Del libro ¿Desviados?
Dr. Laurence B. Brown
Unitarios versus Trinitarios
Y de hecho, muchos grandes pensadores han objetado: pensadores como el Obispo Pontino de Lyón (asesinado a fines del siglo II junto con todos los cristianos disidentes que solicitaron al Papa Eleuterio que diera fin a la persecución); Leónidas (seguidor del cristianismo apostólico y detractor de las innovaciones paulinas, asesinado en el 208 d.C.); Orígenes (quien murió en prisión en el 254 d.C. después de una tortura prolongada, por predicar la Unidad de Dios y rechazar la Trinidad); Diodoro; Pánfilo (torturado y asesinado en el 309 d.C.); Luciano (torturado por sus opiniones y asesinado en el 312 d.C.); Donato el Grande (nombrado Obispo de Cartago en el 313 d.C., fue luego el líder e inspiración de un movimiento unitario que creció para dominar el cristianismo en el norte de África con éxito, hasta que el emperador Constantino ordenó su masacre. Fueron borrados de forma tan absoluta que ha quedado muy poco de las Sagradas Escrituras de esta secta que llegó a ser tan importante); Arrio (el presbítero de Alejandría, cuyo lema fue “sigue a Jesús como él predicó”, asesinado por envenenamiento en el 336 d.C.); Eusebio de Nicomedia, obispo de Constantinopla que defendió el Arrianismo; sin mencionar más de un millón de cristianos asesinados por rehusarse a aceptar la doctrina oficial de la iglesia en el periodo inmediatamente posterior al Concilio de Nicea.
Ejemplos posteriores incluyen a Lewis Hetzer (decapitado el 4 de febrero de 1529), Michael Servetus (quemado en la hoguera el 27 de octubre de 1553, utilizando ramas verdes aún en crecimiento para producir un fuego agonizantemente lento)54(NE), Francis Davidis (muerto en prisión en 1579); Fausto Socino (muerto en 1604); Juan Biddle (que sufrió exilio en Sicilia y múltiples encarcelamientos, el último de los cuales aceleró su muerte en 1662).
Biddle, que consideraba que la terminología empleada por los trinitarios era “más adecuada para los ilusionistas que para los cristianos”55, estableció un muro de argumentos contra el asalto de la teología trinitaria de tal efectividad que, en al menos una ocasión, sus adversarios de debate arreglaron su arresto para evitar enfrentarlo cara a cara en un foro público56. Él dejó un legado de librepensadores que afirmaban la unidad divina, incluyendo a algunos de los líderes intelectuales de la época, como Sir Isaac Newton, John Locke, y John Milton.
Los días de Biddle en el exilio dieron también
predicar la Unidad de Dios y rechazar la Trinidad); Diodoro; Pánfilo (torturado y asesinado en el 309 d.C.); Luciano (torturado por sus opiniones y asesinado en el�312 d.C.); Donato el Grande (nombrado Obispo de Cartago en el 313 d.C., fue luego el líder e inspiración de un movimiento unitario que creció para dominar el cristianismo en el norte de África con éxito, hasta que el emperador Constantino ordenó su masacre. Fueron borrados de forma tan absoluta que ha quedado muy poco de las Sagradas Escrituras de esta secta que llegó a ser tan importante); Arrio (el presbítero de Alejandría, cuyo lema fue “sigue a Jesús como él predicó”, asesinado por envenenamiento en el�336 d.C.); Eusebio de Nicomedia, obispo de Constantinopla que defendió el Arrianismo; sin mencionar más de un millón de cristianos asesinados por rehusarse a aceptar la doctrina oficial de la iglesia en el periodo inmediatamente posterior al Concilio de Nicea.
Ejemplos posteriores incluyen a Lewis Hetzer (decapitado el . Los días de Biddle en el exilio dieron también origen a uno de los comentarios más conmovedores sobre la persecución religiosa, escrito por un corresponsal simpatizante de The Gospel Advocate [El Defensor del Evangelio]:
Se reunió el cónclave, el juez estaba listo, el hombre se sentó en el trono de Dios;�y juzgaron allí un asunto,�que sólo le corresponde a Él;
hicieron de la fe de un hermano un crimen,�y aplastaron el sublime derecho natural a pensar57.
