1. Orientación
Esfuércese tanto por conocer a Dios como para ser conmovido por Sus atributos.
Viva siempre delante de Él.
Nadie puede conocer el pecado perfectamente porque nadie puede conocer a Dios perfectamente.
Usted no puede conocer el pecado más de lo que conoce a Dios, contra quien usted peca; la maldad formal del pecado es relativa, pues es contra la voluntad y los atributos de Dios.
El hombre piadoso tiene algún conocimiento de la maldad del pecado porque él tiene algún conocimiento del Dios que es ofendido por éste.
El impío no tiene un conocimiento práctico y prevaleciente de la maldad del pecado porque él no tiene un conocimiento de Dios.
Aquellos que temen a Dios temerán el pecado; aquellos que en sus corazones son irreverentes e impertinentes para con Dios, harán, en sus corazones y en sus vidas, lo mismo para con el pecado; el ateísta, que piensa que Dios no existe, también piensa que no hay pecado contra Él.
Nada en el mundo entero nos mostrará de manera tan simple y poderosa la maldad del pecado, tanto como el conocimiento de la grandeza, bondad, sabiduría, santidad, autoridad, justicia, verdad y etc., de Dios.
Por tanto, el sentir su presencia hará que también sintamos la maldad del pecado.
2. Orientación
Tenga bien considerado el sacrificio de Cristo, Su sandre derramada y Su vida santa.
Su trabajo es expiar el pecado y destruirlo.
Su sangre fue derramada por éste.
Su vida lo condenó.
Ame usted a Cristo y odiará aquello que causó su muerte.
Ame a Cristo y usted anhelará ser hecho a Su imagen, y odiará aquello que tan contrario es a Él.
3. Orientación
Piense bien cuan santa es la obra y trabajo del Espíritu Santo, y cuan grande misericordia es esto para nosotros.
¿Va Dios mismo, la luz celestial, hacia un corazón pecaminoso para iluminarlo y purificarlo?
¿ Y todavía debo mantener mi oscuridad y corrupción, en oposición a esa maravillosa misericordia?
Aunque no todo pecado contra el Espíritu Santo es una blasfemia imperdonable, todo se agrava aún más por medio de eso.
4. Orientación
Considere y conozca el maravilloso amor y la misericordia de Dios, y piense en todo lo que Él ha hecho por usted, y usted odiará el pecado, y se avergonzará de él.
Es un pecado grave, incluso para el sentido común y la ingenuidad, que debemos ofender a un Dios de bondad infinita que llenó nuestras vidas de misericordia.
Usted será afligido si ha dañado a un amigo extraordinario; su amor y su bondad vendrán a sus pensamientos y sentirá rabia de su propia maldad.
Por un lado verá la gran lista de las misericordias de Dios hacia usted, hacia su alma y cuerpo.
Por otro lado verá a satanás, escondiendo de usted el amor de Dios, y tentándole bajo pretensión de humildad, intentando negar Su gran y especial misericordia; procurando destruir también su arrepentimiento y humillación escondiendo también la gravedad de su pecado.
5. Orientación
Piense en el propósito de la existencia del alma humana.
¿ Para qué fue creada?
Para amar, obedecer y glorificar a nuestro Creador; y verá usted lo que es el pecado, pues éste pervierte y anula ese propósito.
¡Cuán excelentemente grande y santa es la obra para la que fuimos creados y a la que hemos sido llamados!
¿ Deberíamos deshonrar en templo de Dios, y servir al diablo en su inmundicia y absurdo, en lugar de recibir, servir y glorificar a nuestro Creador?
6. Orientación
Piense cuan puros y dulces deleites puede una alma santa disfrutar de Dios en su santa adoración; y entonces verá usted lo que es el pecado, pues él nos impide estos deleites y prefiere en su lugar una lujuria carnal.
