El Espíritu que nos une
Edwin Mauricio Alza
"La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros."
2 Corintios 13-14
Esta despedida de Pablo a los Corintios tan usada en un sentido trinitario hoy en día aparece una sola vez en sus epístolas. "La gracia del señor Jesús Mesías" es la bondad inmerecida de Dios que nos ha sido dada en el Cristo por el grande amor de Dios y la misericordia que nos dispensó siendo aún pecadores. "El amor de Dios" produce la gracia porque de tal manera amó Dios al mundo.
Al llamarle "el señor Mesías Jesús" no hace sino resaltar la infinita diferencia entre Dios y su ungido. Desde luego, la única persona que es Dios, nuestro Padre, trabaja con y por Jesús para bendecir a los creyentes. La única persona humana perfecta y la única persona divina son uno para nuestra bendición.
"La comunión del Espíritu santo", se refiere a los factores comunes que hacen unánimes a los creyentes, por ejemplo, si tenemos el entendimiento correcto sobre quién es Dios y quién es Jesús. Creer en estas verdades nos une, haber recibido tal iluminación de la Escrituras nos hace felices y que pertenecemos a la congregación de Dios y de su Mesías. El Espíritu santo o don de Dios aquí nada tiene que ver con saltos, gritos y zarandeos de algún éxtasis, más bien tiene que ver con el entendimiento, la sabiduría la inteligencia o conceptos que se llegan a entender.
En resumen, si yo tengo Espíritu santo o entendimiento espiritual y tú tienes Espíritu santo o sabiduría divina eso es precisamente lo que nos une. Cabe señalar que está sabiduría divina nos ayudará a cultivar el fruto del Espíritu tan abundante en virtudes y paz.
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