Jhon Henry Kurtz
Estimadas y desoladas víctimas de la pseudoteología watchtoweriana:
El camarada Inactivo, desde las Antillas, ilumina a la casa de la fe y de la fa..., ¡que no es poco! El cuerpo eclesiástico de los testigos de Jehová --el todopoderoso Cuerpo Gobernante-- no se rinde y pretende poner puertas al campo: acallar la disidencia. Los ungidos de pacotilla siguen su tónica radical: al que discrepa... ni agua. Palo largo y mano dura para evitar males mayores.
De cara a la opinión pública, la confesión religiosa continúa con su política de moderación pretendiendo alejarse de postulados integristas y presentar una imagen de religión tradicional al uso, dialogante, tolerante. No obstante, sus consignas para consumo interno permanecen radicales: ahora le toca el turno a los inactivos. Se abre la veda y probablemente quienes más lo sufrirán serán las familias. ¿Pero, quién es un inactivo? En el Diccionario Etimológico Watchtoweriano-Español lo defino así:
Inactivo: (Véase “Informe”). Creyente que lleva más de seis meses sin rellenar el informe, que es un impreso mensual que debe cumplimentar todo testigo de Jehová y donde se refleja su actividad en la obra de proselitismo: horas empleadas y cantidad de publicaciones colocadas --hasta 1990 eran ofrecidas por un precio de venta al público-- en manos de la gente. Como consecuencia de esta parada productiva, recibirá visitas de los pastores de la congregación para que espabile y se ponga manos a la obra ofreciendo las publicaciones de la entidad religiosa…,¡sin olvidarse de pedir el donativo correspondiente! Enfermo espiritual en la UVI. En los corrillos y en voz baja, se referirán a él en estos términos: “Fulano de Tal es inactivo”. Normalmente, los miembros de la comunidad local te darán de lado socialmente: te ponen en cuarentena. Si contamos que el testigo de Jehová no tiene una red social fuera de la comunidad religiosa, esto te condena al aislamiento. Con esta medida la confesión religiosa te presiona para que vuelvas al redil que no es otra cosa que el camino "productivo".
Ante la lapidación social y familiar que sufre quien decide abandonar voluntariamente la comunidad religiosa --sea por expulsión o desasociación-- muchos han optado por "hacerse inactivos": dejar de informar mensualmente y no asistir a los servicios religiosos semanales. Aunque te quedabas aislado socialmente, la mayoría de los testigos de Jehová todavía estaban autorizados a saludarte en caso de encontrarse fortuitamente contigo. Ni que decir tiene que, a nivel familiar, el que el resto de la familia todavía tuviese trato contigo era una fuente de consuelo. En esta posición, te quedas en stand by. https://es.scribd.com/doc/100676509/El-lado-comico-de-la-Watchtower-Edicion-14-de-septiembre-de-2015
Hecha esta necesaria aclaración, en las próximas asambleas regionales de este verano, en el discurso número quince, cambia sustancialmente el trato que se debe dar al inactivo. En una serie de discursos titulados "Apoyemos lealmente la justicia de Jehová", nos encontramos con uno que específicamente lleva este tema: "Alejémonos de los pecadores que no se arrepienten". Realmente, significa el pistoletazo de salida para la caza de brujas a nivel particular: localizar y negar hasta el saludo al inactivo disidente. O sea, dar al inactivo crítico con la confesión religiosa el mismo trato que a un expulsado o desasociado: renegar de él aunque sea un familiar, hacerle el vacío, hacerle el mobbing..., triturarle psicológicamente. Esto, de por vida. ¡Ya cederá y volverá al redil con el rabo entre las piernas!...
Pero, para descifrar este discurso en clave interna, donde solo los miembros de la comunidad religiosa se percatan del significado y alcance de las consignas dadas por los gerifaltes teocráticos, se necesita diseccionar el texto. ¡Va por ustedes!
Empiezan con letras mayúsculas: LA JUSTICIA DE JEHOVÁ NOS BENEFICIA. Endilgan a Dios la responsabilidad por las directrices que emanan del Cuerpo Gobernante. Los mandamases se lavan las manos. El ostracismo orquestado por la confesión religiosa, hacer el vacío familiar y social al disidente..., ¡es justicia de Jehová! Participar en triturar psicológicamente a quien desea abandonar la comunidad religiosa, o simplemente disiente, es algo que nos benecia a todos: a la víctima que lo sufre y a quienes participamos activamente en esta lapidación social y familiar. Renegar del familiar o amigo, negándole el saludo, es un acto de justicia y bondad divina.
