domingo, 18 de junio de 2017

Viendo a Dios en Jesús


Por Anthony Buzzard –

Jesús es la expresión más completa de Dios en un ser humano
La belleza singular de la fe cristiana es que Dios es revelado en Jesús, el Hijo de Dios. Jesús no es sólo un hombre, si por eso usted entiende que es sólo un hombre excepcional. Jesús es único. Él es la cabeza de una Nueva Creación, el es la contracara de Adán. Jesús no cometió pecado, sin  embargo él fue tentado, como todos los seres humanos lo somos (Hebreos 4:15). Jesús fue creado sobrenaturalmente por la acción del Espíritu de Dios – Su energía creativa – que trabajo en la Virgen María. Jesús fue “pre-planeado”, “pre-designado.” Esta es la creencia de Pedro (I Ped. 1:20), un vocero y  líder de la fe cristiana,  quien fue entrenado personalmente por Jesús y hasta dio su vida por la fe. Pedro y los apóstoles enseñaron que Jesús vino a la existencia en el seno de María y así fue engendrado (= traído a la existencia) por el Padre. Todos los hijos son, por definición, los productos de su Padre. Jesús no es una excepción. La palabra “Hijo” y la palabra “engendrado” no tienen sentido si se piensa que Jesús es “co-igual y co-eterno con el Padre.” En un intento de ocultar su confusión, los sistemas tradicionales de creencias han afirmado que Jesús fue “engendrado eternamente”. Pero ese lenguaje no tiene un significado entendible. El ser engendrado significa que usted tiene un comienzo, un principio. Pero si usted existe desde eternidad eso quiere decir que usted no tiene principio. Jesús, el Hijo de Dios, fue engendrado. Por lo tanto, el Hijo si tuvo un comienzo. Su principio fue su concepción milagrosamente hecha por Dios.
Sólo el Padre es el Dios único. “Hay un solo Dios, el Padre” (I Cor. 8:4-6). Jesús llamó a Dios, su Padre como “el único que es verdaderamente Dios” (Juan 17:3; 5:44). Dios es descrito por pronombres personales singulares (pronombres en singular definen a una persona como uno y no más) más de 11.000 veces. Jesús es el Mesías Señor, el Adoni (mi señor), del Salmo 110:1. Este salmo es la gran clave para la comprensión, ya que dice claramente que Jesús no es Dios el Señor (Adonai), pero el señor adoni humano supremo (adoni en todas sus 195 apariciones nunca se refiere a Dios).
Algunas traducciones modernas doblan el texto original en griego de una forma tal que nos haga pensar que Jesús estaba vivo antes de que él naciera. Aquí hay un ejemplo. Abra la traducción NVI en Juan 16:28. (En ingles) Usted leerá allí que Jesús tenía la intención de volver al Padre. Sin embargo mire otras versiones (RV o NASV, o el original griego). No hay nada en el texto acerca de volver o regresar. Jesús estaba por ir al Padre, no regresando o volviendo. En Juan 20:17 Jesús hablaba de subir al Padre (NASV). Sin embargo, la NVI cambia el sentido en su totalidad cuando hace a Jesús decir  “yo estoy volviendo al Padre.” Las palabras de Jesús en el original simplemente afirman que Jesús iba a ascender al Padre, no retornar al Padre.
Estas malas traducciones deberían alertar a los lectores de la Biblia. A veces los sistemas de creencias son insertados en la Biblia  en vez de ser encontrados allí. Una Traducción puede convertirse fácilmente en una forma sutil de interpretación que justifica un sistema de creencias en particular.
La mejor manera de estudiar la Biblia es preguntarse: ¿Cuál es la visión amplia o general de un tema determinado a través de las páginas de la Biblia? Es especialmente importante buscar en el Antiguo Testamento y examinar su punto de vista de quién es Dios y quién es el Mesías. ¿Tiene La Biblia hebrea algo que decirnos sobre el Hijo de Dios viviendo antes de su nacimiento? La respuesta es “no”. Los profetas hebreos profetizaron la venida del Hijo, que en el futuro (futuro al tiempo de la profecía) llegaría a la escena de la historia. Así, la profecía nos habla de la futura aparición del Hijo de Dios, que es también el Hijo de David, Dios le dijo a David mil años antes del nacimiento del Mesías: “Yo seré su padre y él será mi hijo” ( 2 Sam. 7:14). Tome nota de que Dios no dijo nada en absoluto acerca de que el Hijo ya existía con Él en el cielo.
El Hijo de Dios ha de ser el único agente de Dios que  desciende de la línea de David y, debido a la concepción milagrosa efectuada por Dios, será designado Hijo de Dios. La instrucción preciosa dado por el ángel Gabriel se tiene que repetir constantemente. Es “por esta razón” – la acción de Dios en María – que el Hijo unigénito (traído a la existencia) será el Hijo de Dios (Lucas 1:35). Mantener que la expresión “Hijo de Dios” significa que en realidad es Dios mismo es una burla a esta enseñanza simple, elemental de la Biblia. Un destacado teólogo de nuestro tiempo, dice: “El ser llamado” Hijo de Dios en la Biblia significa que tu no eres Dios. “(Esto debería ser evidente, pero el peso de la tradición y concilios declaran anatemas a todos aquellos que cuestionan sus dogmas, esto hace que sea muy difícil para los lectores de la Biblia entrar en el mundo – pensamiento – judío de la Biblia.) El mundo de Jesús y el Nuevo Testamento es deliciosamente libre de las doctrinas complicadas y misteriosas sobre Dios que fueron ideadas unos 400 años después de los tiempos bíblicos. Nuestros lectores deben aprender a distinguir qué parte de lo que han aprendido en la iglesia realmente viene de la Biblia y en qué medida se ha aceptado un dogma como bíblico sin un examen previo y cuidadoso.
