Leonard Ravenhill
Cuanta más oración haya en el mundo,mejor será,y mayor la fuerza para contrarrestar el mal en todas partes.
La oración es la nota característica de la vida santificada.Hace la mayor obra para Dios aquel que se destaca en la oración.Jesucristo ejerció su ministerio siguiendo esta norma.
La oración no es trabajo para un perezoso.Cuando todas las ricas y agraciadas especias que constituyen la esencia de la oración han sido mezcladas,refinadas y batidas con esfuerzo,se precisa del fuego para liberar el incienso y hacer que su fragancia suba al trono de Dios.El fuego consumidor produce el espíritu y la vida del incienso.Sin el fuego la oración no tiene espíritu;sólo sirve,como las especias muertas,para la corrupción y los gusanos.La oración casual e intermitente nunca resulta inflamada por el fuego divino,porque el hombre que ora de esta manera no es sincero,no así el que se aferra a Dios dispuesto a no dejarle ir hasta obtener la bendición."Orad sin cesar",aconsejaba el gran apóstol.Esa nes la costumbre que hace que la oración sea como la mezcla que une los ladrillos,para unir las piedras."Puedes hacer algo más después que has orado-decía el dr.A.J.Gordon-,pero no puedes hacer nada más que orar antes que hayas orado".
La historia de cada gran conquista cristiana es la historia de una oración contestada."El mejor y más grandioso talento que Dios puede dar a un hombre o a una mujer en este mundo es el talento de la oración"-escribe Alexander Whyte."Y el mayor interés que un hombre o una mujer pueden traer a Dios al momento de rendir cuentas con Él,al final del tiempo,es una vida de oración.Producen mayor interés al depósito de su Señor aquellos siervos que se levantan más temprano y se acuestan más tarde,procurando siempre encontrar y practicar mejores métodos de oración y adoptando costumbres cada vez más secretas,constantes y espiritualmente fructíferas,hasta que literalmente "oran sin cesar" y continuamente emprenden "nuevas empresas" de oración,nuevas conquistas.Sólo cuando todo el corazón está colmado de pasión por la oración desciende el fuego ocnsumidor,ya que sólo el hombre sincero tiene acceso al oido de Dios.Las oraciones de los santos suben eternamente a Dios como fragancia del mejor incienso.Y Dios nos habla de muchas maneras declarándonos sus riquezas y nuestra probeza."Soy el hacedor de todas las cosas;las riquezas y la gloria son mías.Pedídme".Podemos hacer todas las cosas con la ayuda de Dios y podemos tener toda su ayuda si la pedimos.El éxito y el poder del evangelio dependen de nuestra habilidad para orar y podemos tener todo lo que Dios tiene."Pedidme".Esto no es una invención de la imaginación,ni un sueño loco,ni una fantasía vana.La vida de la iglesia es la vida más elevada.Su oficio es orar.Su vida de oración es la vida más elevada,la más perfumada,la más notable.
La afirmación del filósofo bautista John Foster contiene la más pura filosofía y la verdad más sencilla de Dios,porque Dios no tiene otro recurso ni pone otras condiciones que la oración."Mejor y más abundante oración producirá un triunfo más rápido y seguro a la casa de Dios;la oración débil,ritual,indiferente,trae decaimiento y muerte.La iglesia tiene su ancla mayor en la cámara secreta;su arsenal está allí".
"Estoy convencido-continúa Foster-,que si se informa a cualquier hombre que sus proyectos para Dios dependen completamente de El,se sentirá impulsado a orar y estará ansioso por inducir a sus mejores amigoos a orar el mayor tiempo posible.
No esperaría tener éxito sin oración del mismo modo que un marinero no pretende alcanzar la costa distante desplegando sus velas cuando no hay viento.He insinuado mi temor de que sería fantasioso esperar un resultado excelente en la administración humana de los asuntos de Dios a menos que hubiera presagios extraordinarios;
un espíritu intenso de oración constituiría un augurio de esa índole y el individuo que se propusiera descubrir una mejor eficacia probablemente encontraría que se transforma en un agente mucho más destacado en su pequeña esfera de influencia.Y si todos los numerosos discípulos del cristianismo tuvieran la sincera e inalterable decisión de ponerse de acuerdo para que el cielo no retuviera ni una sola de las influencias que pudieran obtenerse mediante el máximo esfuerzo de oración perseverante,estaríamos a las puertas de una revolución en este mundo de hoy".
