viernes, 11 de noviembre de 2016

El Precursor Mesías

¿Cómo el Mesías es el PRECURSOR del creyente?
por Yosef Aharoni



Algunos han elaborado la teoría de que, como Yeshúa es nuestro "Precursor", y un precursor es uno que se adelanta a entrar a un lugar donde otros entrarán después, entonces nosotros entraremos al cielo después de él. Es cierto que Pablo dice que Yeshúa entró al cielo como nuestro precursor. Pero ¡es que nosotros ya entramos al cielo tras Yeshúa! Considere esto: La "poderosa fuerza [de Yahwéh] obró en el Mesías cuando lo levantó de entre los muertos, y LO SENTÓ A SU DIESTRA EN LAS REGIONES CELESTIALES," ‑Efesios 1:20. (Note la frase en letras mayúsculas.)

De la misma manera "nos dio vida juntamente con el Mesías... y nos levantó juntamente con él, Y NOS HIZO SENTAR CON EL EN LAS REGIONES CELESTIALES, MEDIANTE EL MESIAS YESHUA" (24‑6). Considere esto: ¿Qué significa "precursor?” ¿Entramos ya con Yeshúa a la presencia del Padre en el Lugar Santísimo, o no estamos todavía en la presencia del Padre?

De manera que nosotros ¡ya estamos delante del Padre en los cielos! Eso no es algo futuro, es una realidad presente. En ningún lugar dice que Yeshúa es el camino para ir a un lugar que se llama "cielo." Pero sí dice que él es el camino al Padre (Juan 14:4‑6). Y ya estamos con el Padre, delante de su presencia. "Ya ustedes no son extranjeros ni peregrinos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Yahwéh." (Efesios 2:19).

No tenemos que esperar ir al cielo en un futuro para estar delante del trono del Padre; ya nos hemos "acercado confiadamente al trono de la gracia," (Hebreos 4:16.) Es cierto que Yeshúa entró como precursor al Santuario, pero entró allí "por" nosotros (Heb. 9:24), es decir, "en lugar de nosotros." Y nosotros hemos entrado ya al Lugar Santísimo tras él. (Heb. 10: 19.)

Cuando el sumo sacerdote hebreo entraba al lugar santísimo una vez al año, eso se contaba como si todo el pueblo hubiera entrado. Por eso, si el sumo sacerdote llegaba a ser destruido por la presencia de Yahwéh, todo el pueblo moría también. Así Yeshúa entró al Lugar Santísimo celestial en lugar de nosotros, y eso se cuenta como si todos hubiéramos entrado literalmente con él, tal como sucedía con el pueblo de Israel en el antiguo Templo de Jerusalem.

En cuanto a que el cielo sea la morada de Yahwéh donde nos reuniremos al fin con él, no es exacto decir que Yahwéh vive en el cielo, como si se tratara de un lugar limitado en el espacio exterior. Yeshúa mismo dijo que "el cielo es el trono de Yahwéh," y "la tierra es el apoyo de sus pies," (Mat. 5:34). De manera que esta tierra es parte de la morada de Yahwéh, es "donde apoya sus pies," el primer cielo. Estamos a sus pies.

El centro de su gobierno parece estar en el tercer cielo. Pero su presencia llena todos los cielos, y en cualquiera de ellos estamos en su presencia. Considere esto: ¿En cuál de los tres cielos vivimos nosotros? ¿Es este cielo parte de la morada de Yahweh? Si es así entonces ya estamos en el cielo con él. Lo que falta es que sean restauradas todas las cosas mediante la obra del Reino milenario del Mesías sobre la tierra.

RESUMEN

Hechos 3:19‑21 ‑ Los primeros creyentes esperaban la restauración de la tierra.
Rom. 8:18‑23 ‑ Esperaban la redención del cuerpo, no que se eliminara.
1 Cor. 15:51‑53 ‑ Esperaban el cambio de un cuerpo mortal a un cuerpo inmortal.
1 Tes. 4:14‑17 ‑ Esperaban la resurrección del cuerpo y la reunión con Yeshúa.
Tito 2:13 ‑ La bendita esperanza no era ir al cielo sino la aparición de Yeshúa.
Tito 3:7 ‑ La esperanza de los creyentes es tener vida eterna. 1 Ped. 1: 3,4,13; 5:4 ‑ La corona de la vida se nos traerá a la tierra.
2Ped. 1: 10, 11 ‑ La meta es la entrada a Su reino no al cielo etéreo.
Heb. 11:26,40 ‑ La recompensa es ser hechos perfectos, no un viaje espacial.
Rev. 22:12 ‑ La recompensa bajará a la tierra con Yeshúa cuando él venga.
Sal. 115:16: Prov. 10:30; Prov. 10:30; Prov. 10:30; Prov. 10:30

‑La herencia prometida en las Sagradas Escrituras a todos los santos de todas las épocas en todo los lugares es la tierra como morada eterna y perfecta. (La idea de que la tierra es mala se origina en la filosofía platónica pagana.) Fil. 3:20; Prov. 10:30; Prov. 10:30

– Tener la ciudadanía en los cielos significa tener nuestros nombres registrados en los libros del cielo, no que el cielo sea nuestra morada. Heb, 11: 10
‑ Abraham buscaba y esperaba una ciudad real. Rev. 21:2, 9‑10
‑ Esa ciudad bajará cielo en el Milenio. Mat. 5:3 4
‑ Yahwéh vive en todo el cielo, no en una sola ciudad. Juan 14:4‑6
‑ Yeshúa es el camino al Padre, no al cielo. Efe. 1:20
‑ En él ya fuimos al Padre y estamos sentados con él en las regiones celestiales. Efe. 2:5,6
‑ Ahora mismo estamos delante de la presencia del Padre. Efe. 2:19
‑ Ya no somos extranjeros sino ciudadanos, ahora mismo. Heb. 4:16
‑ Ahora estamos ante el trono del Padre en el Santuario. Heb. 10: 19,20
‑ Yeshúa entró como precursor "por nosotros ". Heb. 10:22
 ‑ Nosotros entramos con él ya, como entraba Israel en el Santuario.

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