En el transcurso de su vida, el Parlamento inglés intentó matar (asesinar literalmente) el movimiento de Biddle estableciendo la pena de muerte para aquellos que negaran la Trinidad (2 de mayo de 1648). El año de su muerte, el Parlamento aprobó el segundo Acto de Uniformidad y proscribió todo culto y todo clero no episcopal58. Bajo este acto, 2 257 sacerdotes fueron ejecutados entre el clero, y unas 8 000 personas murieron en prisión por rehusarse a aceptar la Trinidad.
Existe al menos un caso en el que, en la “sabiduría” selectiva de la iglesia, la población de un país entero fue condenada:
A comienzos del año, fue promulgada la más sublime sentencia de muerte que jamás se hubiera pronunciado desde la creación del mundo. El tirano romano deseaba que las cabezas de sus enemigos estuvieran todas sujetas a un mismo cuello, que él pudiera cortar de un solo tajo. La Inquisición ayudó a Felipe a poner las cabezas de todos los asuntos de Holanda sobre un mismo cuello con el. propósito de hacerlas rodar.
Para el 16 de febrero de 1568, una sentencia del Sagrado Oficio condenó a muerte a todos los habitantes de Holanda por herejes. De este destino universal sólo unas pocas personas, señaladas especialmente, fueron eximidas. Una declaración del Rey, fechada diez días después, confirmó este decreto de la Inquisición, y ordenó que fuera ejecutado de inmediato, sin distingo de edad, sexo o condición. Esta es probablemente la sentencia de muerte más concisa jamás tramada.
Tres millones de personas, hombres, mujeres y niños, fueron sentenciados al patíbulo en tres líneas, y era bien sabido que estas no eran amenazas vanas como algunas bravuconadas del Vaticano, sino medidas serias y prácticas que debían ser implementadas, por lo que el horror que debieron producir es fácilmente imaginable.
Y bajo este nuevo decreto, las ejecuciones ciertamente no disminuyeron. Hombres de las más altas y de las más humildes posiciones eran llevados a la estaca cada día, a cada hora. Alva, en una sola carta a Felipe, estimó fríamente el número de ejecuciones que habían sido llevadas a cabo inmediatamente después de terminada la Semana Santa en “ochocientas cabezas”. Muchos ciudadanos, cuyo único crimen era poseer grandes fortunas, se vieron de repente amarrados a la cola de un caballo, con sus manos atadas a la espalda, y llevados así a la horca. Pero si la riqueza era un pecado imperdonable, la pobreza rara vez probó ser una protección.
Siempre podían hallarse razones suficientes para condenar al trabajador hambriento tanto como al burgués opulento. Para evitar los disturbios ocasionados en las calles por las arengas frecuentes o las exhortaciones dirigidas a la concurrencia por parte de las víctimas durante su recorrido hacia el patíbulo, se inventó un nuevo tipo de bozal. La lengua de cada prisionero era atornillada con un anillo de hierro y luego quemada con un fierro ardiente. La hinchazón e inflamación resultantes evitaban que la lengua escapara del anillo, y por supuesto, impedían en efecto toda posibilidad de hablar59.
Apenas una década antes Carlos V, el Sacro Emperador Romano y Rey de España, recomendó que “todos [los holandeses] que se mantuvieran obstinados en sus errores fueran quemados vivos, y aquellos que fueran aceptados como penitentes fueran decapitados”60. De modo que ni siquiera los penitentes obtuvieron piedad.
La lista anterior catalogaba individuos que una vez fueron considerados por la Iglesia Católica como los herejes más relevantes, y por los cristianos unitarios como los mayores mártires de la causa de revivir las enseñanzas de Jesucristo. Algunos de los unitarios mencionados fueron asociados con movimientos de tal importancia que habían surcado países con rapidez, pero en todos los casos la Iglesia Trinitaria eventualmente obtuvo el dominio a través de una combinación de fuerza superior, tolerancia mínima, y voluntad de sacrificar por igual a hombres y mujeres por la causa de la purificación religiosa.
Si bien ambos utilizaban como guía el mismo libro, los cristianos unitarios y los trinitarios difícilmente podían diferir más en su metodología. El cristianismo trinitario condena todo lo que choque con la doctrina derivada, mientras que el cristianismo unitario condena todo lo que choque con la evidencia bíblica. El conflicto entre estos dos estándares es el corazón del debate.