A pesar de lo conscientes que seamos de la importancia de la oración,de su importancia vital,dejamos pasar las horas y sólo podemos lamentar ante la muerte la pérdida irremediable.Cuando reflexionamos cn tranquilidad sobre el hecho de que el progreso del reino de nuestro Señor depende sólo de la oración,resulta triste pensar que dedicamos tan poco tiempo a este sagrado ejercicio.
Todo depende de la oración y sin embargo,la descuidamos perjudicando no sólo nuestra propia vida espiritual,sino demorando y perjudicando la causa del Señor sobre la tierra.
Las fuerzas del bien y del mal están disputándose el mundo y si quisiéramos,podríamos agregar fuerzas al ejército conquistador de la justicia,pero estamos inmóviles,nuestros brazos cuelgan indiferentes y al evitar la oración privada traicionamos la misma causa por la que decimos estar profundamente interesados.
Hacemos todo menos orar.A pesar de lo pobres que son nuestras ofrendas,nuestras contribuciones de dinero superan nuestra ofrenda de oración.
Quizás en una congregación típica,cincuenta contribuyen con dinero,mientras una sola alma santa y fervorosa se encierra con Dios y lucha por la liberación del mundo ateo.
La oración ritual en ocasiones prefijadas no cuenta en este cálculo.Enfatizamos otras cosas mucho más de lo enfatizamos la necesidad de oración.John Foster resume todo este asunto con un sentido práctico."Cuando la iglesia de Dios se levante a cumplir su obligación y su deber y en verdadera fe clame por lo que Cristo ha prometido,-todas las cosas-,tendrá lugar una verdadera revolución".
No toda oración es oración.El poder movilizador,la fuerza conquistadora en la causa de Dios,es Dios mismo."Clama a mí y yo te responderé y te enseñare cosas grandes y ocultas que tu no conoces".Ese es el desafío que Dios nos hace.La oración induce a Dios a interesarse plenamente en su obra."Preguntadme de las cosas por venir;mandadme acerca de mis hijos y acerca de la obra de mis manos".Este es el cheque en blanco de Dios sobre la oración.la fe sól es omnipotente cuando está de rodillas y sus manos extendidas tocan a Dios;entonces moviliza toda la capacidad de Dios;sólo una oraci´n de fe puede obtener de Dios"todas las cosas",conforme a su voluntad.
Nuestros "escasos resultados"en la obra de Dios,la causa de esta pobreza espiritual,es la que señala el apóstol Santiago:"Pedís y no recibís,porque pedís mal,para gastar en vuestros deleites".Esa es toda la verdad resumida al máximo.Uno de los corresponsales de Melancton dice sobre la oración de Lutero:"No son suficientes las palabras para expresar mi admiración por el gozo,la fe,la espedranza del hombre en estos tiempos de prueba y humillación.Alimenta constantemente estas virtudes mediante el diligente estudio de la palabra de Dios.-No pasa un día en el que no dedique al menos tres de sus mejores horas a la oración-.Una vez le oí orar:
¡Dios mío!¡Que espíritu y cuanta fe hay en sus expresiones! Pide a Dios con la misma reverencia que si estuviera en su misma presencia,y a la vez con una esperanza y una confianza tan firmes como si le hablase a un padre o un amigo.'Lo sé'-decía-,'Tu eres nuestro Padre y nuestro Dios;y por lo tanto esty seguro de que derrotarás a los que persiguen a tus hijos.Si Tú fallas en hacerlo,tu propia causa que está enlazada con la nuestra,estaría en peligro.Es algo que te concierne plenamente.Nosotros por tu providencia,hemos sido impulsados a tomar parte en ello y tu serás por lo tanto,nuestra defensa'.Mientras escuchaba orar así a Lutero desde cierta distancia,sentía mi alma inflamarse en fuego dentro de mi,al escuchar al hombre dirigirse a Dios como si fuera un amigo y sin embargo,con mucha seriedad y reverencia;también escuché insistir,en el curso de la oración,en las promesas coontenidas en loos Salmos,como si estuviera seguro de que sus peticiones serían concedidas".
