefutable de la blasfemia a tiro de piedra.
  5. Como esta "nueva" iglesia no puede darse el lujo de despedir a tanta gente, y como tarde o temprano alguien va a notar lo falso del asunto, a los líderes "ungidos" y pastores se les pide crean a lo que los falsos profetas llaman FE AL AZAR, la que pronto se hace más popular que las mismas Escrituras. Esta fe al "azar" es traducida así por los "profetas del avivamiento": "No hay que podar el arbusto hasta que haya tenido oportunidad de crecer". Cuando los líderes de una iglesia infestada de estos profetas tiene que decidir por dejarlos o echarlos de allí, se auto-aplican la enseñanza y, la duda o la firmeza son traducidas a su vez como : "Esperemos y veamos que sale de esto"… Ponen a un lado sus tijeras de podar, y dejan que los "profetas" continúen obrando con total impunidad.
  6. LA DEBACLE. Después de esta indecisión costosísima de no echar de sus iglesias a los falsos profetas, ya poco hay que hacer. Con el tiempo (un año o menos) , cientos de miembro de la iglesia reciben el "don" de la profecía y comienzan a ponerlo en práctica tanto entre líderes como con los feligreses. La gente comienza a llevar pequeños anotadores repletos de predicciones que les han dado los profetas y videntes. Acuden en masa a las conferencias sobre profecía que han comenzado a surgir por todas partes; el grupo se abalanza con la esperanza de ser escogido para recibir más profecías para agregar a sus diarios. Aquellos en quienes se identifican ministerios de sanidad dan cursos sobre fórmulas y métodos para hacer oraciones de sanidad, tales como encontrar "puntos calientes" en el cuerpo. La interpretación del significado de sensaciones físicas o "sacudidas" en el cuerpo de las personas por quienes se ora se convierte en una parte necesaria del "entrenamiento" para la sanidad. Los sueños y sus interpretaciones pronto pasan a ocupar el primer plano. A medida que las conferencias sobre profecía aumentan, se alienta a los devotos a tener lápiz y papel en sus mesas de noche para apuntar cada sueño cuando éste ocurre, para luego interpretarlo y encontrar el "mensaje de Dios" que contiene. La gente se transforma en seres que viven al borde de sus asientos, esperando el cumplimiento de las promesas grandiosas dadas a ellos en profecías. La mayoría espera en vano

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