La Iglesia Católica tuvo éxito en exterminar a los individuos disidentes, pero falló en suprimir los pensamientos y las fuertes pasiones que ellos expresaron. El mayor éxito se habría alcanzado si la Iglesia hubiera proporcionado argumentos que refutaran de forma racional y definitiva las dudas y retos propuestos, y hubiera establecido su autoridad a través de la superioridad intelectual y no de la tiranía. Sin embargo, la historia de la Iglesia documenta cerca de dos milenios de fracasos intentando derrotar los argumentos de los unitarios, para mayor descrédito de los trinitarios.
Pueden tomarse ejemplos de ello de la vida de Arrio, pero teniendo en cuenta que, con raras excepciones, quedan pocos libros sobre Arrio, en su mayoría escritos por sus enemigos. En consecuencia, las opiniones de muchos autores dejan ver un prejuicio cruel, y el único curso objetivo es examinar sus enseñanzas puras.
Quizás uno de los primeros argumentos de Arrio es que si Jesús fue el “hijo de Dios”, entonces debió haber una época en la que él no existió. Si Jesús fue creado del Padre, entonces debió haber una época cuando el Padre Eterno precedió al Jesús después creado. Por lo tanto, el Creador y Su creación no son el mismo, y Jesús no puede ser considerado socio en la Divinidad.
Arrio sostuvo que si Jesús realmente dijo “porque el Padre mayor es que yo” (Juan 14:28), entonces igualar a Jesús con Dios es negar la Biblia. Arrio sugirió que si algo es evidente de las enseñanzas de Jesús, es que él afirmó su propia humanidad y la inviolabilidad de la unidad divina.
Cuando el clero trinitario declaró que Jesús era “de la esencia de Dios”, Arrio y los cristianos trinitarios objetaron por igual, puesto que “de la esencia” y “de una (misma) esencia” son expresiones materialistas, sabelianas61(NE) en origen, no halladas en la Biblia, y contrarias a la autoridad de la iglesia (ya que esta expresión fue originada en el concilio de Antioquía en el 269 E.C.)62.
Cuando subsecuentemente la Iglesia Católica declaró que Jesús fue “de Dios”, los arrianos respondieron que la Biblia describe que toda la gente es “de Dios” en el versículo “Y todo esto es de Dios...” (2 Corintios 5:18; véase también�1 Corintios 8:6)63. Obligada a corregir sus palabras, la Iglesia declaró entonces que Jesucristo “no es una criatura, sino el poder y la imagen eterna del Padre y verdadero Dios”64. Los arrianos respondieron que la Biblia describe a todos los hombres como “imagen y gloria de Dios” (1 Corintios 11:7), dejando a la Iglesia confundida65. En palabras del teólogo británico Henry Melvill Gwatkin, “mientras más avanzaba el debate, más claro se hacía que el significado de la Biblia no podía ser definido sin ir fuera de las palabras bíblicas para definirla”66. Adoptar tal metodología es proponer que el hombre puede explicar la revelación mejor que la Fuente misma de la revelación.
Así se inició el debate y así ha continuado hasta hoy día. Después de fracasar a través de los argumentos racionales, la Iglesia Trinitaria suprimió violentamente la disensión al punto de que poblaciones enteras fueron aterrorizadas para que aceptaran la opinión trinitaria. En el proceso, la Iglesia fue incapaz de resolver estos asuntos. Como comentó Castillo, uno de los seguidores del teólogo del siglo XVI Miguel Servet: “Quemar a un hombre no es probar una doctrina”. Lo que significa que la Iglesia puede reducir a un hombre a cenizas, pero no puede eliminar sus argumentos a través de la refutación inteligente.
Como acción típica de aquellos que no tienen la habilidad de sustentar sus creencias pero poseen el poder de oprimir, el responder violentamente ha sido el reflejo histórico contra aquellos que han desafiado el credo trinitario. El que esta opresión exista en el vacío de justificaciones razonables debilita, en lugar de fortalecer, la institución. Como comentó John Toland: “Esta conducta, por el contrario, les hará sospechar que todo es una trampa y una impostura, puesto que los hombres naturalmente gritan cuando se les toca en una zona sensible... ningún hombre se enfurecerá frente a una pregunta que es capaz de responder...”67.