Creo que los creyentes no obtienen respuestas a sus oraciones porque no esperan suficiente en Dios. Se inclinan simplemente para pronunciar algunas palabras y luego se levantan de un salto, olvidándose del asunto y pretenden que Dios les conteste. Este tipo de oración siempre me hace recordar al muchachito que tocaba el timbre de la puerta de su vecino y luego salía corriendo lo más rápido que podía.
orar es la cosa más fácil y la más difícil de hacer; la más simple y la más sublime;
la más débil y la más poderosa; sus resultados están más allá de las posibilidades humanas, estando limitadas tan solo por la omnipotencia de Dios. Pocos cristianos tienen una ligera idea de lo que es el poder de la oración; y menos aún los que tienen una experiencia de ese poder. La iglesia parece casi ignorar el poder que Dios ha puesto en sus manos; este cheque en blanco sobre los infinitos recursos del poder y la sabiduría de Dios rara vez se usa, si es que se usa y nunca se llega a la medida máxima que honraría a Dios. Es asombroso ver cuán poco se usa y que pocos beneficios se obtienen. La oración es nuestra arma más formidable, pero una que no sabemos cómo usar y la que mayor aversión nos produce. hacemos de todo por los inconversos, menos lo que Dios quiere que hagamos, que es la única c osa que realmente sirve porque hace que todo lo demás resulte eficiente. Graduarse en la escuela de la oración es haberse diplomado en todo el curso de la vida cristiana. Los primeros y los últimos peldaños de la vida de santificación están coronados por la oración. Es un oficio de por vida. Los obstáculos de la oración son los obstáculos de la vida santa. Las condiciones de la oración son las condiciones de la justicia, la santidad y la salvación. El remendón en el oficio de la oración, es un chapucero en el oficio de la salvación.la oración es un oficio que debe ser aprendido. Debemos ser aprendices y dedicar tiempo a ello. Se requiere una preocupación esmerada, mucha reflexión y esfuerzo para ser un oficial diestro en la oración. La práctica en la oración, como en cualquier otra profesión, ayuda a perfeccionarse. Sólo las manos y corazones laboriosos producen eficiencia en este oficio celestial.
la oración y la santidad de vida son una sola cosa. Se influyen mutuamente. Ninguno puede sobrevivir solo. La ausencia de uno implica la ausencia del otro. Los monjes viciaron la oración, sustituyeron la oración por la superstición y la vida de santidad por máscaras y rutina. Nosotros corremos el riesgo de sustituir la oración
y la vida santificada por trabajo eclesiástico y una AGENDA INTERMINABLE DE ACTIVIDADES ESPECTACULARES. Una vida santa no se vive en el encierro, pero no se puede vivir sin dedicar tiempo a orar a solas. Si por casualidad existiera un aposento de oración sin la correspondiente vida santa, sería un aposento sin la presencia de Dios.
No se logra ejercitar una oración más abundante de modo espontáneo. Lo único que beneficia es un esfuerzo específico de parte de un liderazgo habituado a la oración. Sólo los líderes que oran pueden tener seguidores que oran. Apóstoles que oran producirán santos que oran. Un pulpito de oración obtendrá una congregación que ora. Necesitamos con desesperación a alguien que inste a los santos a orar. Somos una generación de creyentes que no ora. Los creyentes que no oran son como una banda de mendigos que no tienen ni el fervor ni la belleza ni el poder de los santos. ¿Quién restaurará esta rama? Será el más grande de los reformadores y de los apóstoles aquel que induzca a la Iglesia a orar.
Hombres santos han logrado en el pasado cambiar todo un mundo de relaciones, transformar el carácter del país por medio de la oración. Tales conquistas son aún posibles para nosotros, puesto que el poder sólo espera ser usado y la oración no es otra cosa que la expresión de la fe.
