sábado, 10 de enero de 2015

Libro de Doctrina de la IDM Perú

Introducción a la doctrina cristiana
Edwin Mauricio Alza

Con la declaración del Señor Jesús a la samaritana "la salvación viene de los judíos" (Juan 4:22), él afirmó que el pueblo de Israel tenía la revelación de las Escrituras, "les ha sido confiada la Palabra de Dios" (Romanos 3:2). Así pues las doctrinas fundamentales les fueron dadas a través de su larga historia de caminar con Dios. Esas doctrinas podían "hacer sabio para salvación en Cristo" a los que aprendían como Timoteo (2 Tim. 3:15).

Esa es la razón que Pablo enseña que compartimos la misma fe de Abraham (Rom. 4:16), el mismo Dios ("¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles" Rom. 3:29), y la misma esperanza (Hechos 24:15).

Por tanto es en ese marco de la revelación en las Escrituras Hebreas que nuestro Señor Jesús enseñó (Juan 10:35) y los apóstoles fieles a su maestro enseñaron a otros. Esto quiere decir que la autoridad máxima está en las enseñanzas de Nuestro Señor Jesús y de los apóstoles y discípulos aprobados (Efesios 2:20) que tomaron parte en los escritos del Nuevo Pacto y aunque todos los pergaminos de hoy están en idioma griego fueron escritos en el marco de la cultura hebrea o judía  (Hechos 26:3).

Los mismos apóstoles profetizaron que a la muerte de ellos muchos apostatarían de la fe (1 Tim. 4:1) y aparecerían falsos maestros que no se conformarían a lo que enseñó el Señor Jesús (1 Tim. 6:3). Debemos pues perseverar en la enseñanza de Cristo Jesús que está en los evangelios.

"Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Jesús Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo Jesús, ése sí tiene al Padre y al Hijo." (2 Juan 1:9)

Lección 1
La Biblia

Del griego Biblos (libros) es el conjunto de escritos que Dios inspiró con su aliento a componer y recopilar en tiempos de los Patriarcas, en días del antiguo Israel y en los días de la naciente iglesia de Dios. Jesús aprendió y enseñó las doctrinas de las Escrituras hebreas (la Ley y los Profetas) llamadas por muchos el día de hoy Antiguo Testamento (Lucas 2:46; 24:27). Jesús dijo que el error doctrinal es por ignorar las Escrituras o AT (Mateo 22:29 ). La Nación Israelita tenía maestros de la Ley y escribas doctos en la doctrina de las Escrituras (Mateo 13:52; Lucas 10:28).Tenemos 39 libros de las Escrituras.

Muchos trataron de poner en orden los informes del ministerio de Jesús  (Lucas 1:1) y tenemos cuatro versiones enriquecedoras, tenemos cartas de algunos apóstoles a las primeras congregaciones y un libro de revelaciones proféticas. En estos escritos se confirma la doctrina milenaria dada a Israel porque sus autores se apoyan en la autoridad de las Escrituras (Rom. 16:26; 1 Cor. 15:3). Son 27 libros que están en idioma griego porque fue el idioma universal en aquellos días, la mayoría de las copias en pergaminos que existen hoy son del siglo quinto y aunque hay evidencia de la
voluntad de querer torcer el llamado Nuevo Testamento la revelación se ha conservado casi en su totalidad (2 Pedro 3:16).

La mejor forma de comprobar si una doctrina es de Dios es la armonía que guarda con las Escrituras hebreas (Juan 5:39). El creyente no judío del Mesías Jesús debe leer, aprender y guardar las enseñanzas del Maestro (Efesios 4:20) y obviar las leyes ceremoniales dadas a la nación israelita (Rom. 9:4; Heb. 10:11). Pero también debe estudiar las Escrituras para captar la justicia del futuro reino de Dios (Rom. 7:12).