En palabras de H. G. Wells, “eran intolerantes con las preguntas o disensiones, no porque estuvieran seguros de su fe, sino precisamente porque no lo estaban. Querían que hubiera conformismo por razones políticas. Para el siglo XIII la Iglesia ya estaba morbosamente ansiosa por las dudas roedoras que podrían en verdad reducir a ruinas la estructura de sus pretensiones”68.
Pitágoras resumió el riesgo de expresar la opinión personal en tales circunstancias: “Hablar de Dios entre hombres de opiniones prejuiciosas no es seguro”. Los unitarios a través de la historia señalaron que Jesús mismo predicó: “Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios. Y Así se inició el debate y así ha continuado hasta hoy día.
Después de fracasar a través de los argumentos racionales, la Iglesia Trinitaria suprimió violentamente la disensión al punto de que poblaciones enteras fueron aterrorizadas para que aceptaran la opinión trinitaria. En el proceso, la Iglesia fue incapaz de resolver estos asuntos. Como comentó Castillo, uno de los seguidores del teólogo del siglo XVI Miguel Servet: “Quemar a un hombre no es probar una doctrina”. Lo que significa que la Iglesia puede reducir a un hombre a cenizas, pero no puede eliminar sus argumentos a través de la refutación inteligente.
Como acción típica de aquellos que no tienen la habilidad de sustentar sus creencias pero poseen el poder de oprimir, el responder violentamente ha sido el reflejo histórico contra aquellos que han desafiado el credo trinitario. El que esta opresión exista en el vacío de justificaciones razonables debilita, en lugar de fortalecer, la institución. Como comentó John Toland: “Esta conducta, por el contrario, les hará sospechar que todo es una trampa y una impostura, puesto que los hombres naturalmente gritan cuando se les toca en una zona sensible... ningún hombre se enfurecerá frente a una pregunta que es capaz de responder...”67. En palabras de H. G. Wells, “eran intolerantes con las preguntas o disensiones, no porque estuvieran seguros de su fe, sino precisamente porque no lo estaban. Querían que hubiera conformismo por razones políticas.
Para el siglo XIII la Iglesia ya estaba morbosamente ansiosa por las dudas roedoras que podrían en verdad reducir a ruinas la estructura de sus pretensiones”68.
Pitágoras resumió el riesgo de expresar la opinión personal en tales circunstancias: “Hablar de Dios entre hombres de opiniones prejuiciosas no es seguro”. Los unitarios a través de la historia señalaron que Jesús mismo predicó: “Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios. Y harán esto porque no conocen al Padre ni a mí” (Juan 16:2-3).�
El establecimiento de la doctrina trinitaria por la cámara del inquisidor, el fuego, la espada, y el hacha del verdugo, no nos amenazan hoy día. En lugar de los horrores del pasado, ahora enfrentamos una variedad de justificaciones emocionalmente provocativas, acompañadas con una evasión sistemática de temas relevantes. Desarmados como están, gran parte del mundo cristiano moderno sigue el ejemplo de Myser de Nicolás, un obispo en el Concilio de Nicea que se tapó los oídos cada vez que Arrio habló.
Algunos sugerirán que la respuesta de los trinitarios a los desafíos de los unitarios no es muy diferente en la actualidad. El clero tiende a evadir el debate y envolver su teología en un manto de oratoria manipuladora y emocionalmente cargada, bordada con el brillo de la arrogancia moral.
Algunos son convencidos por la presentación santurrona y el discurso sectario repetitivo; otros no. Más de unas cuantas personas temerosas de Dios se cansan de esas tácticas psicológicas y buscan reexaminar las afirmaciones infundadas del pasado a la luz del conocimiento moderno y el análisis objetivo.
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jueves, 24 de noviembre de 2016
miércoles, 23 de noviembre de 2016
Teología bíblica sistemática
por Alva Huffer
Lección 4
Un Dios
Dios es uno. Sólo hay una persona que es Dios. Antes de que el universo viniera a la existencia, la vida, personal, el auto-existente Dios estaba solo. Este Ser infinito y perfecto es único. Él no tiene igual. Él pertenece a una clase suya propia. En su naturaleza, su personalidad y sus atributos Dios es indiviso e indivisible.
La unidad de Dios incluye dos ideas principales: la unicidad de Dios y la unidad del carácter de Dios. La unicidad de Dios se refiere al hecho de que sólo hay una persona en el universo que es la fuente suprema y gobernador de todas las cosas. La unidad del carácter de Dios se refiere a la verdad que Su naturaleza es indivisible.
