viernes, 4 de diciembre de 2020
El deseado de las naciones
Jesús el Rey deseado de las naciones
Edwin Mauricio Alza
¿Porqué citar este pasaje y no explicarlo a un pueblo reunido para oír?
Hageo 2:4-9
4 Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también, Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos.
5 Según el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en medio de vosotros, no temáis.
6 Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca;
7 y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos.
9 La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.
En primer lugar, para ser heredero de estas promesas hay que ser fieles a la adoración exclusiva al Padre como Dios como enseñó Jesús a la Samaritana después de todo este es el sello de un verdadero adorador.
En segundo lugar el pasaje apunta al momento glorioso del pleno cumplimiento de la promesa de Dios dada a Abraham y a David. Se debe notar que cuando dice "esta casa" se está refiriendo a Jerusalén en Medio Oriente que tendrá su gloria postrera y final cuando el rey elegido que es Jesús reconstruya milagrosamente las ruinas de Jerusalén y se siente como heredero en el trono real para reinar sobre las naciones, recuerde que viene en la gloria que su Padre le presta (Mat. 25:31).
Pero antes de eso, Dios hará temblar las naciones no solo permitiendo el reino del Anticristo sino por las copas de la Ira en aquel día de Jehová que presidirá Jesús desde las nubes cuando dé el pago a los impíos, de hecho en ese único retorno tan evidente como un relámpago arrebatará a las nubes a los fieles para librarles del acoso del Anticristo y de las llamas de fuego que descenderá.
Solo unas horas después del arrebatamiento Jesús descenderá con la iglesia a Jerusalén del Medio Oriente para dar lugar a la Cena de las Bodas del Cordero donde los venidos de Oriente y Occidente vendrán y con Abraham, Isaac y Jacob se sentarán a la mesa del Rey Jesús.
Otro punto importante es que en este pasaje Dios afirma que estará con los cautivos pero no con toda su gloria celestial rodeada de querubines sino con Su espíritu guiando por medio de hombres llenos de sabiduría.
Debemos anhelar la gloria postrera de Jerusalén que es el Reino de Dios que Jesús implantará a su retorno.
La gloria postrera de Jerusalén no se refiere a un avivamiento de trabalenguas y espíritus humanos exitados.
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