Edwin Mauricio Alza
Y el ángel me dijo:Escribe:Bienaventurados los que son llamados a LA CENA de las bodas del Cordero. Y me dijo:Estas son palabras verdaderas de Dios.
Las proclamas, tanto de las bodas del Cordero como de la cena de las bodas en Apocalipsis preceden a la visión de la segunda venida y la batalla de Armagedón, es decir, que sólo se harán realidad con el descenso del Mesías a la tierra. Si las bodas simbólicas se cumplirán con nuestra reunión con él, entonces la cena se cumplirá tal como lo indican las palabras del Señor Jesús.
Lucas 14:24
Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron convidados, GUSTARÁ MI CENA.
Un oyente del Maestro resaltó como alto privilegio el comer pan o vivir en el Reino de Dios presidido por Jesús en la tierra y lo hizo al oírle hablar de la recompensa que el justo recibirá en la resurrección. De hecho este judío tenía clara la esperanza del creyente en base a las promesas dadas a Abraham y que los profetas explicaron abundantemente.
Lucas 14:14
y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado en la resurrección de los justos.
Oyendo esto uno de los que estaban sentados con él a la mesa, le dijo:Bienaventurado el que coma pan EN EL REINO DE DIOS.
Los convidados originales fueron desechados por su desidia lo que abrió la gracia para los paganos. La cena del Rey Jesús será en Jerusalén la capital del reino de Dios que fundará en su venida, el mismo le llama MÍ cena. Allí estarán los patriarcas disfrutando las celebraciones. En ese punto geográfico serán reunidos los redimidos de los extremos de la tierra.
Lucas 13:28
Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y A TODOS LOS PROFETAS EN EL REINO DE DIOS, y vosotros estéis excluidos.
Porque vendrán del ORIENTE y del OCCIDENTE, del NORTE y del SUR, y SE SENTARÁN A LA MESA en el REINO de Dios.
Los apóstoles tendrán un lugar importante en la cena y el reino.
Lucas 22:28
Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas.
Yo, pues, os asigno UN REINO, como mi Padre ME LO ASIGNÓ a mí,
para que COMÁIS y bebáis A MI MESA EN MI REINO, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.
De hecho, para participar de las bodas es necesario estar vestido de lino fino o una vida justa conforme la parábola cuyo inicio habla de la fiesta preparada por un padre a su hijo.
Mateo 22:2
El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo...
verso 13
Entonces el rey dijo a los que servían:Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Porque muchos son llamados, y pocos escogidos.
Las tinieblas de afuera es la privación de ser inmortales y participar como rey asociado con nuestro Salvador, son tinieblas en comparación a la gloria más eminente de los que participan en la cena de las bodas del Cordero en Jerusalén en Medio Oriente cuando Jesús vuelva a reinar. Juan el apóstol da a entender esta verguenza de no haber sido inmortalizado.
1 Juan 2:28
Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que CUANDO SE MANIFIESTE, tengamos confianza, para que EN SU VENIDA no nos ALEJEMOS DE ÉL avergonzados.
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