El punto culminante de los tratos de Dios con el hombre llegó cuando Dios habló “al final de esos días” por medio del Hijo (Hebreos 1:1-2). Dios, esta carta a los Hebreos dice, hablo de muchas maneras diferentes a los “padres”, pero nos dio su mensaje final (palabra) por medio de su Hijo. Ese Hijo, dice el mismo autor, es superior a los ángeles, a Moisés, a Josué y Levi. (Si el autor realmente creía que Jesús era Dios, es muy extraño que él tratara de demostrar que El es superior a los voceros prominentes de Dios en los tiempos del Antiguo Testamento. Todo lo que tenía que hacer era decir “Jesús es Dios.” Pero él nunca dijo  esto, ni ningún escritor del Nuevo Testamento.)
Cuando Jesús fue cuestionado por las hostiles autoridades religiosas judías de que El estaba haciendo una reclamación de ser “igual a Dios,” Jesús dio una respuesta muy interesante para aclarar las cosas. El Negó que él “era Dios.” Se comparo con los jueces de Israel a quienes Dios había llamado “Dioses”. “Obviamente, este uso de la palabra” Dios “para los jueces humanos significaba que ellos representaban al único Dios, no que eran en realidad “Dios.” Si aquellos importantes agentes humanos Israelitas de Dios eran “Dios”, entonces, Jesús argumentó que El tenía todo el derecho a ser llamado “Hijo de Dios.” De ninguna manera Jesús reclamo igualdad con Dios. Su máximo reclamo fue ser el “Hijo de Dios.” (Este episodio debe ser estudiado cuidadosamente en Juan 10:34-36.) Muchos escritores contemporáneos simplemente dejan de lado las palabras de Jesús cuando respondió a la acusación de que se estaba haciendo a sí mismo igual a Dios. Algunos saltan a la conclusión de que los enemigos de Jesús, precisamente entendieron bien lo que Jesús estaba diciendo. Esto no es así. Jesús tuvo que aclararle sus pretensiones y lo hizo mediante la comparación de sí mismo a los jueces humanos de Israel. Su posición era como el revelador supremo del Plan de Dios. La enseñanza de Jesús nos da una idea de lo que Dios está haciendo y lo que Él espera de nosotros. Jesús es la Palabra de Dios – la mente de Dios y el pensamiento – manifiesta en y a través de un ser humano perfecto. “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo” significa que Dios está llevando a cabo su propósito, la salvación, mediante Jesucristo como su agente misionero final para rescatar al mundo de las garras de Satanás. Tomas fue lento en darse cuenta de la singularidad de Jesús y El le reprendió con estas palabras: “¿He estado tanto tiempo con ustedes y no reconoces que si me has visto has visto a Dios?” (Juan 14:5-11, 12 : 45). El Dios a quien Thomas reconoció finalmente en Jesús era el Dios de Jesús también. Jesús es como una ventana perfectamente clara que nos da una visión de Dios. Jesús es la máxima expresión de Dios revelada en una persona humana.
Varios pasajes en algunas traducciones de la Biblia fuerzan el original para decir lo que no dice. Éstos son dos ejemplos. Timoteo 3:16 dice que “Dios fue manifestado en carne…” Las versiones modernas, a raíz de la lectura de un mejor manuscrito, lee “ quien fue manifestado en carne….” 1era Juan 5:7 tiene una declaración que fue encontrado mucho tiempo después de la finalización de la escritura de la Biblia. Este versículo se encuentra en la KJV y RV60, pero correctamente sacado de todas las traducciones modernas. Es universalmente conocido por ser una falsificación, y nunca debe ser utilizado como la base de un argumento doctrinal. Este texto no aparece en ningún manuscrito griego hasta el siglo 15! 
La Biblia cobra vida para sus lectores de una forma nueva cuando reconocemos el carácter judío de Jesús y que “la fe original fue de una vez por todas entregada al pueblo de Dios” (Judas 3). Jesús se suscribió, de todo corazón, a la principal enseñanza del judaísmo que se encuentra en Deuteronomio 6:4: Dios, Jehová uno es y no hay nadie a su lado. Esto es lo que llamamos monoteísmo unitario. Este es el credo de Jesús y de los escritores de la Biblia. Como un experto en Cambridge, recientemente escribió: “Juan es un testigo como cualquier otro en el NT para el principio fundamental del judaísmo, del monoteísmo unitario (Ro. 3:30; Sant. 2:19, Juan 5:44, 17: 3) “(JAT Robinson, 12 Más Estudios NT, p. 175). En otras palabras, Juan y Jesús creían que Dios era una persona, no tres. Este credo tiene una belleza simple, y es probable que gane la atención de los judíos de hoy y de los musulmanes. La Iglesia tiene una larga historia de erigir una barrera innecesaria entre ella y las comunidades judías e islámicas, al proponer la idea muy extraña e inexplicable de que Dios es misteriosamente tres y todavía uno. Judíos negará – y con razón –  cualquier idea de que un Dios trino pueda ser encontrado en la Biblia hebrea (el Antiguo Testamento, la Biblia, que alimentó a Jesús). Y los musulmanes saben que el Corán, que reconoce a Jesús al menos como un profeta (y virginalmente  concebido) peleará fuertemente contra la visión tradicional de Dios como tres en uno. Que maravillosa oportunidad para la evangelización! El Dios de Jesús es el único Señor. Judíos saben que Dios es uno y lo mismo hacen los musulmanes.

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