Marcia Facundo
BBC Mundo
Ante la crisis económica, ha aumentado el número de estadounidenses que recurren a artículos de segunda mano para comprar o vender.
A Verónica Rodríguez no le avergüenza decir que cada vez que necesita comprar ropa para sus tres hijos adolescentes acude a una de las "supertiendas" de Goodwill localizada en el sudoeste de Miami.
"Creo que es muy agradable. Está bien organizada y muy limpia. La gente aquí es agradable y uno encuentra buenas gangas", explicó a BBC Mundo a la vez que miraba perfumes, lentes de sol, bisutería y otros artículos de segunda mano que adornaban una vitrina del local.
Es que, en tiempos de crisis, son muchas las personas en Estados Unidos que, al igual que Rodríguez, han descubierto que resulta más económico comprar a precios más baratos, incluso si eso significa que no sea en un centro comercial, o que la ropa sea usada.
La Asociación Nacional de Tiendas de Segunda Mano (Narts, por sus siglas en inglés) aseguró que la mayoría de sus miembros han reportado un incremento significativo en sus ventas en los últimos tres meses de 2009.
Entre los establecimientos que venden ropa y artículos del hogar usados se destaca la cadena de tiendas Goodwill, que ante el auge de las ventas de segunda mano, ha abierto más de 40 nuevos establecimientos en todo EE.UU. este año.
Impacto significativo
"Aquí las cosas son baratas y uno encuentra ropa adecuada hasta para ir a la iglesia", dijo a BBC Mundo Geena Smith, una madre soltera que encontramos al final de una larga cola en la caja de una gran tienda Goodwill de Miami.
La "supertienda" es un establecimiento enorme que abarca una cuadra y está repleta de mercancía, en su mayoría donada por otras personas, que dejan los artículos en la parte trasera del edificio.
Independientemente de si nuestra tienda está ubicada en un sector de clase media alta o en un vecindario en desarrollo, estamos experimentando un crecimiento considerable
Jim Gibbons, director ejecutivo de Goodwill
"Yo vengo aquí porque encuentro las mismas cosas que en el Mall (centro comercial). Pero esto que yo llevo me costaría allá unos US$25 ó US$30, y aquí lo consigo por mucho menos", agregó Smith.
Las ventas de Goodwill Industries -una compañía sin fines de lucro- han experimentado un aumento de un 10% desde enero de este año. Los ingresos son destinados a programas para entrenar y ayudar a obtener trabajo a personas con desventajas físicas y económicas.
"La situación económica nos ha impactado significativamente", aseguró a BBC Mundo el director ejecutivo de Goodwill, Jim Gibbons.
"Independientemente de si nuestra tienda está ubicada en un sector de clase media alta o en un vecindario en desarrollo, estamos experimentando un crecimiento considerable", añadió.
Por menos dinero
La "Supertienda" de Goodwill es muy diferente a los populares centros comerciales de EE.UU., pero -al igual que allí- su oferta es muy diversa.
Ronald Jones, un policía de Miami que buscaba en los estantes de ropa masculina del Goodwill, indicó a BBC Mundo que le gusta mirar todo lo que tiene la tienda para ver qué cosas le atraen.
"De vez en cuando algunas de las empresas de por aquí le donan artículos nuevos a Goodwill y uno puede encontrar un buen producto por menos dinero", dijo Jones.
Rodríguez está de acuerdo en que la principal causa por la que compra en la tienda es por los precios bajos.
"Yo busco cosas para la casa más que ropa", indicó. "A veces uno encuentra vajilla, otras veces accesorios, a muy buen precio".
Diez "pesos" en el bolsillo
Así como muchos afectados por la crisis acuden a tiendas de segunda mano en busca de una ganga, otros han salido a la calle para vender artículos propios ya usados.
Muchos de los que encontramos en una avenida del sudoeste de Miami enfrentan dificultades para pagar las hipotecas de sus casas o los billes, como le llaman los hispanos locales a las cuentas mensuales.
Todos los sábados, Roger Núñez se para en una esquina de la avenida a vender lavadoras y secadoras de ropa usadas.
Explicó a BBC Mundo que lo hace "por la crisis, porque uno está retirado y tiene que buscar ayuda y con el retiro no se puedo vivir".
A unos pasos de Núñez encontramos a Carmen Gutiérrez sentada cerca de la mercancía que ofrece a los que acuden a este espontáneo pequeño mercado callejero que brota cada fin de semana en el lugar.
Aparte de las lavadoras y secadores de Núñez, allí se ofrece una diversidad de artículos; desde muebles y electrodomésticos, hasta frutas que los propios vendedores han cultivado en sus jardines.
Gutiérrez vende muebles y adornos usados para "buscarse unos pesos más".
Es su forma de enfrentar la crisis económica.
"Mientras la situación está mala uno tiene que defenderse", explicó a BBC Mundo. "No he perdido la casa, pero no la quiero perder tampoco. Para pagar los taxes(impuestos) tienes que tener unos pesos".
"Hoy si he vendido diez pesos (US$10) he vendido mucho. Pero son diez pesos en el bolsillo que me resuelven algo, que me sirve para la gasolina, o para cosas de necesidad en la casa", añadió
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