La oración honra a Dios; disminuye el yo. Es la súplica del hombre en su debilidad, ignorancia y necesidad. Un ruego que el cielo no puede desatender. A Dios le place que oremos.
La oración no se opone al trabajo; ni paraliza la actividad. La oración obra con poder; la oración misma es el trabajo más grande. Provoca la actividad, estimula el deseo y el esfuerzo. La oración no es un opio, sino un tónico, no adormece sino que despierta para impulsar a la acción. El hombre perezoso no ora, ni puede ni quiere hacerlo, porque la oración exige esfuerzo y disciplina. Pablo la caracteriza como una lucha, unja pasión. Para Jacob fue una pelea; para la mujer sirofenicia implicó una batalla que requirió todas las cualidades superiores del alma y una gran fortaleza.
la recámara no es un asilo para el creyente indolente y poco valioso. No es una guardería para criaturitas, es el campo de batalla de la iglesia; su ciudadela; el escenario de conflictos heroicos y espirituales.la recámara es la base para la provisión del creyente y de la iglesia. Lejos de ella no hay sino derrota y ruina. Por la oración se adquiere y aumenta la energía para el trabajo, el dominio del yo, la liberación del temor. Las diferencias entre cristianos en lo que se refiere a fortaleza, experiencia y santidad se deben a sus diferencias en la oración.
Oraciones escasa, cortas y débiles siempre corresponden a una condición espiritual baja. Los hombres deberían orar más y entregarse a ello con energía y perseverancia.
Los cristianos eminentes han sido sobresalientes en la oración.
En ningún otro lado pueden aprenderse las cosas profundas de Dios. Las grandes empresas de Dios son realizadas por los que oran asiduamente. El que ora mucho, estudia mucho la palabra, ama mucho, trabaja mucho, hace mucho por Dios y por la humanidad. La difusión del evangelio, el vigor de la fé, la madurez y la excelencia de los dones espirituales dependen de la oración.
Publicación El mensaje de la cruz,vol.13 nº3,Mayo-Junio,año 1988.Artículo tomado del libro UN TESORO DE ORACIÓN,de Leonard Ravenhill
Cuanta más oración haya en el mundo,mejor será,y mayor la fuerza para contrarrestar el mal en todas partes.
La oración es la nota característica de la vida santificada.Hace la mayor obra para Dios aquel que se destaca en la oración.Jesucristo ejerció su ministerio siguiendo esta norma.
La oración no es trabajo para un perezoso.Cuando todas las ricas y agraciadas especias que constituyen la esencia de la oración han sido mezcladas,refinadas y batidas con esfuerzo,se precisa del fuego para liberar el incienso y hacer que su fragancia suba al trono de Dios.El fuego consumidor produce el espíritu y la vida del incienso.Sin el fuego la oración no tiene espíritu;sólo sirve,como las especias muertas,para la corrupción y los gusanos.La oración casual e intermitente nunca resulta inflamada por el fuego divino,porque el hombre que ora de esta manera no es sincero,no así el que se aferra a Dios dispuesto a no dejarle ir hasta obtener la bendición."Orad sin cesar",aconsejaba el gran apóstol.Esa nes la costumbre que hace que la oración sea como la mezcla que une los ladrillos,para unir las piedras."Puedes hacer algo más después que has orado-decía el dr.A.J.Gordon-,pero no puedes hacer nada más que orar antes que hayas orado".
