martes, 19 de enero de 2016

La clave profética de Jesús


La abominación desoladora: Jesús y Nuestra clave para los Eventos en el futuro
Anthony F. Buzzard.



En una discusión reciente de correo electrónico a un escritor se le ofreció 4 referencias diferentes de la historia para el cumplimiento de las famosas palabras de Jesús acerca de la abominación Desoladora. Jesús anunció la Abominación como la señal del fin del mundo y su venida (Mateo 24:15;. Lucas 21:20). El fin del siglo es el futuro para nosotros, tal como se describe en Mateo. 13:39, 40, 49; 24: 3; 28:20. Para colocar la señal de la abominación de la desolación en el pasado sería vaciar la urgente profecía, la advertencia de Jesús de todo significado útil para nosotros. Jesús habló de la Abominación como la principal señal de la venida en la época de la Gran Tribulación (Mateo 24:15), seguida inmediatamente de señales cósmicas y su llegada al poder (Mat. 24: 29-31).

La Abominación se define no sólo por su lugar cronológico en Mateo 24, sino también en las 4 referencias que corroboran a la Abominación en Daniel, capítulos 8, 9, 11, 12. Jesús nos refirió enfáticamente a Daniel para la correcta comprensión de la abominación (Mt. 24:15).

1) La Abominación cuyo fin vendrá en inundación de juicio. Dan. 9: 26b ("su fin"), al final de los últimos siete años de la profecía.
2) Él (la Abominación) viene desolar (en el ala de abominaciones), Dan. 9:26, 27.
3) La Abominación se produce en 1290 días (un mes más de 3 1/2 años) antes de que la visión termine con la resurrección futura, Dan 12:11.
4) La Abominación se asocia con un gobierno final en Dan. 8:13, 25 que será quebrantado, y no con mano, de manera sobrenatural, y como el rey final del Norte que llega a su fin (cp. 9: 26b) en Dan. 11:45.
5) La Abominación se define como el Rey del Norte (Dan. 11: 21ss).

Estos son los datos esenciales para la definición de la Abominación de la Desolación, la clave de Jesús hacia el futuro. Es engañoso aplicar estas palabras proféticas a eventos ya pasados. Esto tiene el efecto de negar la visión profética de Jesús basada en Daniel, de la que Jesús estaba profundamente prendado.

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