Entonces hacen un paralelismo remitiéndonos a un pasaje del Antiguo Testamento. Se encuentra en Deuteronomio, que dice lo siguiente:
”En caso de que se levante en medio de ti un profeta o un soñador de un sueño y de veras te dé una señal o un portento presagioso, y en efecto se realice la señal o el portento presagioso de que te habló, diciendo: ‘Andemos tras otros dioses, que no has conocido, y sirvámosles’, no debes escuchar las palabras de ese profeta ni al soñador de ese sueño, porque Jehová su Dios está probándolos a ustedes para saber si están amando a Jehová su Dios con todo su corazón y con toda su alma. Tras Jehová su Dios deben andar, y a él deben temer, y sus mandamientos deben guardar, y a su voz deben prestar atención, y a él deben servir, y a él deben adherirse. Y ese profeta o ese soñador del sueño debe ser muerto, porque ha hablado de sublevación contra Jehová el Dios de ustedes, que los ha sacado de la tierra de Egipto y te ha redimido de la casa de esclavos, para apartarte del camino en que Jehová tu Dios te ha mandado andar; y tienes que eliminar de en medio de ti lo que es malo. ”En caso de que tu hermano, el hijo de tu madre, o tu hijo o tu hija o tu esposa estimada o tu compañero que es como tu propia alma, tratara de atraerte en secreto, diciendo: ‘Vamos y sirvamos a otros dioses’, que tú no has conocido, ni tú ni tus antepasados, algunos de los dioses de los pueblos que están todo en derredor de ustedes, los cercanos a ti o los lejanos de ti, desde un extremo del país hasta el otro extremo del país, no debes acceder a su deseo ni escucharle, ni debe tu ojo sentirse apenado por él, ni debes sentir compasión, ni cubrirlo [protectoramente]; sino que debes matarlo sin falta. Tu mano debe ser la primera de todas en venir sobre él para darle muerte, y la mano de todo el pueblo después. Y tienes que apedrearlo con piedras, y tiene que morir, porque ha tratado de apartarte de Jehová tu Dios, quien te ha sacado de la tierra de Egipto, de la casa de esclavos. Entonces todo Israel oirá y tendrá miedo, y no volverán a hacer nada semejante a esta cosa mala en medio de ti.--Deuteronomio 13:1-11.
Está claro que aunque intetan disfrazar el objetivo al hablar genéricamente de "pecadores que no se arrepienten", se refieren en exclusiva a los disidentes: a quienes tratan de apartarte de Jehová..., ¡que no es otra cosa que de la entidad religiosa! La consigna es clara: debes delatar al familiar para que la comunidad religiosa pueda juzgarle y condenarle a la lapidación psicológica por parte de todo su entorno social y familiar. Tú, como familiar, debes dar ejemplo participando en este acoso. Un trato inhumano que durará toda la vida, en tanto en cuanto no vuelva cabizbajo y se somenta de nuevo a la disciplina de la organización religiosa.
Entonces, ahora pasan al Nuevo Testamento, concretamente a la primera carta a los Corintios:
Pero ahora les escribo que cesen de mezclarse en la compañía de cualquiera que, llamándose hermano, sea fornicador, o persona dominada por la avidez, o idólatra, o injuriador, o borracho, o que practique extorsión, y ni siquiera coman con tal hombre. Pues, ¿qué tengo yo que ver con juzgar a los de afuera? ¿No juzgan ustedes a los de adentro, mientras Dios juzga a los de afuera? “Remuevan al [hombre] inicuo de entre ustedes.”--1 Corintios 5:11-13.
Aunque en este pasaje biblico se mete a muchos en el saco, en realidad nunca dejan de referirse a los disidentes, ¡basta con echar un vistazo a las referencias cruzadas a las que nos remiten estos textos bíblicos según aparecen en la Traducción del Nuevo Mundo! De hecho, el discurso, incide en la idea una y otra vez.
Después, nos preparan el cuerpo e intentan sofocar nuestras conciencias con la siguiente declaración: "La expulsión es una medida beneficiosa aunque algunas personas de este mundo permisivo piensen que es demasiado radical". Seguidamente, nos remiten al buque insignia de sus publicaciones La Atalaya 15 de abril de 2015, páginas 29-31. Los derechos humanos tal como se expresan en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es sensiblería patológica de este mundo permisivo. El mundo teocrático watchtoweriano es mucho más contundente con el discrepante y sabe darle su medicina, su jarabe de palo. Un poco de levadura hace fermentar toda la masa. Hay que cortar por lo sano... De hecho, con esta declaración --el discurso en sí-- están intentando tranquilizar las conciencias de quienes se ven obligados (so pena de recibir el mismo maltrato) a participar en este "linchamiento" psicológico colectivo: "La expulsión es una medida beneficiosa"... ¡Hay que tener la cara dura como el mármol!