Oh! con cuán que gran felicidad podríamos realizar cada deber, cuán grandes frutos podríamos producir sirviendo a nuestro Señor, y qué deleites encontraríamos en Su amor y aceptación, y cómo pensaríamos más en la eterna bienaventuranza, si no estuviese el pecado; el cual aparta las almas de las puertas de los cielos, y las hace caer, tal como un cerdo, en su querido lamazal
7. Orientación
Considere la vida que usted vivirá para siempre, si va al cielo; y la vida que viven los santos allí ahora; y entonces no piense que el pecado, que tan contrario es a eso, no es una cosa tan vil e odiosa.
O usted vivirá en el cielo, o no.
Si no, usted no es uno de aquellos para quien yo hablo.
Si usted lo es, sabe que allí no se practica el pecado; no existe una mente mundana, orgullo, pasiones, lujúria y placeres carnales…
Oh! Si usted pudiese ver y escuchar apenas durante una hora, como aquellos benditos espíritus se encuentran amando y magnificando altamente al glorioso Dios en pureza y santidad, y cuán lejos están ellos del pecado; ver esto le haría a usted repugnar el pecado y ver a los pecadores en un estado de extrema decadencia como hombres desnudos nadando en medio de sus excrementos.
Especialmente, piense que usted tiene esperanza de vivir para siempre como aquellos santos espíritus; y, por tanto, el pecado no será atractivo para usted.
8. Orientación
Fíjese en el estado de tormento de los condenados, y piense bien la diferencia entre ángeles y demonios, y ahí verá qué es el pecado.
Los ángeles son puros; los demonios son sucios: santidad y pecado son dos extremos.
El pecado habita el infierno, la santidad el cielo.
Recuerde que toda tentación viene del diablo, para hacerle ser como él es; y toda disposición santa viene de Cristo, para hacerle ser como Él es.
Acuérdese cuando peque, que está usted imitando y aprendiendo del diablo, y será, hasta ese instante, como él (Juan 8:44).
Y la finalidad que esto conlleva es que también usted sienta los mismos sufrimientos que él.
Si el infierno de fuego no es bueno, tampoco lo es el pecado.
9. Orientación
Mire siempre al pecado como alguien que está cercano a morir y considere como todo hombre el juicio final.
¿Qué dicen los hombres en el cielo a cerca del pecado?
¿Qué dicen los hombres en el infierno sobre el pecado?
Y los hombres que están a punto de morir,
¿qué piensan del pecado?
¿Y las almas conversas y las conciencias despiertas, qué dicen?
¿Trae deleite el pecado y es algo que no temen tal como es ahora?
¿Ellos le aplauden?
¿Hablará bien del pecado alguno de ellos?
Pero, en general todo el mundo habla mal del pecado, incluso cuando ellos mismos aman y cometen diversos actos
¿Pecaría usted si estuviese al borde de la muerte?.
10. Orientación
Vea siempre pecado y juicio juntos.
Recuerde que usted tendrá que responder por eso delante de Dios, de los ángeles, y de todo el mundo; y usted lo conocerá mejor.
11. Orientación
Fíjese en el dolor, la pobreza, la vergüenza, la desesperación, la putrefacción y muerte en la sepultura; eso le ayudará un poco a entender lo que es el pecado.
Estas son cosas que están delante de usted y en sus sentimientos; no necesita tener fe para entenderlas.
Y por tales efectos usted entenderá algo más sobre su causa.
12. Orientación
Mire algunas personas santas y eminentes sobre la tierra, y mire al mundo loco, profano y maligno.
Y la diferencia te dirá, en parte, lo que es el pecado.
¿Es que no hay bondad en una persona santa e irreprensible, que vive en amor para con Dios y con las personas, y en la alegre esperanza de la vida eterna?
¿No es abominable un borracho, promiscuo, blasfemador, malicioso, perseguidor, una criatura repugnante y deformada?
¿No es una visión miserable el estado impío, loco, confuso e ignorante del mundo?
¿No es todo eso en lo que el pecado consiste?
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