Lección 2

El Único Dios Verdadero

Desde el primer versículo de Génesis se nos dice de la existencia y del poder de Dios, en el segundo capítulo aparece reiteradamente el nombre Jehová Dios para que sepamos el nombre del Creador. Siempre el título y el nombre del Creador están acompañados de verbos y pronombres en singular (Tú, Su, Él) decenas de miles de veces. Nadie se dirige a Dios como (Ustedes, Sus, Ellos) lo que nos enseña que Dios es una sola Persona Divina. Dios es Uno sólo y el Único de su clase, que no tuvo principio, ni necesita de nada ni de nadie para vivir.

Abraham conoció a Dios como El-Shadday o Dios Todopoderoso   (Gen. 17:1). Dios sacó a Abraham de en medio del politeísmo y le enseñó el monoteísmo o creencia en un sola persona que es Dios (Gen. 17:7). Los hijos de Israel vivieron en Egipto casi 500 años donde muchos cayeron en el politeísmo, pero Dios los sacó y los adoptó como nación dándoles los Diez Mandamientos, los dos primeros son la base legal del monoteísmo.

"No tendrás dioses ajenos delante de mí". Es decir cualquier intento abierto o sutil de poner un co-igual al Dios Inmortal. (Éxodo 20)

"No te harás imagen, ni ninguna semejanza..." Es decir cualquier semejanza de las cosas creadas para rendirles devoción religiosa.

Cuarenta años después frente a Canaán, en la recopilación de las leyes ( Deut 1:3) los hijos de los que salieron de Egipto recibieron de Moisés las conclusiones de razonar el primer mandamiento. 
Este mandamiento cumbre del monoteísmo es llamado el Shemá (Heb. ¡Oye!)
"¡Oye Israel ! Jehová nuestro Dios, Jehová es Uno", es decir, nuestro Dios cuyo nombre es Jehová es UNO Y ÚNICO. (Deuteronomio 6:4)

Hubo tiempos de abandono del monoteísmo en días de los jueces (Jueces 10:6) y los reyes  (2 Rey 22:17), pero el celo de profetas y reyes piadosos guiaban a Israel al Único Dios. Como aquel pueblo persistió en el pecado de dejar a Jehová fueron llevados cautivos y su tierra destruida casi seis siglos antes de Jesús (2 Cron. 7:21). Los que volvieron de Babilonia volvieron habiendo aprendido la lección para solo adorar al Único Dios (Esdras 9:15).

Este celo se puede notar en el teólogo escriba que preguntó a Jesús sobre el primer mandamiento de un monoteísta. Jesús respondió sin dudar: "El Primer y más grande mandamiento es 'Oye Israel, el
Señor [Adonai] nuestro Dios, el Señor [Adonai] es UNO'" (Marcos 12:29)
Jesús llama a Dios "el Dios Único" (Jn 5:44) y "...a Tí el Único Dios Verdadero" ( Jn 17:1).

Pablo dice que para los que son del Mesías "hay un solo Dios, el Padre" (1 Cor 8:5). Y al fin del Milenio "el Hijo mismo se sujetará...para que Dios sea todo en todos" (1 Cor. 15:28).
Adonai es un título exclusivo para el Único Dios y Padre en hebreo. Ho theos es un título exclusivo para el Único Dios en griego. La palabra más común traducida como Dios es elohim en hebreo, pero este término que se usa en plural para referirse a los dioses falsos de las naciones pero también designa en el uso singular de elohim tanto a Dios Jehová como a Dagón o Astarté y se usa para denotar la influencia que tenían sobre naciones enteras. Elohim también se usa para algunos  ángeles y a las autoridades terrenales. (Salmos 82:6)

Lección 3

Jesús el Mesías

Jesús es el único hijo que Dios engendró en el género humano (Jn 1:18). Lo procreó en María en tiempos de Herodes Rey de Judea (Lucas 1:5; 2:1) siendo Augusto César el emperador. El Altísimo lo trajo a la existencia milagrosamente con su poder (Lucas 1:35) usando el material genético de María (Mateo 1:20; Gal. 4:4). María no prestó su vientre, su hijo es carne de su carne.  (Lucas 2:7). Jesús vino al mundo o a la existencia en carne y nació mediante agua y sangre (1 Juan 4:2; 5:6). 

