¡Me cansé! Entiendo que el mundo evangélico no admite que un pastor confiese su cansancio.
Conozco muchos pasajes de la Biblia que prometen restaurar a los inválidos. Comprendo que el profeta Isaías enseña que Dios restaura las fuerzas de aquel que ha perdido el vigor. También se que Jesús da alivio a los cansados. Por eso, ya me preparo para las censuras de aquellos que van a escandalizarse con mi confesión y considerarán que soy un derrotista. Sin embargo, no puedo disimular: me encuentro exhausto.
No, no me cansé de Dios o de mi vocación. Continúo entusiasmado con lo que hago; amo a Dios, como también amo a mi familia y a mis amigos. Permanezco esperanzado. Mi agotamiento tiene otras fuentes.
Me cansa el discurso repetitivo y absurdo de aquellos que mercadean con la Palabra de Dios. Ya no aguanto más que se tomen versículos sacados del Antiguo Testamento, que se aplicaban a Israel, para vender ilusiones a quienes llenan las iglesias buscando alivio. Esa posibilidad mágica de revertir una realidad cruel me destruye, porque sé que es pura propaganda engañosa.
Me cansé de los programas radiales donde los pastores no anuncian más los verdaderos contenidos del evangelio; de la llamada T.V. "Cristiana", que vende los milagros por 70 dólares al mes, y porque gastan el tiempo alardeando las virtudes de sus propias instituciones.
Causa hastío saber de las infinitas campañas y reuniones de oración, todas con el propósito exclusivo de abarrotar sus templos. Considero a los amuletos evangélicos cosas horribles.
Me cansé de tener que estar explicando la abismal diferencia que existe entre la verdadera fe bíblica y las creencias populares supersticiosas.
No aguanto más cultos para atar demonios o para quebrar las maldiciones que están sobre México y sobre el mundo.
Me cansa la aburrida repetición de las teologías sin base bíblica. Estoy cansado de oír "No juzguéis, para que no seáis juzgados".
Me cansan los estereotipos. Que doloroso es observarlos: sin una nueva visitación
del Espíritu Santo, buscan crear ambientes espirituales con gritos y manifestaciones emocionales.
No hay nada más desolador que un culto pentecostal con una coreografía cuidadosa, pero sin vitalidad espiritual el ruido los gritos y el desorden no son espiritualidad.
Me cansé, incluso, de los chistes contados por los propios pentecostales sobre los dones espirituales.
Me cansé de escuchar historias sobre evangelistas extranjeros que vienen a soplar sobre las multitudes. Me dejan desanimado porque sé que provocan a las personas a "caer bajo el poder el Dios" para sacar fotografías o grabar el acontecimiento y después hacer fortunas en sus países de origen.
Me cansan las preguntas que me hacen sobre la conducta cristiana y el legalismo. Recibo todos los días varios mensajes electrónicos de personas que me preguntan si pueden beber vino, usar piercing, hacerse tatuajes, danzar, caer en "el espíritu", "reírse santamente" recibir tratamiento con acupuntura, etc. La lista es enorme y parece inacabable. Me cansa esa mentalidad pequeña, que no sale de las insignificancias, que no concibe un ejercicio espiritual más noble; que no piensan en los grandes temas. Me cansa la gente que necesita bozales, que no sabe ser libre y no logra caminar con principios. Considero intolerable convivir con aquellos que se conforman a una existencia bajo el dominio de la ley y no del amor.
Me cansan los libros de escritores norteamericanos evangélicos traducidos al español. No tanto por las traducciones mal realizadas, tampoco por los ejemplos tomados del golf o del béisbol, que nada tienen que ver con nuestra realidad.
Me cansan los paquetes prefabricados y el pragmatismo.
Ya no aguanto más libros con diez leyes o veintiún pasos para cualquier cosa, ¿Super cristianos en 40 días?, todos estos best sellers solo han venido a mostrar la verdadera condición de la iglesia…….¡¡¡¡¡¡¡¡ANOREXIA ESPIRITUAL!!!!!!!! No logro entender como una iglesia necesita copiar los ejemplos del Norte, donde la abundancia es tanta que los profetas NO denuncian el pecado de la complacencia entre los creyentes.
Me cansé de tener que opinar si estoy de acuerdo o no con un nuevo modelo de iglecrecimiento copiado de la mercadotecnia secular y que está siendo adoptado EN EL MUNDO ENTERO.
Me cansa la falta de belleza artística de los evangélicos. Hace poco tiempo fui a ver un show de música evangélica, sólo para salir de allí devastado. La música era mediocre, la poesía ordinaria, y lo peor, se percibía el interés comercial tras el evento.
Me cansa tener que explicar que no todos los pastores son ambiciosos y que las iglesias no existen para enriquecer a su liderazgo. Tengo que demostrar que nuestra iglesia no tiene ninguna deuda impaga, que no es rica y que vivimos con un presupuesto ajustado. No existe nada más extenuante que ser obligado a demostrar, a familiares y amigos no evangélicos, que aquel último escándalo del
periódico no representa a la gran mayoría de los pastores que viven dignamente.
Me cansan las vanidades religiosas. Es agobiante observar a los líderes que adoran cargos, posiciones y títulos, EL LIDERAZGO ESTÁ ENFERMO DE "APOSTOLITIS"AGUDA. Desprecio los acuerdos políticos que arreglan
las elecciones para los altos puestos denominacionales.
Me cansé de las vanidades académicas, con las maestrías y los doctorados que solo enriquecen los currículos y generan una tonta soberbia.
No soporto escuchar que otro más se autoproclamó "PROFETA" y "APOSTOL".
Sé que estoy cansado, sin embargo, no permitiré que mi cansancio me vuelva indiferente. Decidí luchar para no atrofiar mi corazón.
Por eso, elijo no participar de una máquina religiosa que fabrica íconos.
No me pelearé por los primeros lugares en las fiestas solemnes patrocinadas por gente importante.
Jamás ofreceré mi nombre para componer la lista de oradores de cualquier conferencia DONDE SE COBRE LA ENTRADA. Renuncio a querer adornar mi nombre con títulos de cualquier especie. No deseo ganar aplausos de auditorios famosos.
Buscaré la convivencia de OTROS GRUPOS CRISTIANOS QUE NO TENGAN ESPIRITU DE PLATAFORMA, preferiré comer con los amigos más queridos. Mi refugio será al lado de personas simples, pues quiero aprender a valorar los momentos sencillos de la vida.
Deseo meditar otras veces delante de la puesta del sol para, en silencio, agradecer a Dios por su fidelidad. Quiero volver a orar en lo secreto de mi cuarto y a leer las Escrituras como una carta de amor de mi Padre.
Es posible que otros se encuentren tan cansados como yo. Si ese es tu caso, te invito a cambiar de agenda; romper con las estructuras religiosas que absorben las energías; volver al primer amor.
Jesús afirmó que de nada sirve ganar el mundo entero y perder el alma. ¡Todavía hay tiempo de salvar la nuestra!
Pastor Chuy Olivares
Casa de Oración, Guadalajara, México
1 comentario:
Bienvenido a mi mundo... :)
Amo la teología, pero si en mi coraźon veo que se envanecerá... mejor ni leerla...
No tengo mucho tiempo.
Recibamn paz!
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