"Han de dar Cuentas"

Artimañas del error  = mercadotecnia televisiva

Sepan ustedes, apóstoles de la mercadotecnia y que por medio de palabras suaves y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos; ¡Ustedes!, ¡Si ustedes!, responderán al Señor de las ovejas, por cada alma explotada y desviada del verdadero camino y darán cuenta de cada centavo que se han robado.

¡Ustedes! ¡Si ustedes! ¡Dan más vergüenza que Judas el traidor! Porque se burlan de Cristo enseñando un evangelio acomodado e incompleto, su charlatanería evangélica es un beso traicionero al Verdadero Evangelio y sus ganancias económicas, las monedas por las cuales venden el mensaje sencillo, desinteresado y limpio de Jesús; ah no les basta con romper puntos fundamentales de la enseñanza de Cristo, sino que se aprovechan de los bolsillos de los ingenuos y se construyen emporios o palacios con el dinero del pueblo de Cristo.

Saben una cosa, me gustaría que se arrepintieran, porque sé que dentro de ustedes hay un alma preciosa que esta atormentada; pero es más fuerte Satanás y obedecido, que les tiene atrapados, que les tiene atados con la avaricia, con la codicia, y no dan libertad a esas almas para que se humillen en la presencia del Señor, me gustaría que se arrepintieran; pero también se, que muchos de ustedes seguirán predicando un evangelio mercantil, serán dueños de estaciones de televisión y radio, mientras sus seguidores no son dueños ni si quiera de su propia voluntad porque los tienen atados, y los manejan a su voluntad; vivirán en mansiones y casas lujosas con todas las comodidades y sistemas de seguridad de la vida moderna, mientras sus seguidores seguirán batallando y cruzando los dedos cada mes para pagar la renta; seguirán visitando los mejores restaurantes de la ciudad y del mundo, para degustar las mejores comidas, mientras sus seguidores no tienen comida para sus hijos por entregarles a ustedes hasta el sudor de sus frentes; ah seguirán pavoneándose en sus automóviles últimos modelos latas impenetrables donde nunca se posaran las sentaderas de sus feligreses y sus seguidores, al menos que se los den para lavarlos y aspirarlos, mientras sus seguidores se quedan tirados en la carretera con sus carros descompuestos.

Bien que predican al pueblo que el Ángel de Señor acampa alrededor de los que le temen y los defienden, mientras que ustedes son bien custodiados y protegidos por guardaespaldas privados, mientras sus seguidores no tienen ni siquiera para comprarse un aerosol pimienta para defenderse de los delincuentes y asaltantes de la calle; ¡ah pero de todo esto, ustedes ni cuenta se dan! ¿Saben porque? Porque no les importa; y cuando sus seguidores les comparten a ustedes sus penas los acusan de negativos, de pecadores y faltos de fe y que por eso, están como están.

Pero eso no es todo, por otro lado, las grandes señoras esposas de ustedes los reverendos del dinero, seguirán luciendo sus vestidos y trajes de diseñadores privados; y así como ustedes los “grandes apóstoles” le quitan y le ponen a las Escrituras para que se ajusten a su diabólica manera de pensar, así también ellas seguirán moldeando y entallando sus cuerpos, quitándose algunas cosas que no les gusta, y poniéndose y aumentándose otras para que se vean mejor; y como dice un amigo “aquí les dejo mi bilis” o sea, mi hígado y lo esparzo en sus bonos y acciones bancarias, en sus empresas televisivas y radiofónicas para que se corroan.

Y ustedes, pueblo del Señor, crezcan en el conocimiento de nuestro Dios para que nadie les ponga el dedo en la boca y los engañe; y ya no sigan financiando a estos terroristas espirituales que matan la fe del pueblo de Dios, ya no sigan manteniendo parásitos que por no trabajar se la pasan pidiendo e inventando nuevas formas para pedir dinero, para llegar a los sentimientos de la gente, y que les envíen hasta su cheque completo, en lugar de eso vaya con su pastor, si su pastor es un hombre que ama a Dios primeramente y ama a su pueblo, que lo único que le interesa es el bienestar de las ovejas; vaya con su pastor ese pastor que gime y llora por su alma, ese pastor que le aconseja, ese pastor que va al hospital cuando usted está enfermo, ese pastor que está allí para ayudarle a orar por sus problemas en el matrimonio y con su familia; vaya con ese pastor, ese pastor que le predica y que le da pastos verdes y que no le interesa si usted se molesta o no, pero que siempre le da un mensaje edificante, que tal vez no le guste a su carne pero a su espíritu se nutre, vaya con él; y dígale “¿pastor en que le puedo ayudar, en que le puedo servir?”.

Muchos pastores, pastores fieles, pastores que aman al rebaño de Dios, muchos de ellos para no ser carga al pueblo hasta trabajan materialmente, para que los hermanitos en la congregación no se vayan a sentir mal de que al pastor se le da una ayuda; dice la palabra que el obrero es digno de su salario, y si su pastor es un hombre que trabaja fuertemente en la obra de Dios, merece que se le ayude económicamente a él y a su familia. ¡Pero estos impostores! ¡Lobos rapaces! ¡Insaciables para pedir dinero! Que hoy aparecen y mañana desaparecen, sobre todo cuando hay necesidad ¿Quiénes son? ¿Y porque usted va a estar enviándole su dinero? Encima de eso, le amenazan de que si usted no da, Dios no le va a bendecir y que si ellos un día llegan a cerrar la radio o la televisión será por su culpa; y te llegan al sentimiento y te llegan a la conciencia y tú les envías tu dinero; disculpen, pero como mi madre me decía cuando yo le hacía más mandados a la vecina que a ella, porque cuando ella me mandaba yo iba renegando y diciendo “¿Por qué siempre yo? ¿Por qué siempre yo? ¿Por qué a mí?” mi madre me decía “tú eres candil de la calle y oscuridad de tu casa”, así habemos muchos creyentes ingenuos, “financiando y ayudando con ofrendas, con pactos, con siembras” a estos ministerios rapaces de radio y televisión, mientras en nuestras congregaciones hay necesidad, mientras nuestro pastor tiene necesidad.

Una vez más te digo, no te dejes engañar, no te dejes seducir por los ministros de la serpiente, estudia la palabra, crece en el conocimiento de tu Señor y salvador Jesucristo y nadie te engañara.

Efesios 4:14 en adelante dice “para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera por todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor crezcamos en todo en Aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.

Que Dios les continué bendiciendo.

Rafael Hernández.