"Efecto Woods": más consultas en el Reino Unido por adicción al sexo
BBC Mundo
Las clínicas especializadas en curar la adicción al sexo en Reino Unido experimentaron un significativo incremento en el número de personas que buscaron ayuda, después de que el golfista Tiger Woods admitiera tener problemas.
Woods, el golfista número uno del mundo, vuelve este jueves a los torneos -luego del escándalo sexual que lo llevó a alejarse de la competencia profesional- tras pasar un tiempo en una clínica de rehabilitación en Estados Unidos.
A fines de noviembre explotó el escándalo de Woods, quien está casado y tiene dos hijas. Desde entonces se han publicado numerosos detalles de relaciones extramaritales del deportista, de 34 años.
El propio Woods reconoció que no había tenido sólo un affaire. Los medios de comunicación y el mundo esperan la rueda de prensa que tendrá lugar este lunes, en el que se espera que el deportista explique cómo se siente de cara al torneo de Augusta.
Y mientras Woods vuelve a las canchas, expertos en el tratamiento de la adicción sexual en el Reino Unido ya hablan del "efecto Woods", que, dicen, ha sido la inspiración para que otras personas reconozcan que necesitan ayuda.
Por ejemplo, la clínica de terapia Steven Pope, en Blackpool, Reino Unido, registró 52 personas nuevas en los pasados dos meses, en comparación a solo cuatro o cinco en los meses previos al escándalo.
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Un día en la clínica
El reportero de la BBC Gavin Lee pasó un día en esta clínica de rehabilitación de Blackpool y entrevistó a algunos de sus pacientes.
El grupo de adictos al sexo inicia sus sesiones de la misma forma que lo harían un grupo de alcohólicos anónimos: sentados en sillas en forma circular cada uno va relatando su propia experiencia.
El primero en hablar es Danny James, procedente de Liverpool. James tiene 27 años y dice ser "adicto al sexo".
Más allá de un simple placer, el sexo se convirtió en el elemento que destruyó su vida en Blackpool, una ciudad situada en la costa británica y conocida por su perpetuo ambiente de playa y diversión.
James terminó sus relaciones con su novia y su hija por la adicción, que también le costó la pérdida de su negocio.
"Comencé a perder trabajo, porque me concentraba más en salir y encontrar gente con la que acostarme. Cada día, al terminar, me iba directamente a un pub, algo que no es difícil de hacer en un lugar como Blackpool, siempre hay despedidas de solteros. Es fácil encontrar lo que buscas, de alguna forma, te lo sirven en bandeja", explica.
James también también reconoce que la pérdida de su vida y sus relaciones por su adicción le costó sentirse deprimido y disgustado consigo mismo.
Problemas de infancia
Tiger Woods no ha sido el primer personaje público envuelto en este tipo de situaciones. Pero, como siempre antes, su caso ha planteado la cuestión de si la adicción al sexo puede realmente ser clasificada como un comportamiento compulsivo.
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En muchos casos, la adicción sexual es un problema que acaba destruyendo la vida de la persona que la padece. Y en no pocas ocasiones el origen de las carencias se encuentra en la infancia.
"Sólo cuando fui a terapia me di cuenta de que había algo que no funcionaba en mí. En mi caso se remonta a muchos problemas de infancia, así que exploramos esas cuestiones y traté de reconstruir mi vida", explica James.
Los adictos al sexo están atreviéndose a venir a la clínica y hablar de su problema. Woods ha descendido a los infiernos y a hecho el camino de vuelta. Pero también está salvando vidas y éste es el efecto Woods
Steve Pope, experto en tratamiento de adicción al sexo
"Sé que suena tonto, pero volví hacer cosas como ir al zoológico con alguien y aprender a llevar una vida normal de nuevo", agrega.
Los escasos centros dedicados a la cura de esta adicción en el Reino Unido han declarado un aumento en el número de casos.
La Asociación para el tratamiento de la Adicción Sexual Compulsiva, una organización profesional establecida para fomentar la investigación de este problema, también reconoce un incremento en el número de clientes que buscaron ayuda en los últimos meses.
Y señala que empieza también a haber profesionales que buscan mayor formación en esta cuestión. El tratamiento en el Reino Unido se basa en el realizado en Estados Unidos, en el que la rehabilitación para esta adicción es un negocio consolidado.
"Los enfermos están atreviéndose a venir a la clínica y hablar de su problema. Woods ha descendido a los infiernos y ha hecho el camino de vuelta, al igual que su familia, que se está viendo afectada. Pero también está salvando vidas y éste es el efecto Woods", afirma Pope, dueño de la clínica en Blackpool.
Aunque no exista un reconocimiento médico de la condición de adicto sexual, James coincide con este punto de vista.
Cuando se le pregunta que cómo cree que sería su vida sin la terapia no duda en contestar: "Estaría muerto. Llegué a un punto en el que uno de mis padres se quedaba siempre conmigo en casa, para vigilarme, porque sabían que intentaría suicidarme".
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