El cristianismo está basado en el monoteísmo.
El Dios del Antiguo Testamento es el Padre de nuestro Señor Jesucristo. El cristianismo en el Imperio Romano estuvo en constante conflicto con el paganismo. La unidad de Dios, naturalmente, se convirtió en una doctrina fundamental de la Iglesia apostólica. Dondequiera que iban, los primeros misioneros de la iglesia proclama la verdad de la unicidad de Dios. Sus conversos "se volvieron a Dios dejando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero" (1 Tes. 1:9).
Al escribir a la iglesia en la ciudad idólatra de Corinto, Pablo afirmó: "Sabemos que un ídolo no es nada en el mundo, y que no hay ningún otro Dios sino uno, pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), pero para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros en él: y un Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas, y nosotros por él "(1 Cor. 8:4-6).
"Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, quien dio su vida en rescate por todos, para testimonio a su debido tiempo" (1 Timoteo 2:5, 6.).
Hay un solo Dios, una sola raza humana, y un solo mediador entre los dos. El único Dios es una unidad que es la única fuente de todas las cosas creadas. Su carácter es la santidad, el amor y la verdad. La raza humana ha descendido una de sus ancestros comunes, Adán y Eva. La raza humana tiene un origen común y constituye una unidad. Toda la raza humana está en pecado y necesita la salvación. El mediador es Jesucristo, el Hijo unigénito de Dios.
I. La más Grande Verdad de la Biblia
El hecho de que sólo hay un Dios es una enseñanza excepcional en la Biblia. Fue el mensaje básico de los profetas y apóstoles. Es la verdad fundamental del Evangelio.
1. Un Dios. La Biblia dice claramente que hay un solo Dios. Los escritores de la Biblia muestran que Dios es un individuo único, un ser único. Dios es uno, hay solo una persona que es Dios.
Efesios 4:6 Un solo Dios y Padre de todos,
1Timoteo 2:5 Hay un solo Dios
1Corintios 8:4 Nada más que un Dios
1Corintios 8:6 No hay sino un solo Dios, el Padre
Santiago 2:19 Hay un solo Dios
Gálatas 3:20. Dios es uno
Mateo 19:17. Ninguno hay bueno sino uno, es decir, Dios
Marcos 10:18 Ninguno hay bueno sino uno, es decir, Dios
Marcos 12:29 El Señor nuestro Dios es el único Señor
Deuteronom 6:4 El Señor nuestro Dios es el único Señor
2. El único Dios.
La Biblia enseña la simple unidad de Dios, no sólo al afirmar que Él es uno, pero también al afirmar que Él es el único Dios. La palabra "sólo" se entiende sola, por uno mismo, además, se trata de un ser solitario pero no carente de algo.
Juan 17:3 A Ti, el único Dios verdadero
I Timoteo 1:17 El único y sabio Dios
I Timoteo 6:15. El bienaventurado y solo
Judas 4. Dios el único soberano
Judas 25 Al único y sabio Dios,
2 Reyes 19:15. Tú solo
2 Reyes 19:19 Tú sólo
Nehemías 9:6. Tú eres el único Señor
Salmo 83:18 Cuyo solo nombre es Jehová
Salmo 86:9, 10. Solo Tú eres Dios
Isaías 44:24. Extiendo solo los cielos
3. No hay otro. Todos se excluyen. No hay nadie más. Dios está solo, fuera de Él nada existe.
Mark: 12:32 No hay otro fuera de El
1 Corintios 8:4 No hay ningún otro Dios sino uno
Deuteronom 4:35. No hay nadie más a su lado
Deuteronomio 4:39 No hay nadie más
Deuteronom 32:39 No hay dioses conmigo;