Centro de documentación permanente sobre la expulsión en los testigos de Jehová
En La Atalaya de 2015, intentan justificar moralmente esta medida que divide a familias y nos aparta de nuestros seres queridos, causando un dolor y sufrimiento indescriptible:
La familia demuestra su amor a la congregación y al pecador respetando la decisión que han tomado los ancianos. Julian recuerda: "Nunca dejé querer a mi hijo, pero su conducta levantó un muro entre nosotros". Los miembros de la congregación también pueden mostrar su amor evitando todo contacto con la persona que ha sido expulsada.--La Atalaya 15 de abril de 2015, páginas 29-31.
Ahora, dejan de marear la perdiz y entran en el quid de la cuestión: "Las compañías incluyen los mensajes que los apóstatas y otros usan para difundir ideas dañinas". Entonces, nos remiten al Nuevo Testamento:
Si alguno viene a ustedes y no trae esta enseñanza, nunca lo reciban en casa ni le digan un saludo. Porque el que le dice un saludo es partícipe en sus obras inicuas.--2 Juan 10, 11.
Sí, así de integrista es la medida disciplinaria: no está permitido ni un lacónico "¡Hola!". Pero, la pregunta que procede es la siguiente: ¿quién se constituye en una mala compañía que merezca este castigo cruel? Esto no lo dicen los gerifaltes teocráticos pero lo diremos nosotros, a los que nos tildan de apóstatas: cualquier persona que critique el que se encubran los casos de abusos sexuales a menores, cualquiera que discrepe de esta medida inhumana que supone cortar toda relación con quien desea abandonar la confesión religiosa, cualquiera que acepte voluntariamente un tratamiento médico como lo es una transfusión sanguínea, cualquiera que exija transparencia financiera a la entidad religiosa, etc., etc., etc. Éstos son los pecadores impenitentes que merecen el que se les haga el vacío. Éstas son las personas malas malísimas, los que corrompen moralmente a la comunidad religiosa.
Por supuesto, no solo incluye a personas, sino a libros, programas de radio o televisión, revistas, periódicos, estudios; cualquier medio que critique alguna política de la organización religiosa. El miembro de la confesión religiosa, no puede ver, leer u oír nada negativo sobre la entidad religiosa... aunque sea una verdad como un templo. Esto es lo que viene a significar la siguiente declaración: Los cristianos leales no deben relacionarse con nadie que "llamándose hermano" esté practicando el pecado grave.
Seguidamente, dejan al margen a los expulsados y desasociados y amplían el abanico de personas a quienes se les ha de hacer el vacío: los inactivos:
"Tenemos que actuar así incluso si en la congregación no se han tomado medidas, como pudiera ocurrir en el caso de un inactivo." (La Atalaya 15 de julio de 1985, página 19 y párrafo 14).
La lealtad resulta en bendiciones. Cierto Testigo joven recuerda la posición que él y sus hermanos adoptaron cuando su madre, cristiana que había estado inactiva por mucho tiempo, entró en un matrimonio adulterino. “Informamos el asunto a los ancianos —dice él—, y puesto que ella no vivía en casa, decidimos limitar nuestra asociación con ella hasta que los ancianos se encargaran del asunto. Aquella fue una de las cosas más difíciles que hemos tenido que hacer.” Su madre protestó, y dijo: “¿Les importa más la vida eterna que yo?”. Ellos contestaron: “Nuestra relación con Jehová es más importante que cualquier otra cosa”. Esto la sacudió y la movió a mostrar verdadero arrepentimiento, lo cual resultó en que fuera restablecida, y hoy día es una publicadora activa de las buenas nuevas.--La Atalaya 15 de julio de 1985, página 19 y párrafo 14
Los mandamases no tienen piedad ni siquiera cuando se trata de un familiar. Al creyente se le exige fidelidad absoluta a la organización:
Cuando el implicado es un familiar, podría ser una prueba especialmente difícil. No debemos permitir que los lazos familiares pongan en peligro nuestra lealtad a Jehová y a su organización. (La Atalaya 15 de enero de 2013, páginas 15 y 16, párrafos 16-20).
La Atalaya 15 de enero de 2013, páginas 15 y 16, párrafos 16-20)
"Obedezca a Jehová y corte la relación con su familiar expulsado. No busque excusas para pasar tiempo con él, o para seguir comunicándose con él por teléfono o por Internet".--La Atalaya 15 de enero de 2013, páginas 15 y 16, párrafos 16-20).
De modo que, los teócratas se pasan por el arco del triunfo los derechos humanos. Exigen que cortemos toda relación con nuestro familiar que ha abandonado libremente la confesión religiosa. ¿Es esto cristiano? ¿Humano? ¿Amoroso? ¿Legal?...
Divulgad el evangelio verdadero sin trampa ni cartón watchtoweriano. Por este motivo, iniciamos otra campaña de información a las autoridades competentes en España, sobre este "atentado" contra los derechos humanos.
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