La pieza 83 completa el Rompecabezas Profético
Bill Salus
Finalmente, la pieza final del rompecabezas de los tiempos finales fue descubierta, de todos los lugares, en Irlanda, el 26 de julio del 2006. Un ingeniero, que excavaba en tierra irlandesa pantanosa para crear tierra comercial para macetas, notó más allá de la pala de su excavadora, un antiguo y bien preservado manuscrito. Era Salmo 83, abierto en su lugar y a simple vista. Tal vez no sea coincidencia que este Salmo, el cual está lleno de contenido profético haya sido desenterrado, desempolvado y considerado digno de atención en estos últimos días.
Al poner esta pieza en el lugar adecuado, los eventos predichos caen en alineación apropiada. Este descubrimiento emocionante ahora completa el rompecabezas de los últimos días, permitiéndoles a los aficionados de la profecía que predigan confiadamente la próxima Guerra Árabe-Israelí seguida por la invasión de Israel dirigida por Rusia e Irán, descrita en Ezequiel 38 y 39; y finalmente el pavoroso “Periodo de la Tribulación”.
Localizado en el Antiguo Testamento, el Salmo 83 hace alusión a una confederación árabe que busca destruir al moderno Estado Judío de Israel. El salmista menciona a estos antiguos enemigos de Israel por sus nombres ancestrales: “Las tiendas de los edomitas y de los ismaelitas, Moab y los agarenos; Gebal, Amón y Amalec, los filisteos y los habitantes de Tiro. También el asirio se ha juntado con ellos.” (Sal. 83: 6-8)
En ese entonces, identificaciones como palestinos, jordanos, Hamás, Hizbolá, sirios y saudíes no existían, así que corresponde a la generación actual de esta revelación localizar las ubicaciones actuales de estos grupos étnicos. Este mapa, tomado de mi nuevo libro Isralestine: Los Planes Antiguos del Futuro Medio Oriente (“Isralestine: The Ancient Blueprints of the Future Middle East”), identifica a estas naciones islámicas de acuerdo a su equivalente histórico.
Estas naciones tienen al minúsculo Estado Judío completamente encajonado por todos lados. Aunque existe una paz frágil y temporal entre Israel, Egipto y Jordania, la mayor parte de estos árabes no reconocen el derecho de Israel de siquiera existir.
Aquí está la forma en la cual la pieza 83ª completa el rompecabezas profético. Estas agrupaciones, predominantemente árabes, cuyos ancestros han abrigado un antiguo odio hacia los judíos desde tiempos inmemoriales, van a intentar un esfuerzo final concertado para destruir a la nación de Israel.
El salmista lo pone de esta manera: “Contra tu (Jehová) pueblo (los judíos) han (los confederados árabes) consultado astuta y secretamente, y han entrado en consejo contra tus protegidos. Han dicho: ‘Venid, y destruyámoslos para que no sean nación, y no haya más memoria del nombre de Israel (tiempo moderno)’. Porque se confabulan de corazón a una, contra ti han hecho alianza”.
Este pasaje, que se explica a sí mismo, nos informa que el conflicto actual del Medio Oriente se extenderá hacia una guerra masiva. Esto hará que las históricas guerras árabes-israelíes de 1948, 1956, 1967 y 1973 parezcan comparativamente como rivalidades deportivas entre ciudades. Esta guerra dejará a Israel sin otra opción más que diezmar a todos sus malignos vecinos árabes y en el proceso poner en aviso al mundo que ha emergido como el “ejército grande en extremo”, previsto para venir en Ezequiel 37:10.
Adicionalmente, el Estado Judío extenderá su soberanía sobre algunos de los territorios árabes conquistados. Harán esto en un esfuerzo para reclamar secciones de la tierra que su Dios Jehová le prometió a su patriarca Abraham en Génesis 15:18. Esto pone potencialmente porciones de Egipto hasta Irak dentro de su portafolio de Bienes Raíces. Junto al territorio incrementado obtendrán adicionalmente la posesión de recursos árabes y los despojos de guerra asociados. Como resultado de su conquista, Israel se convertirá en una nación mucho más rica, y empezará a vivir seguramente en lo que yo llamo Isralestina y Daniel 11:41 clasifica como la “Tierra Gloriosa”.
En esta condición de post guerra, el Estado Judío se asemejará apropiadamente a la nación de Israel descrita en la profecía de Ezequiel 38:8-13. Serán un pueblo pacífico reunido nuevamente en su antigua patria Israel, en los últimos días. Habitarán próspera y confiadamente. Este es el requisito previo para la preparación del escenario de la coalición dirigida por Rusia e Irán descrita en Ezequiel 38 y 39, que viene para destruir a Israel y apoderarse de Isralestina.
Los especialistas se han preguntado frecuentemente el porqué los palestinos y sus socios árabes, quienes son los oponentes actuales más visibles de Israel, no están enlistados en la coalición rusa – iraní. La pieza 83ª del rompecabezas evidencia la razón, en ese tiempo estas poblaciones están fragmentadas. Son reducidas a prisioneros de guerra y refugiados, y como tales, sin ninguna utilidad militar para los rusos e iraníes.
Un tiempo después de que Israel derrote a sus vecinos árabes, y se convierta en una de las naciones más ricas en el mundo, el grito se oirá a través de la Tierra Prometida: “¡Vienen los rusos, vienen los rusos!” Entonces el mundo atestiguará que el Dios de los judíos ejecuta la destrucción de la invasión de Isralestina dirigida por Rusia e Irán. Estos eventos están descritos en Ezequiel 39:1-8 y están orquestados completamente por Dios, sin la asistencia del ejército israelí. Por lo tanto, la actual Fuerza de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés) está emergiendo para el propósito primario de combatir a la confederación árabe del Salmo 83.
Completando el rompecabezas profético, el Anticristo entra en el Teatro del Medio Oriente, en un intento por neutralizar al poderoso Estado Judío, quien en esa época se estará tomando el sol en la gloria de dos victorias significativas. Los judíos habrán derrotado a los árabes del Salmo 83 y su Dios Jehová habrá destruido la coalición dirigida por Rusia e Irán.
En esencia, el batallante Estado Judío de Israel de hoy, ¡será una súper nación mañana!
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