1 Samuel 2:2. No hay nadie a mi lado
1 Reyes 8:60 No hay nadie más
Isaías 43:10 Antes de mí no hubo Dios, ni después
Isaías 43:11. Fuera de mí no hay quien salve
Isaías 44:6 Fuera de mí no hay Dios
Isaías 44:8 Yo no conozco a ninguno
Isaías 45:5 No hay otro Dios fuera de mí
Isaías 45:6 No hay nadie a mi lado
Isaías 45:14 No hay nadie más
Isaías 45:18. No hay nadie más
Isaías 45:21. No hay otro Dios fuera de mí
Isaías 45:22. Yo soy Dios, y no hay otro
Isaías 46:9 Yo soy Dios, y no hay otro
Jeremías 10:10. El Señor es el Dios verdadero
Joel 2:27. Nadie más
II. Las indicaciones de la Unicidad de Dios
1. Infinitos atributos de Dios.
La unicidad de Dios es necesaria por el hecho de que Dios es infinito. La realidad permite la existencia de una sola persona que es absolutamente perfecta. Sólo puede haber una persona que es suprema. La Pre eminencia excluye a todos menos uno. Cuando se habla de la original fuente, la causa primera, el más grande, el más alto, el supremo, el primero, el último, se refiere a una posición que sólo una persona puede ocupar. La Superioridad infinita de Dios le obliga a ser una sola unidad, un solo individuo, un ser único.
Creer que existe más de un Dios infinito sería una contradicción del pensamiento. Si varias personas han existido como Dios, se limitarían mutuamente. Tendrían que ser finitos. Ninguno estaría en total soberanía como el único Dios supremo.
La idea de Dios es apropiada para un individuo, y no admite su aplicación a más de uno. No puede haber cualquier cosa por encima de Dios, o igual a Él, o que no depende de él. Él no sólo es el primero y el mejor, pero el mayor de los seres, y, por lo tanto, Él está solo en el universo. ¿Qué queremos decir con el término Dios, sino un ser que es infinitamente y absolutamente perfecto?
La idea de dos dioses iguales, es una quimera. Puede haber más de un rey, porque la realeza sólo implica que cada uno está investido de autoridad soberana en sus propios dominios, pero no puede haber una pluralidad de dioses, ya que, por la naturaleza de las cosas, sólo uno puede estar en posesión de todas las perfecciones posibles. (Wakefield, Samuel Teología Cristiana Nueva York:... Nelson & Phillips, 1873, pp 140, 141)
2. La Unidad de la Naturaleza.
La unidad de la naturaleza revela la unidad de Dios. Todas las cosas creadas no forman un multiverso, sino un universo. Las evidencias del universo son en sí como la obra de una mente, un poder, una voluntad - un dios. Cada nuevo descubrimiento científico pone de relieve la verdad de la unidad de la naturaleza y la unicidad de Dios.
3. La naturaleza psicológica del hombre.
El hombre se encuentra en una unidad de vida en la unicidad de Dios. La unidad de la personalidad y el propósito son descubiertos en la lealtad a Dios. "Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor, y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas" (Deuteronomio 6:4, 5). Debido a que Dios es supremo, los hombres le deben adoración suprema. Porque Dios es uno, los hombres deben amarlo con la unicidad de su persona. El único Dios que es todo en todo insiste en la fidelidad total de sus criaturas.
La psicología reconoce la necesidad de un principio de organización de la vida del hombre. Cada círculo tiene un centro. Cada sistema solar tiene un sol. Cada vida tiene una lealtad suprema para darle unidad y propósito. La unicidad de Dios llena esta necesidad psicológica básica dentro del hombre. En la suprema lealtad al único Dios, el hombre se encuentra en el centro de su círculo y un objetivo adecuado para su vida.
Los hombres pecadores no pueden adorar, obedecer y amar a Dios de una manera aceptable hasta que se convierten correctamente a una relación con Dios por la obra mediadora de Jesucristo. El pecador debe dar la espalda al pecado en arrepentimiento antes de que pueda volver su rostro hacia Dios en adoración. Se debe ejercer fe en Cristo como sacrificio a nuestro favor antes de que pueda dar la obediencia debida a Él como Señor y Rey. Se debe uno entregar al poder y la transformación de la gracia salvadora de Dios antes de que pueda ser lleno con la justicia impartida de Cristo, que es el amor. Sólo mediante la redención que es en Cristo Jesús, por lo tanto, el hombre puede cumplir correctamente su triple responsabilidad de la adoración, la obediencia y el amor.
por Alva Huffer
Lección 4
Un Dios
Dios es uno. Sólo hay una persona que es Dios. Antes de que el universo viniera a la existencia, la vida, personal, el auto-existente Dios estaba solo. Este Ser infinito y perfecto es único. Él no tiene igual. Él pertenece a una clase suya propia. En su naturaleza, su personalidad y sus atributos Dios es indiviso e indivisible.