Jesús es hijo de Dios por que el Padre lo procreó en María, así como Adán es hijo de Dios (Lucas 3:38) porque Dios le dio vida y no un varón. Gabriel dice que la razón de llamar Hijo del Altísimo a Jesús es por la procreación del Padre (Luc. 1:35).

Jesús "existió" en el Plan de Dios desde antes de la fundación del mundo (Juan 17:24) como los cristianos "existieron" para ser escogidos en Jesús desde antes de la fundación del mundo (Efesios 1:4). Esto significa que como Jesús nosotros también existíamos en la presciencia y anticipado conocimiento de Dios (1 Pedro 1:2; Hechos 2:23). Dios se inspiró en el Hijo que engendraría en el futuro para crear todas las cosas porque él heredará todo.(Juan 1:3; Colos. 1:16).

Jesús es llamado por Juan "la palabra o verbo de Dios" (Apoc. 19:13) y "la palabra o verbo de vida" en (1 Juan 1:1) porque Juan sabía que la "vida eterna que estaba con el Padre" (1 Juan 1:2) se había manifestado o hecho carne (Juan 1:14). Para Juan lo que estaba con el Padre era el propósito y el plan de Dios de compartir su vida eterna a través de su Hijo humano (compare Efesios 1:4,5). Jesús fue el primero en recibir esa inmortalidad y es el que la impartirá a los fieles el día postrero (1 Cor. 15:23). En el pensamiento hebreo Dios hace cada cosa disponiéndolo con su palabra ( Isaías 55:11). A veces los atributos de Dios son personificados (Proverbios 8:12).

Dios anunció que vendría la "simiente" (descendiente) de Eva (Gen. 3:15), la "simiente" de Abraham (Gen. 12:7) y el descendiente de David (2 Samuel 7:12; Hechos 2:30). Mateo traza el árbol genealógico de Jesús (Mateo 1:1). 

Jesús debía ser obediente al Padre hasta su muerte (Fil. 2:8) para ser heredero de todas las cosas (Heb. 1:2). Adán había fallado en esa misma prueba. Dios dio inmortalidad a Jesús al resucitarlo (Rom. 6:9) y desde allí le hizo Señor y Cristo (Hch. 2:36) o Mesías (Juan 1:41). Jesús el Mesías hombre es el mediador entre Dios y los hombres ( 1 Tim. 2:5). El Padre le ha dado un nombre sobre todo nombre (Filip. 2:9) para que todos lo reconozcan como su Amo y Superior (Rom. 10:9; Filip. 2:11)

Pedro dice que ninguno en el género humano tuvo jamás un nombre para salvación (Hch. 4:12). Jesús El Mesías es el único en la familia humana que fue aprobado por Dios para ser autor de eterna salvación (Heb. 2:14; 5:9). Jesús adorará a Dios para siempre (Apoc. 15:3).

Jesús el Mesías por ser el segundo en autoridad (1 Cor. 11:3) superior a los ángeles (Heb. 1:4) y solo por debajo de Dios,(1 Cor. 15:27) tiene el derecho de ser reconocido cumpliendo el papel de Dios (Juan 20:28), de recibir los honores que en realidad son para su Dios al que representa (Heb. 1:8) y tiene el derecho de ser adorado como la máxima autoridad que Dios ha establecido (Heb. 1:6).

