sábado, 1 de octubre de 2016

El anhelo de inmortalidad

El anhelo de inmortalidad
Mario A. Olcese



El Propósito de Nuestra Existencia:

Desde que el hombre ha tenido uso de razón se ha preguntado cuál es el sentido de su existencia en este mundo. También ha filosofado de diferentes modos a fin de darle propósito a su vida. No obstante, muchas de estas ideas han sido contradictorias unas con otras y diametralmente opuestas y desconcertantes. Sin embargo, la Biblia, la Palabra de Dios, sí nos dice qué somos, y hacia dónde vamos finalmente en esta vida. Es decir, la Biblia revela un propósito divino para nuestra existencia, y explica porqué el hombre muere finalmente. Sépalo usted hoy leyendo con atención y meditación este estudio de las Santas Escrituras.

El Hombre Tiene el Deseo de la Inmortalidad:

Todos los seres humanos quisiéramos vivir para siempre con salud y felicidad sin tener que asistir a los entierros de amigos y parientes queridos. La muerte es, definitivamente, el enemigo número uno del ser humano. Tal vez para otros la muerte es una necesidad cuando se está sufriendo de una grave dolencia incurable, pero aún así, nadie quisiera la muerte, sino la salud y la vida plena. Es por eso que Cristo recogió esta necesidad del hombre por la eternidad (ver Eclesiastés 3:11 que dice: “...y ha puesto eternidad en el corazón de los hombres”) , y vino a proclamar que él es el camino, la verdad y la vida eterna (Juan 14:6). Jesús vino a ofrecerle al hombre una vida abundante, gozosa, y eterna, si éste se decidiera por él y su causa (Juan 11:25).

Ningún Hombre posee la Inmortalidad:

La vida eterna abundante y feliz es un regalo muy tentador que nos impele a seguir a Cristo en todo momento de nuestras vidas. Sin esta oferta de Dios a través de Su Hijo, pocos estarían motivados a dejar los intereses mundanos y pasajeros. Dios es un Dios que remunera a sus siervos grandemente, y no que no escatima cuando se trata de premiar. Él quiso que el hombre viviera para siempre, y no que muriera por la enfermedad o la vejez. Él puso al hombre en la tierra para que viviera en ella para siempre. Los hizo del polvo de la tierra, y les sopló aliento de vida (‘Ruáj’ en Hebreo, ‘Pneuma’ en Griego) y Adán y Eva se convirtieron en (no dice que tuvieron) “almas (‘nephesh’) vivientes” (con la posibilidad de ser inmortales) (Génesis 2:7). Él hizo al hombre a Su imagen y semejanza... ¡y Dios no es mortal! Sí, Dios quiso que la primera pareja humana no muriera, pero Adán y Eva pecaron y su almas empezaron a morir (Génesis 2:17).

Es claro que Adán y Eva, y su descendencia, no lograron su inmortalidad por la desobediencia. Su alma pudo ser inmortal, pero fracasaron---¡Trágicamente sus almas vinieron a ser mortales! (Ezequiel 18:4,20). Sólo Dios tiene Inmortalidad Inherente: Aunque muchos se sorprendan, sólo Dios el Padre tiene inmortalidad inherente. Todos los Cristianos, como Jesús Cristo, recibirán su inmortalidad en la resurrección del día postrero. Veamos lo que dice el apóstol Pablo al respecto: 1 Timoteo 6:16: “El único que posee inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver...”

Aquí Pablo está hablando de Dios el Padre, pues el Hijo sí fue visto. Pues bien, Pablo afirma que sólo Dios el Padre tiene inmortalidad, y nadie más. Ahora bien, ¿tiene Jesús inmortalidad? Sí, pero la ganó en su resurrección (Romanos 6:9). De modo que Jesús nunca tuvo una inmortalidad inherente y eterna, sólo Su Padre y Dios.

La Vida Eterna. El Futuro Regalo de Dios para los Justos:

Lo que la mayoría de cristianos no parece comprender es que la vida eterna (salvación) es una promesa y una esperanza para el futuro (Romanos 6:23). Esta la recibirán sólo los que son hijos de Dios, los adoptados, los renacidos, los bautizados, los fieles, y santos. Veamos los pasajes que nos llevan a esta conclusión:

Mateo 25:46: “E irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”.

Marcos 10:30: “...y en el siglo venidero la vida eterna”.

Romanos 2:6,7: “El cual pagará a cada uno conforme a sus obras: Vida eterna a los que, perseverando el bien hacer, buscan gloria, honra, e inmortalidad”.

1 Timoteo 6:12: “Pelea la buena de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual fuiste llamado”.

Romanos 2:6,7: “El cual pagará a cada uno conforme a sus obras: Vida eterna a los que, perseverando el bien hacer, buscan gloria, honra, e inmortalidad”.

1 Timoteo 6:12: “Pelea la buena de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual fuiste llamado”.

Romanos 6:22: “...y como fin , la vida eterna”.

Gálatas 6:8: “...del Espíritu segará vida eterna”.

Tito 1:2: “En la esperanza de la vida eterna”.

Judas 21: “Conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna”.

1 Juan 2:25: “Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna”.

Hechos 13:46: “...y no os juzgáis dignos de la vida eterna”. 1

Corintios 15:53: “...Es necesario que esto mortal se vista de inmortalidad”.

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