lunes, 12 de diciembre de 2016

El "Misterio Cristo"

El "Misterio Cristo"
Por Eric H.H. Chang
Del libro El Único Dios Verdadero



¿Qué estamos diciendo cuando hablamos de Jesús como "verdadero Dios y verdadero hombre"? ¿De qué estamos hablando? Seguramente no queremos decir que él es parte de Dios y parte del hombre. Sin embargo, ¿qué más puede significar? Que él es todo Dios y todo hombre, completamente Dios y completamente hombre, 100% Dios y 100% hombre (¡así sumando resulta 200%!). Pero esto no es una posibilidad ontológica (ni siquiera lógica).

Entonces, ¿qué significa "verdadero Dios y verdadero hombre"? Aquí, como era de esperar, el recurso conveniente (y único) es retirarse al "misterio". Sin embargo, ciertamente esto no fue lo que Pablo quiso decir cuando habló del "misterio de Cristo" (Efesios 3: 4; Col.4.3), ya que con este término no se refirió a algún rompecabezas lógico u ontológico, sino al maravilloso plan de Dios De salvación oculta en épocas pasadas, pero ahora es revelado en Cristo y llevado a buen término por medio de su muerte y resurrección.

Pero el problema radica no sólo en la elevación de Jesús al nivel de ser "Dios" [la figura del shaliaj], sino en la consecuencia de adorarlo como Dios, relegando así a "Dios nuestro Padre" a un lugar secundario en los corazones y mentes de la mayoría de los cristianos, Si en verdad Él tiene algún lugar significativo en absoluto.

"La primera persona" de la "Divinidad" ha llegado a ser, en efectos prácticos, "la segunda persona", aunque todavía queda el título honorífico de "la Primera Persona", hecho más presentable escribiendo las palabras con mayúsculas . El Hijo ha reemplazado al Padre como el centro de la devoción cristiana. Pablo, como también todos los demás escritores del NT, se habría horrorizado ante este estado de cosas.

Ahora me doy cuenta de que Cristo mismo encuentra esto abominable. Su enseñanza se ha transformado en algo que no enseñó. Incluso los elegidos han sido engañados (Mt.24.24). Ahora podemos entender por qué el juicio comenzará en la casa de Dios (1 Pedro 4.17). Así, una vez que la iglesia tomó la posición dogmática de que Cristo es Dios y por lo tanto igual en todos los aspectos con el Padre, entonces se sigue que adorar a Cristo es igual a, adorar a Dios, nuestro Padre.

De adorarle con el Padre, nos deslizamos imperceptiblemente a adorarle en lugar del Padre. Además, aun cuando el "Padre" es usado en la oración, a menudo resulta que es en realidad a Cristo a quien se refiere por ese término. La justificación de esto se reivindica de Isaías (9.6, "Padre Eterno"), mientras que la instrucción de Jesús de no llamar a ningún hombre "Padre" excepto a Dios mismo (Mt.23.9: "porque tienen un solo Padre que está en el cielo", es como de costumbre, ignorado.

No hay comentarios: