entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios
hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
Lutero y otros reformadores son acusados de fomentar la libre interpretación de la Biblia y aunque el ex monje agustino quería decir con esto que se oponía al reclamo de Roma de ser la única autorizada para interpretarla, en realidad sus hijos evangélicos creen que caben varias vistas del texto bíblico y que eso es legítimo.
Ha resultado en una verdadera tragedia tomar sobre todo el Nuevo Testamento y darle una interpretación de acuerdo a las ideas de turno y esto a través de los siglos. Esta licencia para la interpretación que enfatizan los herederos de los reformadores del siglo XVI ha sido y es, el caldo de cultivo para una iglesia partida en mil pedazos.
Sin duda la antorcha divina no les alumbra y tropiezan en medio de las tinieblas de la Babel religiosa. Jamás entendieron que debían adherirse a la verdad que presenta Pedro, es a saber, que ninguna profecía del Antiguo Testamento, es de interpretación privada. Con esto se nos da a entender que no son las opiniones de los profetas sino que lo que está escrito es el producto de la total inspiración divina.
Los santos hombres de Dios son los profetas desde Enoc, pasando por Abraham, incluido David y los mayores y menores. A nosotros como creyentes en la inspiración verbal plenaria de las Escrituras y el NT, nos conviene meditar que así como los mismos escritores bíblicos no interpretaron a su antojo sus propias profecías, tampoco nosotros tenemos derecho de romper la unidad de las Escrituras o ignorar que todas siguen la línea del plan original.
Deberíamos simplemente seguir el hilo conductivo del tema desde el Génesis y no ser arrogantes para hacer divorciar el Nuevo Testamento del Antiguo, ni para cambiar la esperanza que los creyentes antiguos guardaron por 1300 años.
A estas alturas de la historia será bueno para nosotros discernir este versículo tan conocido pero también interpretado fuera de su contexto.
Jeremías 6:16
Así dijo Jehová:Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron:No andaremos.
Definitivamente las sendas que caminaron los patriarcas marcaron el buen camino devocional y doctrinal que debemos seguir los cristianos de hoy. Depende de nosotros elegir camino tan antiguo o escoger la libertina interpretación de la Escrituras.
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