jueves, 18 de agosto de 2016

Participantes en la tribulación y el reino

Participantes en la tribulación y el reino
por Mario A. Olcese.



Los Cristianos Están llamados a ser reyes con Cristo: Los Cristianos también están llamados a predicar el mismo evangelio de Cristo a todo el mundo habitado. Como consecuencia de ello los creyentes igualmente sufrirán como Cristo sufrió por cumplir su cometido. Recordemos que la Gran Comisión de Cristo consiste en: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.” (Mateo 28:19). Y Marcos lo registra de esta manera: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura...” (Marcos 16:15). Al dar testimonio del evangelio de Jesucristo, muchos serán insultados, apedreados, escupidos, y hasta asesinados. Esto se verifica al leer Apocalipsis 20:4 en donde leemos: “...y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios...”.

Es claro que ningún cristiano “mudo” podrá ser perseguido y asechado por los enemigos de Dios. Es, pues, menester que el creyente imite a Jesús, así como Pablo lo hacía con Cristo: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo” (1 Corintios 11:1). Los cristianos que venzan hasta el final recibirán, como Cristo, su corona de gloria para ser coherederos en el reino de Dios. Nuevamente leemos en Apocalipsis 3:21: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono...”. Y en Apocalipsis 2:10 encontramos esta promesa de Jesús: “...sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”.

Además Jesús dice en Apocalipsis 3:11: “He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona”. Por lo visto estamos llamados a ser reyes con el Rey de los reyes, Jesucristo (Apocalipsis 1:6). Esta verdad no es comprendida por los cristianos que no estudian la Biblia. Estos “creyentes” ni siquiera saben qué significa la palabra “cristiano”. Cristiano es ser Mesianista, y ser Mesianista es ser partidario de la monarquía de Dios. Así: David, Salomón, etc, eran ‘Mesías’ o ‘ungidos’ para desempeñar sus cargos de reyes en Israel. No se podía ser rey en Israel si antes no se era ungido por el Sumo Sacerdote.

Al ser Jesús ungido por Dios por su victoria o triunfo al cumplir con la misión de su Padre, Jesús se ganó su corona de gloria para ser el nuevo rey que tendrá Israel cuando él regrese por segunda vez. Del mismo modo, los cristianos son ungidos (2 Corintios 1:21) para heredar el reino y recibir sus coronas. Pero antes tendrán que vencer como Jesús.

Será únicamente cuando Cristo regrese que los cristianos vencedores tendrán la herencia en el reino milenario de Cristo. Por eso Jesús dice en Mateo 25:31,34: “Cuando el Hijo del Hombre venga...entonces se sentará en su trono de gloria. Entonces el rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”. Algo Más sobre el Evangelio del Reino:

1.- Es el mensaje central de Cristo y sus Apóstoles. (Marcos 1:1,14,15; Lucas 8:1; 9:2; Hechos 8:12; 19:8; 20:25; 28:23,30,31).

2.- Es el mensaje que será predicado hasta la venida de Jesucristo al mundo (Mateo 24:14).

3.- Este evangelio del reino tiene poder para salvar a los que creen (Romanos 1:16).

4.-El Diablo intentará que las personas no crean en el evangelio y se pierdan para siempre (2 Corintios 4:4).

5.- El Diablo perseguirá a la iglesia que esté predicando el evangelio del reino y se valdrá de la “Bestia” o el “Anticristo” para ello (Apocalipsis 20:4).

6.- Los que venzan hasta el final heredarán el reino de Cristo en la tierra por mil años. Las naciones serán gobernadas por Cristo y su iglesia glorificada (Apocalipsis 20:6).

7.- La sede del reino de Dios estará en Jerusalén (Mateo 5:33-35; Jeremías 3:17; Miqueas 4:1-5; También (Salmos 122:1-9; Zacarías 1:17; 8:3,22,23;14:17).

8.- El Diablo y sus demonios estarán atados en el abismo durante el reino milenario de Cristo (Apocalipsis 20:1-3). El mundo gozará de paz, amor, y felicidad, sin la influencia maléfica de los espíritus impuros.

Resumen:

Es importante subrayar que Dios quiso redimir a los hombres a través del sacrificio de Su propio Hijo Unigénito (Juan 3:16). Jesús pagó el precio por nuestros pecados muriendo por nosotros en la cruz. No obstante, para lograr que Cristo pagara con su vida nuestras deudas con Dios, Dios tenía que enviar a Su Hijo con un mensaje que sería poco o nada apetecible para las autoridades religiosas judías y también romanas. Este mensaje o evangelio fue el verdadero motivo por el cual Cristo fe enviado al mundo por Su Padre.

En otras palabras, se tenía que dar el motivo que provocara la muerte de Cristo, y ese fue el evangelio del reino predicado por Jesucristo y sus seguidores. Más adelante, los apóstoles correrían la misma suerte, al morir cada uno en el martirio o el destierro. Jesús venció hasta el final, e igualmente sus apóstoles. Nosotros igualmente tenemos que vencer hasta el final para ganar nuestra corona de gloria, y así ser parte del reino milenario de Cristo. Esto quiere decir que debemos anunciar ese mismo mensaje o evangelio del reino al mundo entero, ofrendando nuestras vidas si fuere necesario.

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