Alex de la Iglesia 18 mayo 2011
El cristiano burbuja
(Parte uno) El síndrome de la burbuja:
En la película The Boy in the Plastic Bubble (El niño de la Burbuja de Plástico), Jhon Travolta protagoniza a Tod Lubicht un joven que nace con una deficiencia en el sistema inmunológico que le obliga a pasar el resto de su vida en un ambiente totalmente estéril. Su habitación es un entorno hermético y sellado contra bacterias y virus, la comida es especialmente preparada, y su único contacto humano viene en la forma de manos enguantadas. La película –basada en una historia real- transcurre sobre la adolescencia del joven…
Estaba pensando en la inmunodeficiencia severa combinada (SCDI en inglés) o el síndrome del niño burbuja para ilustrar la manera en que muchos cristianos encajan o reaccionan ante las… criticas. Los mismos cristianos que son buenos para criticar (cuando no condenar) los pecados del mundo, son los que callan ante las faltas de la iglesia. Es increíble como podemos ser tan filosos en nuestro juicio cuando se trata de juzgar el pecado de una persona (muchos familiares pueden dar cuenta de ello) y –a la misma vez- ser tan condescendientes con los pecados de la iglesia.
Puedes visitar foros o blogs en Internet que se atreven a denunciar los males de la iglesia moderna para comprobar que siempre aparecerá la legión de santurrones que condenarán tal hecho. Y si quieres un equilibrio aquí lo tienes: yo no estoy de acuerdo con la crítica como deporte. Hay gente que son críticos por naturaleza y nunca estarán de acuerdo con nada ni con nadie. Estos profetas de la crítica que aman disparar juicios apocalípticos a quién no está de acuerdo con ellos, tienen un problema: quieren llamar la atención para alimentar su baja autoestima, pretendiendo ser los dueños de la verdad… ¡Yo no comulgo con ellos!
En este punto tenemos que decir que –como en todo ámbito- hay una crítica constructiva y una destructiva. Una que edifica y otra que derriba. Puedes encontrar de los dos tipos y –en la mayoría de los casos- fácilmente identificables. Obviamente que mi posición está a favor de los que construyen, nunca de los que derriban… Pero, pensar que toda crítica hacia la iglesia es perjudicial, contribuye a dañar la imagen de la iglesia, o proviene del infierno es sencillamente un grotesco.
Hay gente que tiene problemas en confiar en la Biblia dada su honestidad brutal. Y es que la Biblia –al contrario de muchos seudo puritanos- no tiene miedo de hablar de los aciertos y miserias de sus personajes. Grandes personajes son descritos en su totalidad sin tapujos ni pretextos. Un personaje decisivo como el patriarca Noé aparece borracho y desnudo en su tienda. El gran legislador y libertador de los israelitas es también definido como un asesino e iracundo que pierde años en el anonimato y la oportunidad de entrar en la Tierra Prometida. David -quién dio a Cristo el titulo de “el hijo de David”- es retratado también como un inmoral que alguna vez tuvo que asesinar a un inocente y ocultar su pecado en el propio ejercicio de su reino…
Acaso, esto ¿desprestigia la Biblia? o ¿Daña su imagen? ¡Claro que no! En realidad, la honestidad de la Biblia nos acerca a ella y, su franqueza nos identifica… Muchos han creído en la Biblia y se han identificado con ella por los mismos ejemplos que acabo de describir. Otros han cobrado ánimo por la sencilla razón de que si Dios puede usar a ellos, también puede usarme a mí… Así que la Biblia no tiene miedo de ilustrar, a veces juzgar y, otras criticar el pecado de sus propios personajes mientras algunos siguen insistiendo en que la crítica no viene de Dios...
Una forma de manipulación y control muy común que practican organizaciones, pastores e iglesias es el “No juzgues” Según esta teología, el juzgar no es de Dios sino del diablo. Un versículo favorito que citan es “No juzguéis para que no seáis juzgados” y “Con la misma vara con que medís serás medido” pero olvidan que esta es sólo una parte de la verdad, y que esto suele ser astutamente empleado por líderes sin escrúpulos para acallar toda critica aún la que es válida y con motivos…
Muchos de los ministerios y ministros que al final cayeron en pecado vivían rodeados de una corte de aduladores, lisonjeros y serviles que vivían en una burbuja de falsa espiritualidad. Gente que prefería vivir con sus ojos cerrados a la realidad, los avestruces espirituales que escondiendo su cabeza dieron rienda suelta a toda clase de tropelías por parte de sus líderes…
No te equivoques, la critica no daña la imagen de la iglesia (de por sí bastante dañada), lo que daña es la falta de autocrítica y el esconder los pecados. Nadie mejorará la iglesia por callar y disimular sus faltas pero te aseguro, que puede hacer mucho bien por denunciarlas a tiempo…
En la antigüedad, una parte de servir a Dios era denunciar los pecados de Israel y, cuando Pedro con su hipocresía arrastraba a otros en su simulación, Pablo le reprendió cara a cara y en público: “Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos…” Cuando tú ves que líderes e iglesias no andan rectamente (como quiera que se llamen) ¿Te callas la boca? ¿Has pensado en cuantos inocentes serán decepcionados si nadie habla?
Esto es lo que intentamos por este medio hacer, podemos salvar vidas de las garras de los fraudulentos y engañadores pero si alguien no quiere abrir los ojos entonces… ¡déjanos hacer nuestro trabajo!