La historia de cada gran conquista cristiana es la historia de una oración contestada."El mejor y más grandioso talento que Dios puede dar a un hombre o a una mujer en este mundo es el talento de la oración"-escribe Alexander Whyte."Y el mayor interés que un hombre o una mujer pueden traer a Dios al momento de rendir cuentas con Él,al final del tiempo,es una vida de oración.Producen mayor interés al depósito de su Señor aquellos siervos que se levantan más temprano y se acuestan más tarde,procurando siempre encontrar y practicar mejores métodos de oración y adoptando costumbres cada vez más secretas,constantes y espiritualmente fructíferas,hasta que literalmente "oran sin cesar" y continuamente emprenden "nuevas empresas" de oración,nuevas conquistas.Sólo cuando todo el corazón está colmado de pasión por la oración desciende el fuego ocnsumidor,ya que sólo el hombre sincero tiene acceso al oido de Dios.Las oraciones de los santos suben eternamente a Dios como fragancia del mejor incienso.Y Dios nos habla de muchas maneras declarándonos sus riquezas y nuestra probeza."Soy el hacedor de todas las cosas;las riquezas y la gloria son mías.Pedídme".Podemos hacer todas las cosas con la ayuda de Dios y podemos tener toda su ayuda si la pedimos.El éxito y el poder del evangelio dependen de nuestra habilidad para orar y podemos tener todo lo que Dios tiene."Pedidme".Esto no es una invención de la imaginación,ni un sueño loco,ni una fantasía vana.La vida de la iglesia es la vida más elevada.Su oficio es orar.Su vida de oración es la vida más elevada,la más perfumada,la más notable.
La afirmación del filósofo bautista John Foster contiene la más pura filosofía y la verdad más sencilla de Dios,porque Dios no tiene otro recurso ni pone otras condiciones que la oración."Mejor y más abundante oración producirá un triunfo más rápido y seguro a la casa de Dios;la oración débil,ritual,indiferente,trae decaimiento y muerte.La iglesia tiene su ancla mayor en la cámara secreta;su arsenal está allí".
"Estoy convencido-continúa Foster-,que si se informa a cualquier hombre que sus proyectos para Dios dependen completamente de El,se sentirá impulsado a orar y estará ansioso por inducir a sus mejores amigoos a orar el mayor tiempo posible.
No esperaría tener éxito sin oración del mismo modo que un marinero no pretende alcanzar la costa distante desplegando sus velas cuando no hay viento.He insinuado mi temor de que sería fantasioso esperar un resultado excelente en la administración humana de los asuntos de Dios a menos que hubiera presagios extraordinarios;
un espíritu intenso de oración constituiría un augurio de esa índole y el individuo que se propusiera descubrir una mejor eficacia probablemente encontraría que se transforma en un agente mucho más destacado en su pequeña esfera de influencia.Y si todos los numerosos discípulos del cristianismo tuvieran la sincera e inalterable decisión de ponerse de acuerdo para que el cielo no retuviera ni una sola de las influencias que pudieran obtenerse mediante el máximo esfuerzo de oración perseverante,estaríamos a las puertas de una revolución en este mundo de hoy".
A pesar de lo conscientes que seamos de la importancia de la oración,de su importancia vital,dejamos pasar las horas y sólo podemos lamentar ante la muerte la pérdida irremediable.Cuando reflexionamos cn tranquilidad sobre el hecho de que el progreso del reino de nuestro Señor depende sólo de la oración,resulta triste pensar que dedicamos tan poco tiempo a este sagrado ejercicio.
Todo depende de la oración y sin embargo,la descuidamos perjudicando no sólo nuestra propia vida espiritual,sino demorando y perjudicando la causa del Señor sobre la tierra.
Las fuerzas del bien y del mal están disputándose el mundo y si quisiéramos,podríamos agregar fuerzas al ejército conquistador de la justicia,pero estamos inmóviles,nuestros brazos cuelgan indiferentes y al evitar la oración privada traicionamos la misma causa por la que decimos estar profundamente interesados.
Hacemos todo menos orar.A pesar de lo pobres que son nuestras ofrendas,nuestras contribuciones de dinero superan nuestra ofrenda de oración.
Quizás en una congregación típica,cincuenta contribuyen con dinero,mientras una sola alma santa y fervorosa se encierra con Dios y lucha por la liberación del mundo ateo.
La oración ritual en ocasiones prefijadas no cuenta en este cálculo.Enfatizamos otras cosas mucho más de lo enfatizamos la necesidad de oración.John Foster resume todo este asunto con un sentido práctico."Cuando la iglesia de Dios se levante a cumplir su obligación y su deber y en verdadera fe clame por lo que Cristo ha prometido,-todas las cosas-,tendrá lugar una verdadera revolución".