La unidad de Dios incluye dos ideas principales: la unicidad de Dios y la unidad del carácter de Dios. La unicidad de Dios se refiere al hecho de que sólo hay una persona en el universo que es la fuente suprema y gobernador de todas las cosas. La unidad del carácter de Dios se refiere a la verdad que Su naturaleza es indivisible.
El cristianismo está basado en el monoteísmo.
El Dios del Antiguo Testamento es el Padre de nuestro Señor Jesucristo. El cristianismo en el Imperio Romano estuvo en constante conflicto con el paganismo. La unidad de Dios, naturalmente, se convirtió en una doctrina fundamental de la Iglesia apostólica. Dondequiera que iban, los primeros misioneros de la iglesia proclama la verdad de la unicidad de Dios. Sus conversos "se volvieron a Dios dejando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero" (1 Tes. 1:9).
Al escribir a la iglesia en la ciudad idólatra de Corinto, Pablo afirmó: "Sabemos que un ídolo no es nada en el mundo, y que no hay ningún otro Dios sino uno, pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores), pero para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros en él: y un Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas, y nosotros por él "(1 Cor. 8:4-6).
"Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, quien dio su vida en rescate por todos, para testimonio a su debido tiempo" (1 Timoteo 2:5, 6.).
Hay un solo Dios, una sola raza humana, y un solo mediador entre los dos. El único Dios es una unidad que es la única fuente de todas las cosas creadas. Su carácter es la santidad, el amor y la verdad. La raza humana ha descendido una de sus ancestros comunes, Adán y Eva. La raza humana tiene un origen común y constituye una unidad. Toda la raza humana está en pecado y necesita la salvación. El mediador es Jesucristo, el Hijo unigénito de Dios.
I. La más Grande Verdad de la Biblia
El hecho de que sólo hay un Dios es una enseñanza excepcional en la Biblia. Fue el mensaje básico de los profetas y apóstoles. Es la verdad fundamental del Evangelio.
1. Un Dios. La Biblia dice claramente que hay un solo Dios. Los escritores de la Biblia muestran que Dios es un individuo único, un ser único. Dios es uno, hay solo una persona que es Dios.
Efesios 4:6 Un solo Dios y Padre de todos,
1Timoteo 2:5 Hay un solo Dios
1Corintios 8:4 Nada más que un Dios
1Corintios 8:6 No hay sino un solo Dios, el Padre
Santiago 2:19 Hay un solo Dios
Gálatas 3:20. Dios es uno
Mateo 19:17. Ninguno hay bueno sino uno, es decir, Dios
Marcos 10:18 Ninguno hay bueno sino uno, es decir, Dios
Marcos 12:29 El Señor nuestro Dios es el único Señor
Deuteronom 6:4 El Señor nuestro Dios es el único Señor
2. El único Dios.
La Biblia enseña la simple unidad de Dios, no sólo al afirmar que Él es uno, pero también al afirmar que Él es el único Dios. La palabra "sólo" se entiende sola, por uno mismo, además, se trata de un ser solitario pero no carente de algo.
