El arrebatamiento en la parousía del Señor
Edwin Mauricio Alza
"Porque así como el relámpago sale del oriente y resplandece hasta el occidente, así será la venida (parousía) del Hijo del Hombre. Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres..." Mateo 24:27.
La venida, del griego παρουσία (parousía) anunciada por el señor Jesús como "la venida del Hijo del hombre" es también
anunciada por Pablo varias veces en sus epístolas. Tanto así que Pablo introduce la frase "la venida del Señor"o la parousía del Señor. En la cita de Mateo, Jesús habla de su parousía refiriéndose a su retorno a Israel porque habla de lo evidente de esa venida como lo es el brillo de un relámpago y dos versículos más adelante, el maestro enseña que es después de la Gran Tribulación cuando todo ojo lo verá.
Pablo dice a los Tesalonicenses en el famoso pasaje sobre el arrebatamiento (1Tes. 4:15-17) que este será en "el día del señor" en el cual los impíos serán castigados (1Tes. 5:3). Por su puesto, debemos recordar que este tema está contenido en dos capítulos que las sociedades bíblicas subtitularon "La venida del Señor" en 1960.
En la 2Tes. 1:7-8, Pablo afirma consecuentemente que los cristianos recién tendrán reposo de la tribulación siendo arrebatados cuando Jesús vuelva para dar el pago a los impíos. En el verso 10 habla de "aquel día" en referencia al día del Señor que Jesús llama también "el día del juicio".
En la 2 Tes. 2:1-2, Pablo dice que la venida o parousía del Señor será el día de nuestra reunión con él por arrebatamiento. A ese mismo día Pablo le llama "el día Señor" al final del verso 2. A continuación Pablo dice que todos estos acontecimientos serán después de la manifestación y persecución del Anticristo.
De estos cuatro pasajes aprendemos que el arrebatamiento será en el día del Señor cuando Jesús venga para dar el pago a los impíos. Ni el Mesías Jesús ni Pablo hablan de un rapto secreto ni de una venida secreta.
Los maestros y predicadores que enseñan lo anterior son ignorantes que siguen ciegamente una tradición nacida a inicios del siglo 19. Los sinceros creyentes dejan de ser sinceros cuando se niegan a ver esto.
Si no hay un arrebatamiento secreto entonces tampoco hay ningún viaje al cielo.
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