No toda oración es oración.El poder movilizador,la fuerza conquistadora en la causa de Dios,es Dios mismo."Clama a mí y yo te responderé y te enseñare cosas grandes y ocultas que tu no conoces".Ese es el desafío que Dios nos hace.La oración induce a Dios a interesarse plenamente en su obra."Preguntadme de las cosas por venir;mandadme acerca de mis hijos y acerca de la obra de mis manos".Este es el cheque en blanco de Dios sobre la oración.la fe sól es omnipotente cuando está de rodillas y sus manos extendidas tocan a Dios;entonces moviliza toda la capacidad de Dios;sólo una oraci´n de fe puede obtener de Dios"todas las cosas",conforme a su voluntad.
Nuestros "escasos resultados"en la obra de Dios,la causa de esta pobreza espiritual,es la que señala el apóstol Santiago:"Pedís y no recibís,porque pedís mal,para gastar en vuestros deleites".Esa es toda la verdad resumida al máximo.Uno de los corresponsales de Melancton dice sobre la oración de Lutero:"No son suficientes las palabras para expresar mi admiración por el gozo,la fe,la espedranza del hombre en estos tiempos de prueba y humillación.Alimenta constantemente estas virtudes mediante el diligente estudio de la palabra de Dios.-No pasa un día en el que no dedique al menos tres de sus mejores horas a la oración-.Una vez le oí orar:
¡Dios mío!¡Que espíritu y cuanta fe hay en sus expresiones! Pide a Dios con la misma reverencia que si estuviera en su misma presencia,y a la vez con una esperanza y una confianza tan firmes como si le hablase a un padre o un amigo.'Lo sé'-decía-,'Tu eres nuestro Padre y nuestro Dios;y por lo tanto esty seguro de que derrotarás a los que persiguen a tus hijos.Si Tú fallas en hacerlo,tu propia causa que está enlazada con la nuestra,estaría en peligro.Es algo que te concierne plenamente.Nosotros por tu providencia,hemos sido impulsados a tomar parte en ello y tu serás por lo tanto,nuestra defensa'.Mientras escuchaba orar así a Lutero desde cierta distancia,sentía mi alma inflamarse en fuego dentro de mi,al escuchar al hombre dirigirse a Dios como si fuera un amigo y sin embargo,con mucha seriedad y reverencia;también escuché insistir,en el curso de la oración,en las promesas coontenidas en loos Salmos,como si estuviera seguro de que sus peticiones serían concedidas".
Creo que los creyentes no obtienen respuestas a sus oraciones porque no esperan suficiente en Dios. Se inclinan simplemente para pronunciar algunas palabras y luego se levantan de un salto, olvidándose del asunto y pretenden que Dios les conteste. Este tipo de oración siempre me hace recordar al muchachito que tocaba el timbre de la puerta de su vecino y luego salía corriendo lo más rápido que podía.
orar es la cosa más fácil y la más difícil de hacer; la más simple y la más sublime;
la más débil y la más poderosa; sus resultados están más allá de las posibilidades humanas, estando limitadas tan solo por la omnipotencia de Dios. Pocos cristianos tienen una ligera idea de lo que es el poder de la oración; y menos aún los que tienen una experiencia de ese poder. La iglesia parece casi ignorar el poder que Dios ha puesto en sus manos; este cheque en blanco sobre los infinitos recursos del poder y la sabiduría de Dios rara vez se usa, si es que se usa y nunca se llega a la medida máxima que honraría a Dios. Es asombroso ver cuán poco se usa y que pocos beneficios se obtienen. La oración es nuestra arma más formidable, pero una que no sabemos cómo usar y la que mayor aversión nos produce. hacemos de todo por los inconversos, menos lo que Dios quiere que hagamos, que es la única c osa que realmente sirve porque hace que todo lo demás resulte eficiente. Graduarse en la escuela de la oración es haberse diplomado en todo el curso de la vida cristiana. Los primeros y los últimos peldaños de la vida de santificación están coronados por la oración. Es un oficio de por vida. Los obstáculos de la oración son los obstáculos de la vida santa. Las condiciones de la oración son las condiciones de la justicia, la santidad y la salvación. El remendón en el oficio de la oración, es un chapucero en el oficio de la salvación.la oración es un oficio que debe ser aprendido. Debemos ser aprendices y dedicar tiempo a ello. Se requiere una preocupación esmerada, mucha reflexión y esfuerzo para ser un oficial diestro en la oración. La práctica en la oración, como en cualquier otra profesión, ayuda a perfeccionarse. Sólo las manos y corazones laboriosos producen eficiencia en este oficio celestial.