Alex de la Iglesia
El cristiano burbuja
(Parte uno) El síndrome de la burbuja:
En la película The Boy in the Plastic Bubble (El niño de la Burbuja de Plástico), Jhon Travolta protagoniza a Tod Lubicht un joven que nace con una deficiencia en el sistema inmunológico que le obliga a pasar el resto de su vida en un ambiente totalmente estéril. Su habitación es un entorno hermético y sellado contra bacterias y virus, la comida es especialmente preparada, y su único contacto humano viene en la forma de manos enguantadas. La película –basada en una historia real- transcurre sobre la adolescencia del joven…
Estaba pensando en la inmunodeficiencia severa combinada (SCDI en inglés) o el síndrome del niño burbuja para ilustrar la manera en que muchos cristianos encajan o reaccionan ante las… criticas. Los mismos cristianos que son buenos para criticar (cuando no condenar) los pecados del mundo, son los que callan ante las faltas de la iglesia. Es increíble como podemos ser tan filosos en nuestro juicio cuando se trata de juzgar el pecado de una persona (muchos familiares pueden dar cuenta de ello) y –a la misma vez- ser tan condescendientes con los pecados de la iglesia.
Puedes visitar foros o blogs en Internet que se atreven a denunciar los males de la iglesia moderna para comprobar que siempre aparecerá la legión de santurrones que condenarán tal hecho. Y si quieres un equilibrio aquí lo tienes: yo no estoy de acuerdo con la crítica como deporte. Hay gente que son críticos por naturaleza y nunca estarán de acuerdo con nada ni con nadie. Estos profetas de la crítica que aman disparar juicios apocalípticos a quién no está de acuerdo con ellos, tienen un problema: quieren llamar la atención para alimentar su baja autoestima, pretendiendo ser los dueños de la verdad… ¡Yo no comulgo con ellos!
En este punto tenemos que decir que –como en todo ámbito- hay una crítica constructiva y una destructiva. Una que edifica y otra que derriba. Puedes encontrar de los dos tipos y –en la mayoría de los casos- fácilmente identificables. Obviamente que mi posición está a favor de los que construyen, nunca de los que derriban… Pero, pensar que toda crítica hacia la iglesia es perjudicial, contribuye a dañar la imagen de la iglesia, o proviene del infierno es sencillamente un grotesco.
Hay gente que tiene problemas en confiar en la Biblia dada su honestidad brutal. Y es que la Biblia –al contrario de muchos seudo puritanos- no tiene miedo de hablar de los aciertos y miserias de sus personajes. Grandes personajes son descritos en su totalidad sin tapujos ni pretextos. Un personaje decisivo como el patriarca Noé aparece borracho y desnudo en su tienda. El gran legislador y libertador de los israelitas es también definido como un asesino e iracundo que pierde años en el anonimato y la oportunidad de entrar en la Tierra Prometida. David -quién dio a Cristo el titulo de “el hijo de David”- es retratado también como un inmoral que alguna vez tuvo que asesinar a un inocente y ocultar su pecado en el propio ejercicio de su reino…
Acaso, esto ¿desprestigia la Biblia? o ¿Daña su imagen? ¡Claro que no! En realidad, la honestidad de la Biblia nos acerca a ella y, su franqueza nos identifica… Muchos han creído en la Biblia y se han identificado con ella por los mismos ejemplos que acabo de describir. Otros han cobrado ánimo por la sencilla razón de que si Dios puede usar a ellos, también puede usarme a mí… Así que la Biblia no tiene miedo de ilustrar, a veces juzgar y, otras criticar el pecado de sus propios personajes mientras algunos siguen insistiendo en que la crítica no viene de Dios...
Una forma de manipulación y control muy común que practican organizaciones, pastores e iglesias es el “No juzgues” Según esta teología, el juzgar no es de Dios sino del diablo. Un versículo favorito que citan es “No juzguéis para que no seáis juzgados” y “Con la misma vara con que medís serás medido” pero olvidan que esta es sólo una parte de la verdad, y que esto suele ser astutamente empleado por líderes sin escrúpulos para acallar toda critica aún la que es válida y con motivos…
Muchos de los ministerios y ministros que al final cayeron en pecado vivían rodeados de una corte de aduladores, lisonjeros y serviles que vivían en una burbuja de falsa espiritualidad. Gente que prefería vivir con sus ojos cerrados a la realidad, los avestruces espirituales que escondiendo su cabeza dieron rienda suelta a toda clase de tropelías por parte de sus líderes…
No te equivoques, la critica no daña la imagen de la iglesia (de por sí bastante dañada), lo que daña es la falta de autocrítica y el esconder los pecados. Nadie mejorará la iglesia por callar y disimular sus faltas pero te aseguro, que puede hacer mucho bien por denunciarlas a tiempo…
En la antigüedad, una parte de servir a Dios era denunciar los pecados de Israel y, cuando Pedro con su hipocresía arrastraba a otros en su simulación, Pablo le reprendió cara a cara y en público: “Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos…” Cuando tú ves que líderes e iglesias no andan rectamente (como quiera que se llamen) ¿Te callas la boca? ¿Has pensado en cuantos inocentes serán decepcionados si nadie habla?
Esto es lo que intentamos por este medio hacer, podemos salvar vidas de las garras de los fraudulentos y engañadores pero si alguien no quiere abrir los ojos entonces… ¡déjanos hacer nuestro trabajo!
Alex de la Iglesia
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