viernes, 12 de febrero de 2010

Jóvenes , pero no sexo maníacos

Aquí les dejo su reflexión, siempre bíblicas por lo demás.

Daniel 1:7

“Les puso nuevos nombres”.

A estos jóvenes hebreos, Daniel, Ananías, Misael, Azarías, los sacaron del seno familiar, de su ciudad y de sus barrios, los metieron en una jaula como pollos y se los llevaron para otro país. Directos para ser materia prima de otra cultura. El propósito fue reprogramarles la mente y borrar de ella cualquier conexión con su pasado, familiar o religioso; es decir, convertirlos en otros y obligarlos, más que por una adaptación voluntaria a la cultura y sociedad babilónicas, a ser babilonios, les guste o no; desarraigarlos totalmente y convertirlos en otra gente al servicio del imperio, y sobre todo lo dicho quitarles la fe en Jehová y sustituirles en sus corazones las enseñanzas del Señor por otras nuevas, paganas y diabólicas.


Pero estos eran muchachos bien criados, bien educados por sus padres, que amaban a sus ancestros y no eran religiosos por costumbres sino por convicciones y el poderoso rey de Babilonia no pudo sacarles de dentro lo que sus maestros les habían puesto. Pudieron llevárselos, confinarlos, transportar los objetos de adoración pero no deshacer la formación espiritual que tenían. Eran jóvenes inteligentes y santos. Y Dios, por supuesto, acompaña a esos tales jóvenes, que lo representan a él y no dejó que los que los tenían cautivos y disponían de ellos redujeran a cenizas sus cuerpos y convicciones. Pudieron como a José en Egipto, cambiarles el nombre y las ropas, educarlos en otra sabiduría, pero no desalojar a Dios y volver nada el propósito que el Señor tenía con ellos.


Toma a un joven de hoy, post moderno, y hazle lo que le hicieron a éstos y veamos lo que pasa. Sepáralo de la familia, cámbiale el nombre, la forma de vestir, la música, la novia y los amigos y ya verás si cuando le den permiso para retornar del ejército o la marina o de Estados Unidos, sigue igual o huye de los que lo conocieron. Quizás al tipo allá lo hacen otro. No hay que llorarlo porque él se lo buscó. Acudía a la reunión de jóvenes para pasarla bien. Un buen estudiante pero un bruto en Biblia. Decía para no estudiarla ni enseñarla “yo no voy a ser pastor”. Aquellos (1:17) otros eran eunucos y no sexo maníacos, ni de discotecas o billares, vinos y cervezas, sino de libros, visiones del cielo y por supuesto ¡tenían posibilidades de encumbrarse!

Gracias pastor Humberto por este texto

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