la oración y la santidad de vida son una sola cosa. Se influyen mutuamente. Ninguno puede sobrevivir solo. La ausencia de uno implica la ausencia del otro. Los monjes viciaron la oración, sustituyeron la oración por la superstición y la vida de santidad por máscaras y rutina. Nosotros corremos el riesgo de sustituir la oración
y la vida santificada por trabajo eclesiástico y una AGENDA INTERMINABLE DE ACTIVIDADES ESPECTACULARES. Una vida santa no se vive en el encierro, pero no se puede vivir sin dedicar tiempo a orar a solas. Si por casualidad existiera un aposento de oración sin la correspondiente vida santa, sería un aposento sin la presencia de Dios.
No se logra ejercitar una oración más abundante de modo espontáneo. Lo único que beneficia es un esfuerzo específico de parte de un liderazgo habituado a la oración. Sólo los líderes que oran pueden tener seguidores que oran. Apóstoles que oran producirán santos que oran. Un pulpito de oración obtendrá una congregación que ora. Necesitamos con desesperación a alguien que inste a los santos a orar. Somos una generación de creyentes que no ora. Los creyentes que no oran son como una banda de mendigos que no tienen ni el fervor ni la belleza ni el poder de los santos. ¿Quién restaurará esta rama? Será el más grande de los reformadores y de los apóstoles aquel que induzca a la Iglesia a orar.
Hombres santos han logrado en el pasado cambiar todo un mundo de relaciones, transformar el carácter del país por medio de la oración. Tales conquistas son aún posibles para nosotros, puesto que el poder sólo espera ser usado y la oración no es otra cosa que la expresión de la fe.
La oración honra a Dios; disminuye el yo. Es la súplica del hombre en su debilidad, ignorancia y necesidad. Un ruego que el cielo no puede desatender. A Dios le place que oremos.
La oración no se opone al trabajo; ni paraliza la actividad. La oración obra con poder; la oración misma es el trabajo más grande. Provoca la actividad, estimula el deseo y el esfuerzo. La oración no es un opio, sino un tónico, no adormece sino que despierta para impulsar a la acción. El hombre perezoso no ora, ni puede ni quiere hacerlo, porque la oración exige esfuerzo y disciplina. Pablo la caracteriza como una lucha, unja pasión. Para Jacob fue una pelea; para la mujer sirofenicia implicó una batalla que requirió todas las cualidades superiores del alma y una gran fortaleza.
la recámara no es un asilo para el creyente indolente y poco valioso. No es una guardería para criaturitas, es el campo de batalla de la iglesia; su ciudadela; el escenario de conflictos heroicos y espirituales.la recámara es la base para la provisión del creyente y de la iglesia. Lejos de ella no hay sino derrota y ruina. Por la oración se adquiere y aumenta la energía para el trabajo, el dominio del yo, la liberación del temor. Las diferencias entre cristianos en lo que se refiere a fortaleza, experiencia y santidad se deben a sus diferencias en la oración.
Oraciones escasa, cortas y débiles siempre corresponden a una condición espiritual baja. Los hombres deberían orar más y entregarse a ello con energía y perseverancia.
Los cristianos eminentes han sido sobresalientes en la oración.
En ningún otro lado pueden aprenderse las cosas profundas de Dios. Las grandes empresas de Dios son realizadas por los que oran asiduamente. El que ora mucho, estudia mucho la palabra, ama mucho, trabaja mucho, hace mucho por Dios y por la humanidad. La difusión del evangelio, el vigor de la fé, la madurez y la excelencia de los dones espirituales dependen de la oración.
Publicación El mensaje de la cruz,vol.13 nº3,Mayo-Junio,año 1988.Artículo tomado del libro UN TESORO DE ORACIÓN,de Leonard Ravenhill
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