Lección 4

El Espíritu de Dios

El Espíritu Divino es el Espíritu de Jehová nuestro Dios Único, sólo basta comparar las citas de las Escrituras en los escritos de los apóstoles para notarlo (Luc. 4:18; Isaías 61:1).
El Espíritu además de ser el aliento de Dios (Job 27:3), es la conciencia de sí mismo, su mente  (Isaías 40:13 comparado con 1 Cor. 2:16), su ser interior (Gen. 6:6; 1 Corintios 2:10,11). Es la fuente o la sede de la vitalidad de Dios (Isaías 11:15). Es el centro de su persona (Gen. 6:3). El Espíritu de Dios es su yo interior y Dios en acción (Isaías 34:16) ".

Jehová nuestro Dios obra en muchas formas, una es por su palabra creativa (Gen.1:3; Salmo 33:6), por sus ángeles (2 Cron. 32:21) y por los instrumentos humanos con su Espíritu (Jueces 6:34). En tiempos antiguos Dios capacitaba con sabiduría o con poder a unos pocos siervos llenándolos con su Espíritu para efectuar su voluntad (Éxodo 31:3). Para los días del Mesías nuestro Padre prometió no dejar huérfanos a los creyentes cuando Jesús subiera al cielo  (Juan 14:16,18). Dios prometió dar al Señor exaltado la posibilidad de derramar el don del Espíritu o espíritu santo sobre su pueblo (Hechos 2:33). Hubo diversos derramamientos del espíritu santo según la voluntad de Dios (Heb. 2:4).

Así como Dios compartió la unción de Moisés (Num. 11:25) sobre 70 y de la unción de Elías sobre Eliseo, de esa misma manera compartió la poderosa unción del Mesías resucitado con los apóstoles (Filip. 1:19).  Pero el Señor Jesús estableció que una vez ascendido al Padre la forma de recibir el Espíritu sería creyendo que él era el Ungido para reinar sobre la tierra como dice la Escritura (Juan 7:38-39). De modo que todo aquél que oye con fe (Gal. 3:2) el Evangelio del Reino que es la semilla vital (1 Pedro 1:23) recibe el Espíritu del Padre (Efe. 1:13). 

No solo el Espíritu de Dios es la personalidad extendida del Padre (1 Tes. 4:8), sino que también Dios ha concedido que por el Espíritu santo sea extendida la personalidad de Jesús en cada creyente hasta el fin (Gal. 4:6).  Por eso Jesús prometió "venir" (Juan 14:8) y junto con el Padre "harían morada en el creyente" (Juan 14:23), y así "estar" donde dos se reúnan en adoración (Mat. 18:20) y "estar" hasta el fin (Mat. 28:20). De todo modos es necesario que entendamos que la morada de Dios en nosotros por su Espíritu (Efe. 2:22) ha sido diseñada para no provocar el daño que causaría la gloria entera de Dios que mora entre querubines (2 Cor. 3:13 ; Núm. 5:16).

Recibir el Espíritu Santo es recibir la adopción como hijo de Dios, por eso se llama espíritu de adopción (Rom. 8:15), también es las arras o garantía de los co-herederos con el Mesías de la gran herencia como hijos de Dios (Efe. 1:13).

Si el Único Dios obra por su Espíritu requiere de un vaso humano (Luc. 2:27). En el N.T. Decir que Dios da mandamientos (Hch. 1:2) o habla por su Espíritu santo significa que lo hace por instrumentos humanos (Hch. 13:2). Dios nos da de su Espíritu para provocarnos a orarle, alabarle (Rom. 8:26) y para ser guiados a descubrir la verdad en las Escrituras (Juan 16:13). El creyente desobediente contrista la presencia de Dios en él (Efe. 4:30; 1 Tes. 5:19), puede ofenderle gravemente (Heb. 10:26) y hasta blasfemar a Dios resistiendo (Hch.7:51) y contendiendo contra Dios quién dejará de morar en él retirando su presencia.

