Dos poemas sobre promesas
Jesús, el hijo del hombre, el elegido.
No hay mas que un evangelio clamaba Pablo a las gentes
lo que predicó el Maestro, lo mismo anuncio urgente.
Cambien de vida creyendo lo que los patriarcas pacientes
abrazaron con tanto gozo saludándolo con fe ardiente.
Tu simiente, Abraham mi amigo las naciones bendecirá
tu simiente David mi siervo tu regio trono ocupará
profetiza mi salmista, porque un Hijo existirá
en la doncella elegida mi mano lo engendrará.
Vuela Gabriel, ve y anuncia en la aldea olvidada
que la piedra del monte no con mano será cortada
pues desde Sión que entonces será ciudad encumbrada
reinará el Hijo de Dios para que la tierra sea sanada.
La gracia del Altísimo sobre ti se ha derramado abundante
Oh el mas hermoso de los humanos, el de precioso talante
el manzano entre los árboles entre miles esplendente
Hijo de hombre mediando ante el Dios Omnipotente.
Edwin Mauricio Alza.
Fines de Marzo del 2015.
Abraham creyó
No será el damasceno quien me heredará
pues El- Shadday juró por su santidad
que de mis propios lomos procederá
Quien la tierra gobernará a perpetuidad
No en vano dejé atrás, mi parentela en Ur
Dios me habló de nueva tierra para los míos
caminé muchas leguas de norte a Sur
desde el ancho mar hasta donde nacen ríos.
Un hijo de mi hijo nacerá en mis tiendas
ceñirá a su sien corona, rodillas se doblarán
gente de lengua extraña traerán ofrendas
procurando estar en paz con él pactarán
Creo esta palabra que Dios mismo ha jurado
no habiendo nadie a su lado, siendo Él sin par
Por su grande Nombre que jamás ha mudado
El Juez de toda la tierra no me habrá de olvidar.
Edwin Mauricio Alza
Otoño del 2015
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