Una de las razones por las que Martín Lutero llegó a su gran descubrimiento de la justificación sólo por la fe en la Biblia fue que desde temprana edad en el monasterio Agustino recíbió la influencia de Johann Staupitz, de quien aprendió a amar las escrituras. Lutero se devoró la Biblia en una época cuando otras personas estaban obteniendo doctorados en teología incluso sin haberla leído. Lutero dijo que su colega y profesor, Andreas Karlstadt, ni siquiera poseía una Biblia cuando obtuvo su doctorado en teología, y el mismo tampoco la poseía hasta muchos años después (Bucher, Richard. “Martin Luther’s Love for the Bible”). Lutero conocía tanto la Biblia de memoria que cuando el Señor le abrió sus ojos para ver la verdad de la justificación en Romanos 1:17, dijo: “inmediatamente después, recorrí las Escrituras de memoria,” a fin de confirmar lo que había hallado.
A continuación algunas razones por las cuáles memorizar las Escrituras:
1. Memorizar las Escrituras hace posible la meditación en tiempos en que no podemos leer la Biblia, y la meditación es el camino al profundo entendimiento. Entonces si tu vas a meditar en la ley del Señor día y noche (Salmo 1:2), ¡necesitas tener algo de ella en la cabeza!
2. Memorizar las Escrituras fortalece mi fe porque la fe viene por el oír, y el oír por la Palabra de Dios (Rom. 10:17) y eso pasa cuando estoy escuchando la Palabra en mi cabeza.
3. Memorizar las Escrituras sacude la forma en que yo veo al mundo al conformar mi mente al punto de vista de Dios.
4. Memorizar las Escrituras hace a la palabra de Dios más prontamente accesible para vencer las tentaciones del pecado porque las advertencias y promesas de Dios son el camino para vencer las mentiras engañadoras del diablo.
5. Memorizar las Escrituras guarda mi mente haciendo más fácil para mi detectar errores. Y el mundo está lleno de errores porque el dios de este mundo (Satanás) es un mentiroso.
6. Memorizar las Ecrituras me capacita a golpear al diablo en la cara con una fuerza que él no puede resistir, para protegerme a mí mismo y a mi familia de sus ataques. ¡¿Con que lo estas golpeando?! ¡Él es millones de veces mas fuerte que tú! ¡Y te odia! ¡ Y él odia a tu familia, a tu matrimonio, y a la iglesia, y a Dios! ¿Como alguien camina por este mundo dominado por el diablo, sin una espada en su mano? ¡Es lo que no comprendo!
7. Memorizar las Escrituras provee las más fuertes y más dulces palabras para ministrar a otros en necesidad.
8. Memorizar las Escrituras provee la matriz para relacionarnos con Jesús, porque Él me habla a mí en su Palabra y !No en ningún otro lugar! Mas ¡Oh!, !Dulcemente, poderosamente, auténticamente y realmente Él me habla a mi en la Biblia, y luego, yo le hablo a Él en oración y si la Biblia está en mi mente podemos conversar en cualquier lugar, y eso es dulce, es muy dulce.
La mayoría de nosotros somos inválidos emocionales—en realidad, todos lo somos. No experimentamos a Dios con nuestro máximo potencial emocional. ¿Cómo cambiará eso? Una manera es memorizar las frases afectivas de la Biblia y pronunciarlas al Señor y entre nosotros hasta que se conviertan en parte de quienes somos. Por ejemplo, en Salmos 103:1, decimos, “Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre.” Para muchas personas, esa no es una frase natural. Pero si memorizamos ésto y otras frases afectivas de la Biblia, y las expresamos a menudo, pidiendo al Señor que haga que nuestra emoción sea real en nuestros corazones, realmente podemos cultivar esa frase y emoción. Llegará a ser parte de quienes somos. Seremos menos inválidos emocionales y más capaces de rendir debida alabanza y agradecimiento a Dios.
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