En la Biblia hay visiones del Padre sentado en su trono y del Hijo a su diestra (Hechos 7:55) pero nadie más junto a ellos. Hay diálogos entre nuestro Dios y Padre y su hijo humano (Juan 12:28) pero no hay diálogo alguno con el Espíritu. El Espíritu no tiene un nombre diferente de Jehová (2 Sam. 23:2-3). La personificación del Espíritu  (Isaías 63:14), la Sabiduría (Prov. 8:12) y la Palabra de Jehová es un hecho en la Biblia y en la cultura hebrea se entiende adecuadamente (Salmos 45:4).

El Trinitarismo al hacer del Espíritu del Dios Único otra persona y al incluir al Mesías humano en la Deidad del Padre Celestial abandonó para siempre el monoteísmo llegando a ser en realidad un Triteismo politeísta.

Lección 5
La Salvación 

La salvación que Dios preparó desde la creación (1 Pedro1:20) fue anunciada por el Señor Jesús (Heb. 2:3) los apóstoles confirmaron la palabra de salvación (Hechos 13:26). El Maestro planteó la salvación en términos de creer o tener fe en el evangelio (Marc. 1:5) o buena noticia sobre el reino de Dios (Lucas 4:43).  Los doce primeros (Mat. 10:7) y luego los setenta fueron enviados a predicar el mismo mensaje para salvación (Luc. 10:9). Después de la resurrección, el sacrificio del Cordero llegaría a ser de importancia vital en la predicación de los apóstoles (Hch. 28:31).

El Señor Jesús enseñó que el mensaje salvador era la semilla (Mat. 13:19) que al ser recibida con fe activaría la vida fructífera del creyente.  (Mat. 13:23) los apóstoles obviamente siguieron a su Maestro (Rom. 6:17; 1 Pedro 1: 23,25; 1 Juan 3:9). El nuevo nacimiento lo efectúa la semilla incorruptible en el terreno fértil de un limpio entendimiento y un corazón arrepentido.

Hoy en día debemos predicar el evangelio que es poder de Dios para dar salvación (Rom. 1:16) y debemos enfatizar el sacrificio de Jesús que dio perdón de pecados a los arrepentidos (Hech. 13:38) y la obediencia de Jesús (Rom. 5:19) que le valió para recibir del Padre la facultad de ser "autor de la salvación de la Era [venidera]" (Heb. 5:9). La presentación del evangelio requiere de una respuesta del individuo de rechazo o arrepentimiento (Juan 2:23; Juan 3:11; Hechos 8:12) . El arrepentimiento es el cambio de actitud producido por el cambio de mentalidad al saberse un ingrato pecador ante el sublime propósito divino de salvar integralmente al hombre en su reino (Luc. 19: 8-10). Este arrepentimiento será demostrado inicialmente por proceder al bautismo en agua (Marc. 16:16).

El creyente tiene entrada a esta gracia de salvación en el presente (Rom. 5:2) pero en realidad la salvación propiamente dicha se cumple en el futuro (1 Pedro 1:5; Luc. 13:23-24). La ilustración de ingreso a la salvación a través de una "puerta" es instructiva, porque le sigue el camino angosto cuyo final es la inmortalidad. (Mat. 7:14).

El creyente fiel, al fin de su vida (Hech. 20:24) "duerme en Cristo" (1 Tes. 4:14) lo que asegura su resurrección en incorrupción (1 Cor. 15:53). No obstante ser perdonado y regenerado (Tito 3:5) el creyente aún no tiene la incorrupción (1 Cor. 15:53) por lo que debe procurar hacer cada vez más firme su salvación (2 Pedro 1:10) ocupándose en las cosas que son del Espíritu de Dios (Rom. 8:5).


La gracia de Dios para salvación no es tan frágil que se pierda por cualquier tropiezo (Heb. 4:16) ni menospreciable para haberla recibido en vano (2 Cor. 6:12). Al presente somos salvos de la sentencia de condenación (Rom. 8:1) y en el futuro seremos salvos de lo corruptible (Rom. 8:23).

No hay comentarios: