miércoles, 7 de junio de 2017

Engañados por la filosofía griega

Engañado por las ideas religiosas y filosóficas griegas
Del Libro el Único Dios Verdadero
Eric H. Chang



No nos dimos cuenta de que estábamos siendo conducidos al error por la "sabiduría" o sofisma teológico griego y, en consecuencia, alejados de la sabiduría de la revelación bíblica (estas sabidurías diferentes y opuestas se discuten en 1Co.1.17-2.13). En la Biblia, por ejemplo, Dios (Yahvéh) no es una "sustancia". ¿Alguna vez alguien ha producido tanto como una chatarra de evidencia bíblica para sustanciar (perdone el juego de palabras) esta idea de que se puede hablar de Dios en términos de "sustancia"? Sin embargo, este es un término que los líderes griegos de la iglesia no parecen haber tenido escrúpulos en usar.

Cada teólogo es (o debería ser) consciente de que esta definición de Dios como una "sustancia", en la que conviven tres personas, es el producto de la sofistería teológica griega -un sofisterismo legitimado usando una colección de versículos bíblicos y que nos ha engañado con éxito a todos.

Las especulaciones filosóficas griegas nos han alejado de la palabra de Dios. Pero hay algo aún más serio a considerar: ¿Ha cruzado alguna vez nuestra mente que hablar de Dios como "sustancia" podría ser blasfemo? ¿Puede ser que nuestras mentes y espíritus se hayan desensibilizado tanto a través de la "aclimatación" cultural que nos hemos acostumbrado a ese término hasta tal punto que no tomamos en cuenta tal posibilidad? ¿No es algo así como la persona que jura habitualmente y que no es consciente de la ofensividad de su discurso? ¿Nos lleva Dios a explicar que Él es la "sustancia" o la "esencia" (latín substantia, Gk. Hupostasis o ousia) de tres personas divinas?

En cuanto a las ideas griegas, Garry Wills (Profesor de Historia Emérito de la Universidad Northwestern) pone el asunto sucintamente, "Pablo nunca presenta a Jesús como el Dios de los griegos, como la Sabiduría de Platón, como el Movimiento Inamovible de Aristóteles". Paul Meant, Libros de pingüinos, 2006, P.127).

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