Juan 17:3 A Ti, el único Dios verdadero
I Timoteo 1:17 El único y sabio Dios
I Timoteo 6:15. El bienaventurado y solo
Judas 4. Dios el único soberano
Judas 25 Al único y sabio Dios,
2 Reyes 19:15. Tú solo
2 Reyes 19:19 Tú sólo
Nehemías 9:6. Tú eres el único Señor
Salmo 83:18 Cuyo solo nombre es Jehová
Salmo 86:9, 10. Solo Tú eres Dios
Isaías 44:24. Extiendo solo los cielos
3. No hay otro. Todos se excluyen. No hay nadie más. Dios está solo, fuera de Él nada existe.
Mark: 12:32 No hay otro fuera de El
1 Corintios 8:4 No hay ningún otro Dios sino uno
Deuteronom 4:35. No hay nadie más a su lado
Deuteronomio 4:39 No hay nadie más
Deuteronom 32:39 No hay dioses conmigo;
1 Samuel 2:2. No hay nadie a mi lado
1 Reyes 8:60 No hay nadie más
Isaías 43:10 Antes de mí no hubo Dios, ni después
Isaías 43:11. Fuera de mí no hay quien salve
Isaías 44:6 Fuera de mí no hay Dios
Isaías 44:8 Yo no conozco a ninguno
Isaías 45:5 No hay otro Dios fuera de mí
Isaías 45:6 No hay nadie a mi lado
Isaías 45:14 No hay nadie más
Isaías 45:18. No hay nadie más
Isaías 45:21. No hay otro Dios fuera de mí
Isaías 45:22. Yo soy Dios, y no hay otro
Isaías 46:9 Yo soy Dios, y no hay otro
Jeremías 10:10. El Señor es el Dios verdadero
Joel 2:27. Nadie más
II. Las indicaciones de la Unicidad de Dios
1. Infinitos atributos de Dios.
La unicidad de Dios es necesaria por el hecho de que Dios es infinito. La realidad permite la existencia de una sola persona que es absolutamente perfecta. Sólo puede haber una persona que es suprema. La Pre eminencia excluye a todos menos uno. Cuando se habla de la original fuente, la causa primera, el más grande, el más alto, el supremo, el primero, el último, se refiere a una posición que sólo una persona puede ocupar. La Superioridad infinita de Dios le obliga a ser una sola unidad, un solo individuo, un ser único.
Creer que existe más de un Dios infinito sería una contradicción del pensamiento. Si varias personas han existido como Dios, se limitarían mutuamente. Tendrían que ser finitos. Ninguno estaría en total soberanía como el único Dios supremo.
La idea de Dios es apropiada para un individuo, y no admite su aplicación a más de uno. No puede haber cualquier cosa por encima de Dios, o igual a Él, o que no depende de él. Él no sólo es el primero y el mejor, pero el mayor de los seres, y, por lo tanto, Él está solo en el universo. ¿Qué queremos decir con el término Dios, sino un ser que es infinitamente y absolutamente perfecto?
La idea de dos dioses iguales, es una quimera. Puede haber más de un rey, porque la realeza sólo implica que cada uno está investido de autoridad soberana en sus propios dominios, pero no puede haber una pluralidad de dioses, ya que, por la naturaleza de las cosas, sólo uno puede estar en posesión de todas las perfecciones posibles. (Wakefield, Samuel Teología Cristiana Nueva York:... Nelson & Phillips, 1873, pp 140, 141)
2. La Unidad de la Naturaleza.
La unidad de la naturaleza revela la unidad de Dios. Todas las cosas creadas no forman un multiverso, sino un universo. Las evidencias del universo son en sí como la obra de una mente, un poder, una voluntad - un dios. Cada nuevo descubrimiento científico pone de relieve la verdad de la unidad de la naturaleza y la unicidad de Dios.
3. La naturaleza psicológica del hombre.
El hombre se encuentra en una unidad de vida en la unicidad de Dios. La unidad de la personalidad y el propósito son descubiertos en la lealtad a Dios. "Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor, y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas" (Deuteronomio 6:4, 5). Debido a que Dios es supremo, los hombres le deben adoración suprema. Porque Dios es uno, los hombres deben amarlo con la unicidad de su persona. El único Dios que es todo en todo insiste en la fidelidad total de sus criaturas.
La psicología reconoce la necesidad de un principio de organización de la vida del hombre. Cada círculo tiene un centro. Cada sistema solar tiene un sol. Cada vida tiene una lealtad suprema para darle unidad y propósito. La unicidad de Dios llena esta necesidad psicológica básica dentro del hombre. En la suprema lealtad al único Dios, el hombre se encuentra en el centro de su círculo y un objetivo adecuado para su vida.
Los hombres pecadores no pueden adorar, obedecer y amar a Dios de una manera aceptable hasta que se convierten correctamente a una relación con Dios por la obra mediadora de Jesucristo. El pecador debe dar la espalda al pecado en arrepentimiento antes de que pueda volver su rostro hacia Dios en adoración. Se debe ejercer fe en Cristo como sacrificio a nuestro favor antes de que pueda dar la obediencia debida a Él como Señor y Rey. Se debe uno entregar al poder y la transformación de la gracia salvadora de Dios antes de que pueda ser lleno con la justicia impartida de Cristo, que es el amor. Sólo mediante la redención que es en Cristo Jesús, por lo tanto, el hombre puede cumplir correctamente su triple responsabilidad de la adoración, la obediencia y el amor.
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Alva Huffer,
fe unitaria,
Teología sistemática
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