Edwin Mauricio Alza
El Mesías Jesús jamás aconsejó al creyente judío abandonar la Ley de Moisés que era la legislación entregada al pueblo o nación que Dios escogió para sus propósitos (El Mesías mandó a los leprosos a presentarse ante los sacerdotes para ser declarados limpios, no impidió presentar ofrenda en el templo, no impidió entregar el diezmo a los levitas, etc.). Así tampoco comunicó que Dios cambiaría los planes revelados a los profetas todos esos planes sobre un nacimiento virginal, un ministerio sabio y poderoso, una muerte expiatoria, un retorno para recompensar y un reinado perfecto.
La incidencia del Maestro es una de reprobar la transgresión y mucho más a maestros transgresores que arrastren a los fieles de Dios a una vida pecadora. Muchos de los escribas y de los fariseos violaban la Ley en varios puntos y aún así eran maestros del pueblo. Al seguidor de Jesús procedente de los gentiles más tarde los apóstoles no les exigirían seguir rigurosamente la Ley como consta en Hechos 15.
"No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. 18Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo sea cumplido. 19De manera que cualquiera que quebrantare uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los hiciere y enseñare, éste será llamado grande en el reino de los cielos. 20Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos." Mat 5:17-20
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