lunes, 27 de abril de 2009

Oda a la Revelacion de Jesucristo


APOCALIPSIS LUEGO

CAPÍTULO I

El Salvador le entregó a su siervo la sublime profecía:
el Armagedón, el milenio, las copas, las trompetas,
la caída del anticristo y de Babilonia, el juicio, el cielo nuevo.
Todas las puertas y cerrojos se abren, el velo se corre al fin.
El tiempo está cerca, espeluznantemente cerca,
los ángeles nos preservan según el plan del Padre
y Su regresó ya se instaló en la agenda mundial.
Dichoso es el que lee y mastica despacio la santa palabra,
quemándose por dentro al degustarla, alucinándose.
El futuro es nuestro y está a la vuelta de la esquina,
la gloria impía del enemigo cuenta sus últimas horas,
los incrédulos se transportan con sus últimas burlas, al vacío.
El lago de fuego no es una paranoia de la teatralidad.

Las siete iglesias son el espejo de la cristiandad,
el primogénito de los muertos nos lavó con su sangre,
transformándonos en militares de noble sangre azul.
Vendrá en las nubes como en el día de la ascensión,
en la cual desapareció entre las nubes, temporalmente.
Nuestra esperanza culminante es una segunda venida
que se transmitirá vía satélite y por internet, a todos;
y lamentarán su desobediencia con un cuchillo en la garganta.
Es el principio, el intermedio y el fin del fin y de todo:
de lo visible, de lo invisible, de lo creado y de lo planificado.
Jesucristo es Dios, el único y suficiente Dios.

El Espíritu Santo descarga en la isla de Patmos
su revelación al apóstol Juan sin miramientos,
un siervo copartícipe del sufrimiento y de la gloria de Dios.
Las siete iglesias totalizan la realidad de la iglesia peregrina
y los siete candeleros su luminosidad y fogosidad,
un número siete que en la Escritura implica plenitud.
El candelero fiel no se apaga, es testimonio de oro refinado.
La espada dividirá a las ovejas de los descarriados
y el velo de los misterios se levantará en seco,
y el terror se apoderará de los incrédulos y fingidores.
El que no acepte a Jesús de rodillas temblará en el Hades
y el día de nuestro fallecimiento está en Su mano.
El trayecto al infierno es directo y vertiginoso.
El Apocalipsis se engancha al hoy y a los desenlaces.

CAPÍTULO II

1) EFESO

Perdiste tu primer amor a Dios, la devoción,
y el pastor del rebaño lo tiene bastante claro.
La diestra de Cristo Jesús es el lugar más seguro
y su presencia entre los candeleros está garantizada.
El ángel del Señor es un siervo no un arzobispo.
Conozco tus obras, paciencia, laboriosidad y rectitud.
Eres un evangelista que ha soportado atropellos,
calumnias, persecuciones y todo tipo de angustias,
con lealtad y sin desplomarte en medio de las refriegas.
Menosprecias las jerarquías y la religiosidad barata,
mas te enfriaste y extraviaste la mística de los comienzos.
El árbol de la vida continúa ahí, en el edén.
A los vencedores los galardonará el propio Salvador.
Arrepiéntete ahora, todavía queda tiempo.

2) ESMIRNA

Iglesia amarga, colmena de mártires,
perseguida por la furia de las tinieblas, inmortal.
Padecerás como Job, como Esteban.
Esa sangre que es semilla navegará
por los siete mares, por las cloacas.
No posees tierras ni edificios, mas eres rica,
y tu fidelidad transformará la historia.
La sinagoga de Satán es el germen de la humillación.
Las tribulaciones durarán diez días
y el romanismo te volverá a torturar diez veces.
El sufrimiento ha mantenido viva y lúcida
a la genuina iglesia, a través de los siglos.
Los vencedores se mofarán de la muerte segunda.

3) PÉRGAMO

Pérgamo, te institucionalizaste, te vendiste,
te apartaste del evangelio primitivo de Jesús,
aferrándote a tus tradiciones y paganismo manufacturados.
Te casaste con la mundanalidad y el fariseísmo bien explicado.
La espada de dos filos es un ultimátum
y tu fe y testimonio se debilitaron al extremo,
engordando las barrigas y bolsillos de los obispos.
La iglesia que se fusiona con el Estado
ya no es iglesia de Jesús, es una empresa.
Gracias Constantino, por politizar y degradar a la grey,
quitándole a millones y millones la piedrecilla blanca.

4) TIATIRA

Los ojos con llamas de fuego traen la ira santa.
Aún no se aburren de fornicar y de paganizar la tierra.
Grandes obras de caridad y grandes abominaciones;
apresada por el protocolo, la pompa y los nuncios.
Sentaste a Jezabel en el trono con jolgorio y cánticos,
poniendo a la Tradición sobre todo lo divino.
Convertiste a la iglesia en un Estado, en un bodrio.
Los hijos de Tiatira están enfermos y heridos de muerte.
Te arrojarán por la ventana del palacio blanco.
Ritualizaste desde el vestuario hasta la adoración a Dios
y el santo formal es aquel que cumple con el perfil
y los procedimientos estipulados por la multinacional.
El sendero estrictamente apostólico no te es suficiente.
Alabas a Jesucristo con tu boca y al mundo con todo tu corazón.
La idolatría de la religiosidad popular es abrumadora,
con estatuas y apariciones por todos los rincones posibles.
Eres capaz de quemar vivo en una hoguera al que te grite
sin contemplaciones en la cara el nuevo pacto tal cual.

CAPÍTULO III

5) SARDIS

Como las estrellas, cada cristiano posee luz propia.
La iglesia verdadera descansa en la palma de Cristo.
Discípulo del Redentor, divórciate de esa iglesia nominal,
multitudinaria, poderosa, terrenal y excesivamente dúctil.
Extermina el paganismo y los mandamientos de hombres,
los odres viejos no contendrán el vino nuevo.
Sardiano, clava el evangelio puro en tu alma,
y huir despavorido de la gran prostituta no basta.
El remanente fiel jamás apagará la llama del Crucificado.
La Escritura es la única y suficiente Palabra de Dios.
Hay sardianos que son más descarriados que los paganos.
La vestidura blanca será la señal del triunfo imperecedero.

6) FILADELFIA

Esparciste la Palabra por miles de lugares.
Cuando el Padre abre una puerta nadie la cierra.
Retén la Palabra al pie del cañón, presto,
que intentarán robarte los tesoros de la salvación.
Vomita sobre los formalismos y la religiosidad humana,
y si triunfares serás una columna más en el templo,
viviendo la nueva alianza con pureza y claridad.
Sobrevivirás a las pruebas y tribulaciones, por la fe.
Esculpirán en ti el nombre y la ciudad de Dios.

7) LAODICEA

Decídete de una vez de que lado estás
y asume las consecuencias perennes de tu opción.
O habitas en la casa del Padre o en el exilio dominante.
No eres una iglesia ni fría ni fogosa: eres nada.
La tibieza es la esencia del hoy del pasado mañana.
Te crees autosuficiente siendo una egocéntrica espiritual.
Te miras al espejo y no ves la pudrición.
El Redentor te invita a su santa cena, con amor,
mas debes renunciar a toda la basura
que has acumulado durante los siglos
y de la cual hasta te sientes orgullosa.
Grandes y hermosos templos, pequeñas y horribles almas.
Sí, estás ciega, pobre y desnuda.
La salida es el arrepentimiento total y la conversión,
buscando la llenura del Espíritu Santo con ardor.
El que dice que tiene oídos, que oiga entonces.
Toda sal que pierda su sabor será aplastada.

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